Si eres uno de nuestros lectores manitas o al menos uno de los curiosos que quieren saber pero no tocar, en este artículo te traemos toda la información que necesitas si quieres cambiar el radiador del coche, como ya sabrás: uno de los elementos claves del sistema de refrigeración del coche.
Como sabrás, esta lista de consejos es para todos aquellos que no os de miedo meter mano al coche y que en caso de fallo, sepáis cómo arreglarlo. Muchas veces puedes ahorrarte algo de dinero en el taller, pero si la lías, es peor el remedio que la enfermedad.
Pero antes de ponernos en faena, vamos a contextualizar para todos aquellos que quieran saber más sobre los radiadores del coche, si no es tu caso, puedes seguir leyendo más abajo.
¿Qué es el radiador del coche?
El radiador del coche es una parte esencial del sistema de refrigeración del motor. Su función principal es disipar el exceso de calor generado durante el funcionamiento del motor debido a la combustión interna y el rozamiento de las piezas móviles.
El radiador utiliza un líquido refrigerante (generalmente una mezcla de agua y anticongelante) que circula a través del motor para absorber el calor y luego fluye hacia el radiador, donde se enfría antes de volver al motor. Este proceso evita que el motor se sobrecaliente, lo que podría causar daños significativos.
A lo largo de los años, los radiadores han experimentado mejoras en materiales y diseño. La introducción de materiales más ligeros y resistentes, así como avances en la eficiencia del intercambio térmico, ha permitido mejorar la capacidad de enfriamiento y reducir el peso del sistema en general.
Los coches eléctricos también cuentan con sistemas de refrigeración, aunque difieren en algunos aspectos clave en comparación con los vehículos de combustión interna. En lugar de enfriar un motor de combustión, los coches eléctricos se centran principalmente en mantener una temperatura óptima para la batería y el motor eléctrico.
Como bien sabes, la batería de un coche eléctrico es un componente crítico y su rendimiento puede verse afectado por la temperatura. Los radiadores en los coches eléctricos están diseñados para mantener la batería en un rango de temperatura específico para optimizar la eficiencia y prolongar la vida útil.
A su vez, los motores eléctricos también generan calor durante su funcionamiento y los radiadores se encargan de disipar este calor para evitar el sobrecalentamiento y garantizar su rendimiento constante. Dado que los coches eléctricos suelen tener un diseño más compacto y simplificado en comparación con los vehículos de combustión interna, los radiadores y sistemas de refrigeración también están integrados de manera más eficiente en el conjunto del vehículo.
Cómo saber si falla el radiador
Lo normal es revisar el testigo correspondiente en el cuadro del coche, pero también puedes notar lo siguiente:
- Sobrecalentamiento del motor: Si el motor se sobrecalienta con frecuencia, puede ser un indicativo de un problema en el sistema de enfriamiento, incluido el radiador.
- Fugas de líquido refrigerante: Observar manchas de líquido refrigerante debajo del vehículo podría indicar una fuga en el radiador.
- Baja eficiencia de enfriamiento: Si notas que la temperatura del motor sigue siendo alta a pesar de un funcionamiento prolongado, podría ser un signo de un radiador obstruido o con problemas de flujo.
Digamos que esto es lo más común pero en otro listado de cosas, estos detalles también son síntomas del fallo del radiador:
- Consumo elevado de anticongelante
- Presencia de vapor debajo del cofre
- No sale aire caliente al prender la calefacción
- Las mangueras y abrazaderas se ven oxidadas
- Fuerte olor a aceite
- Ruidos anormales en el ventilador del radiador
¿Cómo cambiar el radiador del coche?
Ahora si, entramos en materia. os pasos al pie de la letra, el resultado será satisfactorio. Te dejamos un listado de pasos a seguir, pero antes de nada, debes asegurarte de que cuentas con las herramientas necesarias para poder llevar a cabo la tarea:
- Un juego de carraca o llaves fijas para poder extraer los tornillos que encuentres.
- Unos alicates anchos y de punta algo larga para aquellas abrazaderas que no tengan tornillo
- Un gato para elevar el vehículo (con el que viene por defecto en el coche es suficiente).
- Una garrafa de anticongelante (puede que necesites dos, según la capacidad del circuito de tu coche)
- Un cubo para recoger el anticongelante que está en el circuito interno.
- Un embudo para introducir el líquido (no te fíes de tu buen pulso).
Antes de empezar, hay dos aspectos que se deben tener en cuenta. El primero, es que nunca se debe quitar un solo manguito de agua con el motor caliente, pues el agua está a presión y puede saltar, algo que no sería muy agradable. También que, si se cambia el tapón del radiador por uno de competición o similar, debe aguantar el mismo porcentaje de bares de presión, no debe estar ni por encima ni por debajo, pues nos jugamos su vida útil.
Paso 1: retirar los plásticos que cubren el radiador
Lo primero que hay que hacer, es echar un vistazo a la situación a la que te enfrentas. Debes localizar todos los tornillos que sujetan el radiador, así como los plásticos que lo cubren, ya que es necesario retirarlos para poder cambiarlo. El primer paso consiste en extraer estos plásticos. Hay veces en las que puede ser una tarea complicada, pero es mejor retirar todos los que podamos, ya que, aunque parezca que alguno no va a molestar, justo ese puede ser el causante de que el radiador no salga cuando tengas todo listo. También es importante recordar en qué orden has montado y desmontado el radiador, por lo que un extra de trastorno obsesivo compulsivo para colocar tornillos no te vendrá mal.
Paso 2: ¿qué hacer con el ventilador?
Dependiendo de si tu motor lleva un ventilador viscoso o uno eléctrico, actuarás de una manera u otra:
- Ventilador de tipo viscoso: Va atornillado al motor mediante una polea y que no está en contacto con el ventilador. En este caso, tan solo tendrás que retirar el plástico que hemos dicho antes. Es probable que el poco espacio entre el ventilador y radiador no te permita extraer dicho plástico. No te preocupes, tan solo déjalo apartado para que no moleste. En el momento de sacar el radiador debería salir sin problemas.
- Ventilador eléctrico: Va atornillado al radiador… y entonces tienes dos opciones. La primera, es desconectar el cable del ventilador, desatornillarlo de sus soportes y sacarlo. La otra opción, más sencilla, es dejarlo anclado al radiador y retirar solamente el cableado que tenga. Todo depende del espacio de maniobra que tengas, aunque por regla general, lo mejor es dejar el ventilador en el radiador y sacarlo todo junto.
Paso 3: vaciar el depósito
En este paso hay que prepararlo todo muy bien preparado si no quieres dejar toda la zona de trabajo encharcada de anticongelante. Para ello, eleva un poco la parte frontal del coche con la ayuda de un gato.
Hay que hacerlo en la zona lateral, lo más próximo a las ruedas delanteras en la marca donde se apoya el gato a tal efecto. No lo hagas directamente en la zona delantera, pues no sería la primera vez que alguien se carga una zona vital del coche por hacerlo así. Siempre que sea posible, lo más interesante es subirlo de ambos lados, aunque se puede hacer con el coche subido desde uno solo también.
Una vez esté elevado el coche, coloca un cubo grande debajo de la zona de los manguitos gruesos del radiador, ya que es ahí donde caerá el anticongelante. Con la ayuda de una carraca o alicates (dependiendo del tipo de abrazaderas que sujetan los manguitos), retira las abrazaderas metálicas del manguito superior, hasta que no haga presión para que se pueda retirar el manguito. No es necesario extraer ambas abrazaderas, con una solo vale.
En el momento de retirar el manguito, ten en cuenta de que va a salir todo el anticongelante a chorro, por lo que revisa que el cubo está en la posición adecuada. Es probable que el manguito con el óxido se haya quedado algo pegado al conducto. Si te encuentras en esa situación, coge un destornillador plano, e intenta hacer palanca para despegarlo, con sumo cuidado para que no se raje el manguito.
A continuación, sIgue el mismo proceso con el manguito inferior.
Paso 4: sacar el radiador
Una vez hayas retirado la mayor parte del líquido, extrae los tornillos que fijan el radiador para poder sacarlo. Suele tener cuatro, pero no es una regla universal, así que, si no sale en el momento, intenta no forzarlo y vuelve a mirar por si queda algún tornillo que fije el radiador. Antes de sacarlo, debes tener en cuenta que puede tener otros manguitos más pequeños que estén conectado con un depósito externo. En ese caso, retíralo también. No olvides tampoco que, hasta que no vuelques el radiador, no lo vaciarás por completo. Por tanto, mientras lo sacas, muévelo en varias direcciones, intentando que el líquido caiga en el cubo.
Paso 5: cambiar los accesorios al radiador nuevo y volver a montarlo
En caso de que hayas sacado los manguitos con el radiador, ahora toca ponerlos en la misma posición en el nuevo. Del mismo modo, en caso de que el radiador tenga un ventilador eléctrico, vuelve a ponerlo en su sitio.
Es importante no mezclar los tornillos ni olvidar dónde iba cada cosa, pues ahí reside la mayor pérdida de tiempo. Vuelve a meter el radiador en el mismo hueco del vano del motor y atornilla los tornillos que lo sujetan. Además, hay que fijar de nuevo los manguitos en los conductos del motor y conectar el cableado al ventilador.
Paso 6: rellenar el conducto con anticongelante
Una vez ya tengas todo como estaba en un principio, tan solo queda rellenar el circuito con anticongelante. Vuelvo a repetir… anticongelante. Jamás se debe utilizar agua normal para el circuito de refrigeración, ya que con el tiempo todos los conductos, tanto de partes internas como externas, se terminan oxidando.
¿Por dónde se debe rellenar? Depende. Si tu radiador tiene un tapón en la parte superior, es fácil. Si no lo tiene, el anticongelante se debe introducir desde el vaso externo, que va conectado con el radiador con un manguito fino.
En este apartado del proceso hay que tener paciencia, ya que tarda algo de tiempo en rellenarse. Sobre todo si debes llenarlo desde el vaso de expansión, pues te encontrarás con una falsa impresión de que el circuito está lleno. Una vez hayas introducido gran parte del anticongelante, lo que puedes hacer es arrancar el coche momentáneamente (unos 15 o 20 segundos) y seguidamente lo apagamos. De esta manera el circuito mueve el flujo y podrás seguir echando líquido hasta ver de nuevo la marca del máximo.
Imagenes: Wikihow