Ponernos el cinturón, revisar los espejos y acomodar el asiento a nuestra estatura son sencillos pasos que ya forman parte de la rutina que sigues antes de iniciar la marcha con tu vehículo. Sin embargo, La gran mayoría de los conductores no revisa el reposacabezas al montarse en su vehículo. Un error que te puede costar caro en caso de accidente.
El reposacabezas tiene como objetivo controlar el desplazamiento de la cabeza del ocupante del asiento en relación con el tronco. De este modo, en caso de accidente se reduce la gravedad de la lesiónen las vértebras que forman el cuello tras el impacto. Su efectividad es especialmente notoria en impactos a escasa velocidad y en choques frontales.
Las peores lesiones derivan de las colisiones en la parte trasera, como por ejemplo el conocido como latigazo cervical. Este mecanismo consiste en un movimiento por el cual algunas de las estructuras que forman el cuello experimentan unos súbitos desplazamiento que los médicos denominan «hiperflexión e hiperextensión bifásicas». Los síntomas del latigazo cervical no tienen porque experimentarse en el mismo momento del impacto, sino que pueden aparecer días e incluso semanas después. El correcto uso del reposacabezas reduce en un alto porcentaje la gravedad de esta lesión, pasando de un simple esguince cervical a posibles lesiones medulares.
Dada su importancia, te vamos a dar unos sencillos trucos para colocar bien el reposacabezas del coche antes de iniciar la marcha:
Altura del reposacabezas
Para una correcta posición, el reposacabezas debe situarse en línea con la parte superior de la cabeza. Asegúrate de accionar el seguro para que este quede fijo y no se desplace. No olvides que no debes conducir con la cabeza apoyada en él: no se trata de un elemento de confort, sino de seguridad.
Ajustar asiento
El siguiente paso es ajustar el asiento. No solo debes fijarte en si llegas a los pedales y en la posición de los brazos, debes tener en cuenta la distancia entre tu cabeza y el reposacabezas. El espacio entre ambos tiene que ser mínimo, unos cuatro centímetros como mucho. Recuerda que el grado de inclinación del asiento no debe superar los 25 grados.
Mantener la vertical
No debes inclinar la cabeza hacía atrás ya que en caso de colisión esa postura puede ser fatal, así que intenta mantener tu cuerpo en una posición vertical y cómoda al mismo tiempo. Y por supuesto, no olvides ponerte en cinturón de seguridad.
Estos sencillos pasos no te supondrán una gran pérdida de tiempo y te permitirán, en caso de accidente, ahorrarte más de una hora en rehabilitación. Pero sobre todo te garantizarán una mayor seguridad a la hora de conducir para ti y para todos los tuyos.
Fuente: DGT