Cuando uno hace mención a la suspensión neumática, la idea básica no es tan difícil de entender. Como su nombre indica, en lugar de cilindros metálicos y muelles, es un sistema de suspensión que utiliza estructuras basadas en la presión del aire. Y dado que ese aire necesita ser contenido de alguna manera, los amortiguadores neumáticos se parecen más a los globos de goma que a un propio amortiguador.
Pero más allá de eso, ¿cuál es el propósito? ¿Cómo funciona? ¿Cuáles pueden ser las averías de más comunes de un suspensión neumática? Los problemas típicos pueden parecer minúsculos, pero en realidad son una de las principales causas de fallo de la suspensión. Afortunadamente, existen formas de evitar estos problemas. La mejor manera es estar atento a las señales de advertencia que describiremos a continuación para saber cuándo es el momento de reparar el sistema.
Partes de una suspensión neumática
- Compresor: es el dispositivo que produce y entrega el aire en una suspensión neumática; una bomba eléctrica que alimenta de aire las balonas a través de unas líneas de aire comprimido.
- Acumulador de presión: una pieza que se encarga de mantener el aire en la presión correcta en el interior del circuito con el objetivo de que el compresor funcione el menor tiempo posible.
- Tuberías: llevan el aire comprimido a las balonas. Son similares a las líneas de aire de alta presión comunes y se enrutan a lo largo del bastidor del vehículo. Si bien la mayoría de las líneas tienen una composición de caucho/poliuretano, se pueden reemplazar por acero, con un aspecto más limpio y una construcción más resistente.
- Balonas: es un compuesto de caucho y poliuretano, que proporciona integridad estructural y una construcción hermética. Tienen forma de reloj de arena, y el diseño de fuelle permite un poco más de flexibilidad lateral.
- Unidad de control: gestiona toda la información y el funcionamiento de la suspensión neumática para adaptar la presión en cada esquina y variar en tiempo real; es su cerebro.
- Sensores de nivel y aceleración: los miden la altura entre el eje y la carrocería, mientras que los segundos miden los movimientos de la carrocería en giros y aceleraciones. Todos ellos mandan la información a la unidad de control
- Bloque de electroválvulas: distribuye adecuadamente el aire hacia las valonas en base a las órdenes de la unidad de control.
- Secador: componente en el compresor diseñado por la humedad del aire comprimido que hace funcionar las valonas de la suspensión neumática.
Cómo funciona una suspensión neumática
La suspensión neumática es una alternativa a la suspensión típica en una amplia variedad de vehículos en la carretera en la actualidad. El propósito general es el mismo que el de otros tipos de suspensión: están diseñadas para soportar el peso del coche y actuar ante las imperfecciones de la carretera. Además, lo ayuda a girar y mantenerse estabilizado en terrenos irregulares.
Por tanto, la diferencia entre una suspensión convencional y una neumática radica más en su constitución, donde el conjunto muelle-amortiguador se sustituye por un juego de balonas que se llenan de aire a través de un compresor en lugar de depender de amortiguadores y muelles llenos de líquido como soporte. Las mayores ventajas de la suspensión neumática resultan en un beneficio en la cómodo de rodadura, y la posibilidad de adaptarse a distintas condiciones con mayor virtud que el kit clásico.
Problemas de una suspensión neumática más típicos
Fugas de aire
Dado que las suspensiones neumáticas funcionan con aire, es relativamente común que se produzcan fugas de aire cuando hay un problema. Las diversas partes de la suspensión ofrecen diferentes vías de escape, que incluyen unos sellos de goma que son susceptibles a agujeros y perforaciones. Dado que hay varios componentes que pueden ser los culpables de dichas fugas, es imperante consultar con un técnico profesional que esté familiarizado con las diversas partes involucradas en la suspensión neumática de tu modelo.
Hay varias señales de advertencia de estar sufriendo una fuga. Por ejemplo, se experimenta un viaje más incómodo porque no puede absorber el impacto de los baches, y todo ese movimiento fluye a través del sistema sin nada que lo amortigüe.
También se puede notar que el compresor de aire está funcionando constantemente para mantener las balonas correctamente infladas. Cuando hay una fuga, el compresor seguirá funcionando. Además de eso, la altura del vehículo disminuirá o se hundirá hacia el lado donde está la cámara de aire dañada.
Mal funcionamiento del compresor
Como mencionamos anteriormente, las balonas que sostienen el coche se llenan de aire gracias a un compresor. Si este comienza a fallar o no funciona bien, las bolsas no se llenarán de aire, lo que permitirá que el coche roce los bajos continuamente.
El compresor se basa en un motor que genera aire, así que si no opera como debiese, es posible escuchar ruidos extraños relacionados con él. También puedes experimentar que el vehículo se siente más bajo de lo normal en un día determinado. Si es el caso, el problema ha de abordarse.
Humedad excesiva en el sistema
El aire comprimido dentro de un sistema de suspensión neumática contiene cierta humedad que puede acumularse y provocar daños graves. Este problema se debe a un mal funcionamiento del conjunto del secador de aire, un componente diseñado para eliminar la humedad del aire comprimido. La humedad excesiva en el sistema de la suspensión podría resultar en óxido y, por tanto, derivar en corrosión.
Revisar el sistema para detectar daños físicos como el óxido es la forma más fácil de determinar si hay demasiada humedad en el aire comprimido. Este problema también puede afectar las capacidades de nivelación, el compresor o el rendimiento general de la suspensión, por lo que también habría que verificar la postura y el rendimiento del coche. Si va más bajo o está hundido en una esquina o lateral, o si estás experimentando un viaje más bacheado de lo normal, podría deberse también a este motivo.