El Buick Centurion Concept jamás llegó a las calles como un vehículo de producción en serie, pero sí que algunas de sus características acabarían integrándose en los coches que acabarían aterrizando en los concesionarios de todo el mundo. Echando un vistazo rápido, podemos decir indudablemente que es una máquina atractiva para la vista, y que con un motor V8 de 325 CV también sería rápida, pero no es ni una cosa ni otra en lo que más merece la pena indagar en este modelo.
Durante décadas, el hotel Waldorf-Astoria fue considerado el establecimiento más lujoso de Nueva York, ubicado en la Quinta Avenida. Esta estructura de 47 pisos y 191 metros de puro estilo Art-Decó era −y es− conocida por dar cobijo a las mayores celebridades nacionales e internacionales en la Gran Manzana, y durante la década de 1950 también sirvió para que General Motors (GM) pudiera enseñar sus extravagantes creaciones automovilísticas en un show que mezclaba la comedia musical con un parque de atracciones: Motorama.
De allí surgieron decenas de prototipos y otros modelos especiales, algunos de los cuales sí que llegaron a producción, mientras que otros quedaron como meros ejercicios de diseño. Uno de estos últimos, como probablemente ya habrás imaginado, fue el Buick Centurion Concept. Mostrado al público en la cita de 1956, este prototipo de fibra de vidrio rojiblanca destacaba por presentar varias características que predecían el futuro e ideas que más tarde serían adaptadas por las compañías automotrices en parte de su oferta de modelos.
Una de las que más llamaron la atención fue la ausencia de espejos retrovisores, tanto en el exterior como en el interior, ya que fueron sustituidos por una cámara de visión posterior. Porque aunque el primer coche de producción en llevar una cámara-retrovisor no llegase en 1991 de la mano del Toyota Soarer (también conocido como Lexus SC), la tecnología hizo su debut 35 años antes. El sistema era muy similar al diseño actual, pero esta tecnología era algo tosca en comparación con lo que encontramos ahora en los coches modernos.
El dispositivo consistía en una cámara de televisión montada sobre el maletero en forma de uve y un pequeño monitor en una sección de forma ovalada en el centro del salpicadero del coche, realmente elegante dicho sea de paso. El entonces innovador sistema fue creado por el diseñador Chuck Jordan, y no desentonaba con una columna de dirección montada en el centro del habitáculo −con un volante suspendido− y superficies de metal cepillado y vinilo rojo. Era una época en la que el diseño y el estilo preponderaba sobre todas las cosas.
Otras características destacadas del Buick Centurion Concept que sorprendieron a la gente las vemos en las aletas con forma de ala de avión, un dial de selector de marchas ubicado en el volante y asientos delanteros con ajuste automático; al abrir las puertas, los asientos se deslizaban por su cuenta hacia atrás para permitir un acceso y salida fáciles. Además, estos eran una pareja individual con los reposacabezas integrados, algo relativamente normal en Europa, pero extraño en los Estados Unidos, donde eran típicos los bancos corridos.
El coche también tenía una “cúpula de burbuja” de cristal que hacía de ventanillas, lunas y techo. Si bien esta idea no se adaptó directamente a los coches de producción, se convirtió en la base de lo que es el techo corredizo y el techo panorámico modernos. Sin embargo, una cosa que el Centurion Concpet no podía hacer era bajar las ventanillas para dejar entrar el aire, como hacen los conductores hoy en día en sus vehículos modernos. Aún así, el Buick Centurion Concept debería recibir un poco más de crédito por haber profetizado la cámara-retrovisor.
Esta tecnología no reapareció hasta pasados 16 años, cuando Volvo presentó su coche de seguridad experimental en 1972. Como bien preveía el nombre, este sistema se mantuvo como un experimento otra vez, y tuvieron que pasar casi 20 años más hasta que un coche de producción lo puso a disposición de los usuarios de a pie, siempre que viviesen en Japón. Toyota lo ofreció en el Soarer de 1991 a 1997, pero estaba restringido al mercado local. En 2002, Nissan comenzó a equiparlas a nivel global en el Primera y en el Infiniti Q45.
Fuente: CochesMiticos
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