Ha habido un cambio notable en la gama de Audi. Nacía el Audi Q8 e-tron para dejar atrás al SUV eléctrico grande que hasta el momento se conocía simplemente como e-tron y llegaba una segunda carrocería. Se trata del Audi Q8 e-tron Sportback, un modelo que apuesta por una estética más dinámica gracias a las formas de coupé, un recurso que está utilizando asiduamente la marca de los cuatro aros. Y no podía faltar una versión tope de gama como el Audi SQ8 e-tron Sportback para colocarse como un auténtico eléctrico de altos vuelos.
Porque la principal diferencia respecto al resto de versiones no es otro que su sistema de propulsión eléctrico que llega hasta los 503 CV y 973 Nm de par. Esa cifra es la conjunta que se alcanza al sumar tres motores: uno para el eje delantero (124 kW) y dos que van alojados en el eje trasero (98 kW cada uno). De esta forma, consigue unas prestaciones muy destacadas con una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos (en modo Boost) y tiene una velocidad máxima de 210 km/h. Aunque también es interesante por su eficiencia.
Porque el Audi SQ8 e-tron Sportback equipa una batería de iones de litio de 114 kWh (son 106 kWh netos), misma capacidad que el Q8 Sportback 55 e-tron. Con ello se consigue homologar una autonomía de 450 kilómetros, aunque podría llegar hasta los 513 kilómetros en entornos urbanos con el modo range. Otra cualidad que tiene este modelo es que acepta cargas rápidas de hasta 170 kW, mientras que el normal se quedaba en 150 kW. De esta forma llegaría del 10 al 80 % de la carga en 31 minutos. En corriente alterna puede cargar a 11 kW de serie o 22 kW con el cable opcional.
Ya vimos que las medidas del Q8 e-tron Sportback eran considerables, pero en su versión deportiva hay ligeros cambios. Vemos que es 39 mm más ancho y 2 mm más bajo para favorecer el rendimiento. Y eso que la aerodinámica del vehículo ya había sido trabajada considerablemente y se queda en esta versión en 0,27 Cx. Otro dato llamativo de este SUV eléctrico es su peso de 2.650 kg en vacío, confirmándose que es un mastodonte y que conseguirá prestaciones, pero no un comportamiento realmente deportivo.
Otros detalles específicos de la versión deportiva son las llantas de 20 a 22 pulgadas, un difusor trasero más trabajado o las pinzas de freno en negro (que muerden discos de 400 mm en el eje delantero y de 350 mm en el trasero). En el interior no hay tantas diferencias y se puede configurar generosamente como el resto de versiones. De serie ya tiene un equipamiento realmente completo y se pueden sumar elementos como los asientos deportivos delanteros plus o las inserciones decorativas en aluminio cepillado mate oscuro. En este caso, se mantiene la habitabilidad y el maletero de 528 litros (más 62 litros del frunk).
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