Pocas cosas en la vida son tan molestas como cuidar con mimo tu coche, salir a por él y ver que alguien le ha hecho un arañazo. Esto sucede principalmente porque la persona promedio tiene la conciencia espacial de un elefante en un viaje de LSD. O es porque hiciste algo mal, en lo que mereces que te graben palabras groseras. Si eres víctima de una venganza relacionada con los arañazos, no temas, parece que BMW tiene una solución.
La casa bávara presentó recientemente una patente para un sistema de detección de arañazos capaz de detectar un rasguño. En principio, tras saber que la esbelta carrocería se ha dañado, hará sonar una alarma y enviará una señal, que suponemos que iría directamente al móvil del propietario. De hecho, BMW ya tiene una robusta llave digital basada en un smartphone, con lo que podría directamente avisar a dicho dispositivo, según la patente revelada por The Drive sacada de la Administración Nacional de Propiedad Intelectual de China.
El sistema consta de una cámara que puede grabar al malhechor responsable del rasguño y un dispositivo de almacenamiento (una memoria) que puede almacenar dicho metraje y todos los detalles necesarios. La patente es atractiva en su simplicidad. BMW, básicamente, aplica una “piel sensible a los rasguños” al coche. Una corriente eléctrica constante pasa continuamente a través de esa piel y el cerebro informático del coche puede detectar cuando hay un cambio en la corriente. Ahí es cuando el sistema de alerta y las cámaras se activan.
Si conduces mientras el vehículo está rayado, recibirás una alerta auditiva y visual en el cuadro de instrumentos. O, simplemente, puedes mirar o haber escuchado el ruido de raspado. Este sistema realmente solo es aplicable cuando no estás con el coche. ¿BMW lo pondrá en producción? No parece un sistema difícil de diseñar, pero lo más probable es que sea un opcional en modelos de alta gama como el Serie 7 o su derivado SUV X7, o uno con el que los propietarios posean un vínculo emocional más sólido, como bien puede ser el BMW M4 CSL.
Tiene sentido que esta patente se haya originado en China. A pesar de que es un país enorme, las grandes ciudades como Shanghái, Pekín, Chengdu y Guangzhou están a punto de estallar. A la economía local le va excepcionalmente bien, lo que significa que casi todo el mundo puede permitirse un coche nuevo. Shanghái es ahora también la ciudad con más millonarios, por lo que debe haber miles de BMW caros dando vueltas por ahí. Combina eso con un espacio de estacionamiento limitado, y seguramente recibirás muchos rasguños.
Fuente: The Drive