No te descubrimos nada nuevo si te decimos que los coches eléctricos se están convirtiendo en la automoción del futuro. Los principales fabricantes ya se han comprometido con alineaciones totalmente exentas de emisiones de cara a la próxima década. Los eléctricos a batería, como el Hyundai Ioniq 5 o el Ford Mustang Mach-E son el futuro, y los motores de combustión interna se encaminan hacia la retirada; las futuras generaciones no sabrán lo que es echar gasolina.
Esta nueva realidad conlleva importantes implicaciones para otras industrias relacionadas con la automoción, específicamente los productores de petróleo. Reutersha declarado que British Petroleum (BP) está segura de que sus cargadores rápidos para coches eléctricos, muy pronto, serán más rentables que llenar un vehículo que funcionan con gasolina. La división de carga de vehículos eléctricos de BP dice que no espera obtener ganancias antes de 2025, pero que, sin dudas, será un aliciente para uno de los mayores hándicaps del coche eléctrico.
“Si pienso en un depósito de combustible versus una carga rápida, nos estamos acercando a un lugar donde los fundamentos comerciales de las recargas rápidas resultan mejores que los del combustible”, dijo Emma Delaney, directora de clientes y productos de la petrolera británica. Pero, ¿qué ha causado repentinamente este cambio? Porque, incluso a día de hoy, con vistas a los próximos tres años, que un vehículo eléctrico cargue a la misma velocidad que un turismo equivalentesu depósito de combustible, es lo que podríamos decir “un puntazo”.
Para llegar a este punto, la creciente demanda de cargadores rápidos en Reino Unido y Europa ha sido clave. En el extranjero, ambos mercados ya han generado márgenes de beneficio muy cercanos a los de las estaciones de servicio tradicionales. El rápido aumento en la demanda y la rentabilidad de la carga de vehículos eléctricos contrasta bastante con lo que ocurría hace solo unos años. Hasta la fecha, los cargadores de los cero emisiones y su expansión habían estado generando pérdidas para BP y sus rivales durante años. La marea ahora está cambiando.
Por ejemplo, BP afirma que las ventas de electricidad para la carga de vehículos eléctricos han aumentado un 45 % en el tercer trimestre comercial 2021 con respecto al segundo. BP ahora tiene como objetivo expandir drásticamente su división de carga en los próximos años. Actualmente, hay alrededor de 11.000 cargadores, y esto aumentará a 70.000 para 2030. “En general, vemos una gran oportunidad en la carga rápida para consumidores y empresas, así como en los servicios de flota en general; ahí es donde vemos los márgenes”, añadió Delaney.
Por hacer una comparación, uno de los principales rivales de BP, la también británica Shellquiere tener 500.000 puntos de recarga en todo el mundo de cara a 2025. De hecho, acaba de inaugurar su primera estación de carga ultrarrápida, ubicada en Londres, la semana pasada. Es capaz de cargar la batería de un coche eléctrico al 80 % en solo 10 minutos. BP, por su parte, planea aumentar su negocio enfocado en la carga rápida de C.C. (en el abanico de los 50 a 150 kW), a diferencia de Shell que tiene su propio sistema de carga para estos vehículos.
“Hemos tomado la decisión de ir realmente tras la carga de alta velocidad, en movimiento, en lugar de la carga lenta de poste de luz, por ejemplo”, dijo Delaney. Vale la pena señalar que BP comenzó a invertir en la empresa de tecnología de carga rápida con sede en Israel StoreDot en 2018. Queda por ver si la expansión de carga rápida planificada de la compañía aprovechará la nueva tecnología de esa fuente. Y es que al final, aunque las grandes compañías petroleras se hayan negado a la electrificación, la transición hacia ella les resultará igual de beneficioso.
Fuente: Reuters