Uno de las grandes herencias que hemos recibido de la civilización romana es sin duda su extensa y compleja red de calzadas. Tienen más de dos milenios de vida y algunas se conservan en condiciones más que buenas, otras han sido adaptadas y utilizadas a día de hoy como carreteras y autopistas en muchos países que en su momento pertenecieron a uno de los Imperios que más han influido en nuestra Historia como civilización. Un ejemplo es la Autopista Estatal 1 de Italia que hace el mismo recorrido que en su día hacía la Vía Aurelia.
Desde el primer momento en que comenzó la política de expansión por todo el Mediterráneo, los Romanos tuvieron claro que necesitarían una extensa red de comunicaciones para poder exportar su cultura, su economía y, sobre todo, sus tropas. Aunque no es idea suya el empedrado y acondicionamiento de las carreteras, si fue su visión imperialista la que les llevó a pensar y llevar a la práctica la impresionante red de carreteras que construyeron.
La primera gran carretera fue la Via Appia, que comenzó su construcción en el 312 a. C y en un principio iba desde Roma hasta Capua. Su función era mejorar el movimiento de las tropas y sobre todo su abastecimiento, ya que las luchas del ejército romano con sus vecinos eran constantes.
Así que lo que trataban era que fueran lo más fiables posibles y que se pudieran construir en el mínimo espacio de tiempo. Este es el motivo por lo que no solía haber curvas en los trazados romanos, una de las principales características de estas calzadas. Lo que los romanos solían hacer era unir una serie de rectas cortas que cambiaban de ángulo en función de las necesidades del terreno y así no llenar el camino de curvas. Simplemente para ser prácticos, ya que sabía perfectamente cómo hacer una curva.
El perfeccionamiento de su técnica a lo largo de los años fue espectacular. Sus carreteras, resistentes y fiables, eran absolutamente necesarias para mantener el ritmo de conquistas que en su mejor momento llevaban a cabo. Por eso la investigación y la adaptación a cualquier lugar les convirtió en grandes ingenieros y muchas de sus construcciones, a día de hoy, siguen siendo un ejemplo de ingeniería.