La infraestructura de recarga para el coche eléctrico tiene que crecer a la fuerza. Si de verdad esa es la tecnología que reinará en el futuro como nos están haciendo creer es necesario un esfuerzo para que haya un mayor número de puntos de carga. Y eso podría generar un efecto secundario beneficioso derivado del auge de los eléctricos. Según un estudio reciente se ha descubierto que alrededor de esas estaciones de carga se está promoviendo el comercio local de forma bastante significativa.
El prestigioso MIT descubrió que, en el estado de California, cuando abrían una estación de carga los negocios de alrededor aumentaban su facturación. El primer boom fue el más significativo, pues ganaban de media 1.500 dólares más en 2019, mientras que se quedó en un crecimiento de 400 dólares hasta 2023. En todo caso, son cifras positivas que muestran un aumento en la actividad por motivos lógicos. El usuario tiene que hacer algo mientras se carga su coche y termina consumiendo.
Lógicamente esto se nota más en lugares con pocos recursos. Muchas veces estas áreas de servicio no tienen nada a su alrededor, así que el comercio que esté bien situado en sus cercanías verá los beneficios. Con esta investigación también se viene a decir que dicha condición podría llevar a modelos comerciales más desarrollados en torno a las estaciones de carga de coches eléctricos. Es cierto que el estudio ha tenido lugar en Estados Unidos, que tienen una cultura diferente, pero podría servir para otras zonas. Al final también es una forma de rentabilizar la instalación de los cargadores en mayor medida.
Además, el estudio ha sido bastante exhaustivo, con más de 4.000 estaciones de carga en California y 140.000 empresas implicadas. El resultado era que el gasto anual en establecimientos cercanos crecía un promedio de 1,4 % en 2019 y otro 0,8 % entre enero de 2021 y junio de 2023. A nivel empresarial es una diferencia importante, pues pueden ser casi 23.000 dólares adicionales en 2019 y otros 3.400 dólares entre 2021 y 2023. En ese segundo periodo se puede acusar de la saturación que hubo tras la pandemia mundial.
Al final lo que se refleja es que el modelo de negocio tradicional de gasolina con su tienda podría adaptarse también en las estaciones de carga. Algunos ya están optando por hacer la misma jugada y aprovechar la infraestructura que había, pero otras todavía están por explotar. Veremos cómo llega esta tendencia a nuestro país y si el beneficio es real.
Fuente: MIT