Estamos en una época donde no paran de mejorar las soluciones de movilidad, ya sean de forma colectiva o unipersonal. Es una tendencia que ha resultado en la creación de algunos diseños cuanto menos llamativos. Sin embargo, esta es quizá una de las más peculiares que se hayan dado a conocer en las últimas fechas. Su creador lo ha llamado “Ligna”, y se trata de un triciclo destinado a ofrecer una alternativa de movilidad para aquellos que no tienen la posibilidad de caminar.
Eric Grams es la mente que hay detrás de esta experiencia, un diseñador industrial de Berlín, Alemania. Si hay algo en lo que destacan los alemanes y sus vehículos de movilidad urbana es que, en la mayoría de los casos, suelen combinar la funcionalidad y el movimiento para el beneficio de la salud. En este caso, “Ligna” es un poco diferente al estar dirigida a personas con discapacidades físicas que han perdido la capacidad de usar sus piernas, pero que aún quieren salir y disfrutar de la libertad de movimiento al aire libre.
Y aunque Grams la define como una bicicleta reclinada manual, equipa un motor eléctrico para ayudar a aumentar la potencia transferida a la rueda trasera, que no todo el mundo es un campeón olímpico de remo. Aparte del hecho de que debe operarse con las manos, no se menciona nada más sobre el tren motriz y cómo funciona. ¿Se rotarían las manos como lo haríamos con los pedales de una bicicleta, o el movimiento es más parecido al de remar? A juzgar por las imágenes ofrecidas, nos guiamos más por lo primero.
Sin embargo, Grams hace especial mención a los materiales de construcción de “Ligna”. El que domina sin duda es la madera, moldeada para ofrecer un aspecto estético pero también una funcionalidad orientada a la comodidad. Tras una “extensa” investigación, menciona el diseñador, descubrió que una chapa de madera de fresno reforzada con fibra de vidrio podía lograr los resultados buscados. Después encontró que el uso de telas y de resinas de fibra de lograrían los mismos resultados que la fibra de vidrio sin los subproductos nocivos.
Respecto al equilibrio de conducción, con un neumático en la parte trasera y dos delante, la dirección y la estabilidad seguramente serán pan comido en el “Ligna”. Incluso la posición del cuerpo parece bastante cómoda, favoreciendo hasta la posibilidad de afrontar un viaje más largo que el típico paseo. Por otra parte, la ruta depende de la cantidad de energía que quede en la batería o en tus músculos superiores. Y en el caso de que necesites pararte, hay un par de frenos de disco hidráulicos derivados de una bicicleta.
Asimismo, para garantizar que los trayectos son lo más cómodos posibles, junto con cada una de las ruedas hay un amortiguador que suaviza los baches. El prototipo, ciertamente parece entretenido para cualquier persona, sin que por ello tenga que tener algún tipo de discapacidad física en las piernas. Quizá el único fallo es que no puedes ir a la tienda a comprar a uno, ya que no hay mención alguna a puesta en producción en masa. Y también es posible que ya existan soluciones de movilidad más específicas, sencillas y reales.
Fuente: Eric Grams
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