Aunque la electrificación va a ser la protagonista absoluta en el futuro de la automoción, todavía hay algunos fabricantes que quieren alargar la vida de los motores de combustión interna. Y una de las formas más factibles es a través de los combustibles alternativos que sean totalmente respetuosos con el medio ambiente. De hecho, algunas marcas japonesas se han unido para investigar en este caso y de ahí salen creaciones como el Mazda 2 Bio, un prototipo de competición que tiene mucho que decir.
Su nombre quiere decir que se trata de una Mazda 2 (no derivado del Toyota Yaris) que se mueve gracias a un biodiésel muy especial. Está hecho a base de aceite de cocina usado y grasas de microalgas, concretamente del género Euglena. El combustible alternativo recibe el nombre de Susteo y es producido a partir de biomasa procedente de plantas y microalgas, lo que permite que sea neutro en carbono (los vegetales lo absorben). Otra ventaja es que no genera problemas de competencia alimentaria o deforestación (como el fabricado con maíz) y encima se podría usar en los coches de producción que circulan por las carreteras.
Tanto es así que se espera que este biodiésel de nueva generación comience su producción en 2025 y pueda tener otras aplicaciones. En el Mazda 2 Bio sirve para mover un motor diésel Skyactiv-D estrictamente de serie, pues se adapta bien a aspectos como el sistema de inyección de combustible. Para la próxima temporada, la firma de Hiroshima desarrollará un Mazda 3 que se mueva con este Susteo con un motor más potente. Por el momento, este prototipo está compitiendo en la ENEOS Super Taikyu Series, una competición japonesa. Lo hace en la categoría ST-Q, reservada a vehículos especiales no homologados
Galería de fotos: