Hermoso. Así es el Mazda RX-Vision Concept. Una increíble envoltorio digno de lo que oculta en su interior, un motor Wankel. Denostado en su día (por consumos y emisiones, se jubiló con el RX-8), la marca que más ha hecho por esta tecnología a lo largo de la historia no se rindió. Esta mecánica ha sido una de sus señas de identidad, con el que consiguó ganar las 24 Horas de Le Mans en 1991 (a día de hoy la única marca nipona en lograrlo), con el Mazda 787B, uno de los coches más míticos que ha participado en la prueba de resistencia más famosa del mundo.
Por ahora, no hay datos técnicos del motor rotativo, que generan potencia a partir del movimiento de unos rotores triangulares en lugar de emplear cilindros. Su nombre es SKYACTIVE-R y es de nueva generación. La marca ha confesado que nunca han dejado de trabajar en esta mecánica, aunque ahora no lo emplee en ningún modelo de producción. Pero el compromiso de volver a utilizarlo está ahí. ¿Cuándo? Eso es harina de otro costal.
Nos aventuramos a decir que será en los próximos tres años cuando veamos un modelo de producción de este tipo en las carreteras. Y que el diseño del deportivo que lo monte, no diferirá demasiado de este Mazda RX-Vision Concept. Su diseño es espectacular. Llevar las líneas maestras del lenguaje de diseño Kodo (inaugurado por el Mazda Shinari) a un coupé como este ha dado un resultado soberbio.
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Este lenguaje de diseño, que pretende captar la tensión producida cuando una persona o animal se dispone a saltar, es perfecto para este coche. En ese morro tan largo y bajo (conseguido sin duda gracias al pequeño espacio que precisa el motor rotativo) destaca la ya habitual calandra poligonal. En la vista lateral vemos una cabina muy retrasada y un bonito juego de formas curvadas, cóncavas y convexas. Y no faltan guiños a la historia. Sobre todo al Mazda RX-7, el coche con motor rotativo más vendido de la historia, con la doble burbuja del techo.
El interior del Mazda RX-Vision Concept de una idea del carácter del coche, enfocado a la conducción y las sensaciones. Por no tener, no vemos ni las sempiternas pantallas de infoentretenimiento. Relojes analógicos, cambio y freno de mano manual… dejan a las claras sus intenciones. Los modelos RX de motor rotativo siempre destacaron por su bajo peso y eso, unido a la tracción trasera innegociable, hará del coche que salga en un futuro un caramelo muy apetecible, con un motor único.
Sí, se llevará a producción. No tenemos duda de eso. Porque aunque el MX-5 es ya un portento de sensaciones, es clave para la marca contar con un modelo que defina inequívocamente su filosofía «rebelde», de apostar por el diseño, la conducción dinámica y un motor totalmente diferente a los que ofrece el resto del mercado. No para vender mucho, sino para animar las vemntas del resto de la gama. Ponemos la mano en el fuego porque su diseño no variará demasiado de este prototipo, ya que los de Hiroshima no dan puntada sin hilo. ¿Lo dudas? Echa un ojo al Hazumi Concept (casi calcado al Mazda 2 de producción), al Mazda Takeri (germen del Mazda 6) o al Mazda Minagi (anticipo del CX-5). Sus prototipos marcan fielmente la pauta que se sigue después en los modelos de calle. Y pocas hemos estado tan contentos porque esto sea así.
Fuente: Mazda
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