Tras un desvarío hacia el futuro diseño de los SUV con el Pininfarina Pura Vision, Automobili Pininfarina ha vuelto. Y en plena forma, como demuestra el nuevo Pininfarina B95, un superdeportivo eléctrico descapotable que la marca define como el primer hiper-barchetta 100 % eléctrico del mundo.
Desde luego, potencia no le falta: El B95 oculta bajo su carrocería el tren motriz del Battista, con nada menos que 1400 kW (1900 CV), alimentados por una batería de iones de litio con 120 kWh de capacidad. El paquete de pilas, en forma de T, se ha refrigerado por líquido y lo protege una carcasa de fibra de carbono. Admite potencias de carga de hasta 270 kW. En un cargador capaz de mantener esa potencia, en 25 minutos pasaría del 20-80% de carga.
Las cifras de prestaciones que llegan desde Italia son alucinantes. El Pininfarina B95 puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 2 segundos y alcanza 300 km/h de velocidad punta. Los dos ocupantes no sufrirán demasiado el viento gracias a que el sistema de parabrisas ajustable, pionero en el mundo, desviará la brisa.
La marca indica que el diseño del Pura Vision influyó en el B95, pero más allá de su morro redondeado y faros delanteros delgados como cuchillas, nos parece más cercano al Battista. De hecho, comparte con este último la característica visual más llamativa de esta barchetta: los listones que se elevan desde el capó para dirigir con precisión el flujo de aire por canales específicos alrededor de la cabina.
Los pasos de rueda delanteros se conectan a los traseros por líneas rectas y limpias, resaltadas por una línea de carácter plana y faldones de carbono en forma de aletas. Tras los dos asientos se levantan dos cúpulas protectoras abultadas, sumando algo de altura a la barchetta.
No hay techo ni parabrisas, pero Pininfarina incorporó una pareja de pantallas aerodinámicas ajustables, como decíamos antes pioneras a nivel mundial. Inspiradas en los antiguos cazas de combate, son unas pantallas de policarbonato transparente con forma de burbuja que pueden ajustarse en función de los gustos de cada ocupante para poder ir «cómodamente» incluso a 300 km/h.
Los cuatro motores eléctricos distribuyen su potencia y par a través de un sistema de vectorización. El conductor pueden ajustar el comportamiento mediante cinco modos disponibles en el dial giratorio. El interior es digno de un roadster único construido a mano como este. Desde los asientos clásicos inspirados en la competición, de cuero marrón, con costuras en contraste y rematados con reposacabezas y hombros tapizados en un tejido estampado de pata de gallo.
Ante los ocupantes del Pininfarina B95, un tablero inferior diseñada para parecer una extensión de la carrocería, separada por una rebanada de cuero a juego con los asiento. La inclinación de las tres pantallas de instrumentos independientes incitan al conductor a concentrarse en lo que ocurre delante. Por su parte, la consola central y los controles hacen que el copiloto tenga otro punto de vista.
A estas alturas es posible que ya hayas adivinado que la «B» significa Barchetta. Por su parte, el «95» identifica el 95 aniversario que Pininfarina celebrará cuando el B95 entre en producción en 2025. Esa producción se limitará a 10 unidades hechas a mano, cada uno con un precio base de 4,4 millones de euros. Alguno seguro que se encargaron ya en la Monterrey Car Week que se ha celebrado el fin de semana pasado, donde se puso de largo junto al Pura Vision y la edición especial Battista Edizione Nino Farina GT.
Fuente: Automobili Pininfarina
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