Aunque la función de un coche que es que te lleve y te traiga allá donde tu quieras, no todos son meros medios de transporte. Algunos son, simplemente, especiales, y el Porsche 911 es uno de los que mejor casan con el concepto. Son muchas las personas de todo el mundo las que se han quedado prendadas del deportivo alemán en algún momento de sus vidas. El “nueveonce” ha estado en la cima de la industria automotriz durante más de cinco décadas, y aunque rivales no le han faltado, mantiene su corona.
No sería exagerado decir que no hay muchos vehículos que puedan igualar la versatilidad, la fiabilidad y la velocidad escandalosa de este clásico. Este superventas alemán se ha codeado con Ferrari y Lamborghini durante muchos años, y ya sea que estés simplemente paseando o conduciendo hacia un circuito, el 911 causa una gran impresión. No es ningún secreto que ha dominado el segmento durante más de medio siglo, pero, ¿cómo se labró esa reputación a nivel global que le ayuda a conservar su valor en el mercado de ocasión?
El Porsche 911 se convirtió en un gran éxito a principios de la década de 1960. La compañía había dejado su huella en el panorama del automovilismo, lo que a su vez ayudó a impulsar sus ventas. Esta fue una época en la que varios coches fueron nombrados con tres números. El 356, un predecesor del 911, fue el gran arma del fabricante hasta que cesó su producción en 1965. Fue una gran historia de éxito, habiendo vendido alrededor de 76.000 unidades. Sin embargo, la marca gestó un nuevo diseño para sorprender a los clientes.
Esto llevó al Porsche 901. Presentado en septiembre de 1964 en el Salón del Automóvil de Frankfurt, el 901 causó bastante revuelo en la ciudad. Era potente y rápido para el estándar de la época en terreno europeo. Diseñado por Ferdinand “Butzi” Porsche, el 901 original era una completa remodelación de su predecesor. Cuidadosamente elaborado, acogía un motor “bóxer” de seis cilindros montado tras el eje posterior, con un pequeño maletero al frente y una suspensión completamente independiente las cuatro esquinas.
El Volkswagen Beetle –también obra de Ferdinand– fue una clara inspiración para el aspecto exterior, aunque el diseño estuvo muy influenciado por el 356. Las cosas parecían comenzar bien para el 901, pero después de construir solo 82 unidades, los franceses lo abofetearon con una demanda por infracción de derechos de autor. Peugeot tenía la licencia sobre todos los nombres de vehículos de pasajeros de tres dígitos con el número 0 colocado en medio, lo que llevó a Porsche a cambiar el nombre de su nueva criatura a 911.
Los primeros modelos tenían unos impresionantes 130 CV y 175 Nm, y aunque el 911 tenía el lema de apegarse a sus recetas tradicionales, la compañía introducía ingeniosamente un par de actualizaciones aquí y allá siempre que fuera posible, versiones mejoradas que formaron las generaciones futuras. E incluso alguna vez ha sufrido grandes cambios, Por ejemplo, los modelos de entre 1964 y 1998 usaban motores refrigerados por aire. Sin embargo, a partir de 1998, la firma cambió permanentemente hacia la refrigeración líquida.
Además, a lo largo de los años, el 911 se ha fabricado y vendido como coupé, descapotable, Targa y Speedster. En 1967, Porsche planeó lanzar la versión sin techo, pero un cambio en las leyes y regulaciones estadounidenses llevó a hacer una versión modificada y mejorada llamada que llamaron Targa (nombre motivado por el hecho de que la compañía ganó siete veces la Targa Florio en Sicilia). En consecuencia, la empresa reemplazó la luneta trasera de plástico por una de cristal fijo, que era de diseño específico para el Targa.
1967 también fue importante para la compañía, ya que fue la primera vez que actualizaron el motor para el 911. La versión mejorada se bautizó como 911 S. Venía con 30 CV y 4 Nm más y estrenaba las por entonces nuevas llantas de aleación Fuchs. Otras versiones como el 911 T, el 912, 911 L o el 911 R también se convirtieron en éxitos notorios entre el público. Sin embargo, la variante de 1988 –con código el interno 964– fue, posiblemente, la mejor variante que haya fabricado la empresa. Ahí recibió el apellido “Carrera”.
A partir de entonces irían llegando más modelos como los Carrera RS, Carrera 4S, Speedster, Turbo, GT3 y GT2, entre otros. Por tanto, ya se trate de una vertiente destinada a hacer las labores de un gran turismo o de un ligero biplaza de circuito, el Porsche 911 ha sido un éxito inmenso. Ha ganado campeonatos internaciones durante su reinado, tanto en tierra como en asfalto, y también es uno de los pocos coches privilegiados que han ganado las 24 Horas de Le Mans (459 participaciones, con dos victorias absolutas y 51 de clase).
La destreza del 911 a lo largo de su trayectoria ha sido tal que ocupó el quinto puesto en la competición “Coche del siglo” de la Global Automotive Elections Fundation de 1999. Con un palmarés tan rico, es demasiado obvio que el protegido de Porsche sea un coche venerado en el mercado de los deportivos de ocasión. Por esto no es de extrañar que este icono exija un precio elevado, y con razón. El Porsche 911 no es solo un deportivo más, es la referencia del segmento, es el Golf de los coches aspiracionales al que todos quieren llegar.
Fuente: Porsche