Han pasado 25 años desde que Prodrive presentase el primer y único Subaru Impreza de dos puertas, que inspiró a la edición especial 22B STI. Solo se fabricaron 424 de estos modelos aptos para la vía pública y, con el tiempo, ha alcanzado un estatus de culto como uno de los mejores de su era, sino el mejor. Ahora, Prodrive ha vuelto a imaginar lo que este coche podría haber sido hoy y lo ha renombrado como P25.
La base del P25 parte de los chasis originales de dos puertas del Impreza WRX. Estos fueron empleados por el equipo del World Rally Car (WRC) de Subaru y diseñados por Prodrive para la temporada 1997. Un año más tarde llegó la carrocería de dos puertas y carrocería ensanchada con la insignia 22B, realmente un coche de homologación. Sin embargo, junto con este chasis de clase World Rallying, hay una serie de tácticas modernas de ahorro de peso, más potencia y mejoras dinámicas del vehículo que son posibles gracias a la tecnología que existe hoy.
Para reducir el peso del conjunto, Prodrive ha equipado al Impreza WRX de dos puertas con una puerta del maletero, un capó, un techo, umbrales, los espejos de las puertas, los cuartos delanteros y traseros, el alerón trasero y los parachoques de compuesto de carbono, mientras que en el interior hay asientos semibuquet ligeros en opción, y los paneles de las puertas pueden pedirse en fibra de carbono. También hay que sumar la batería de iones de litio de masa reducida y unas llantas de aleación de magnesio. En total, el P25 pesa 1.200 kilogramos.
Bajo el capó hay un moderno motor Subaru de cuatro cilindros y 2.5 litros, turboalimentado y equipado con piezas nuevas que incluyen camisas de cilindro mejoradas, pistones reforzados y una nueva sincronización variable del árbol de levas. Produce 400 CV y 600 Nm de par, y está asociado a un sistema de tracción total y una transmisión semiautomática de seis velocidades. Junto con el escueto peso, el P25 cubre el sprint de 0 a 100 km/h en “menos de 3,5 segundos”, algo que también tiene mérito por parte de un sistema de control de salida (launch control).
Los cambios de marcha se controlan mediante una palanca de cambios en el volante, mientras que el sistema de tracción total permanente está respaldado por un diferencial central activo. Acompañándole, hay diferenciales de deslizamiento limitado en los ejes delantero y trasero. El conjunto queda aderezado por un juego de amortiguadores y muelles ajustables, cortesía del especialista Bilstein. Por último, el frenado viene de AP Racing, con discos ventilados delante de 380 milímetros y pinzas de seis pintos, y detrás de 350 mm con pinzas de cuatro pistones.
Si bien el enfoque de Prodrive se ha centrado en la experiencia de conducción, el interior del Impreza también se ha mejorado, recreando el mismo sabor de la década de los 90 utilizando una combinación de cuero, alcántara y molduras de fibra de carbono. El P25 puede transportar además a cuatro pasajeros, pero la empresa también ofrece la opción de retirar la segunda fila y montar una jaula antivuelco parcial. El conductor podrá disfrutar de una pantalla panorámica de alta definición Motec con telemetría incorporada y de un freno de mano hidráulico.
“Los icónicos Subaru azules traen recuerdos de una era maravillosa del WRC, y fue el Impreza 22B el que trajo el rendimiento del modelo de rallies a las calles. Al reinventar este automóvil empleando las últimas tecnologías y materiales, el Prodrive P25 rinde homenaje a sus raíces y no habrá muchos que puedan igualar su rendimiento en la carretera abierta. Por lo tanto, creo que hemos logrado nuestra visión de crear nuestra propia interpretación moderna del Subaru Impreza más icónico de la historia”, declara David Richards, presidente de Prodrive.
Fuente: Prodrive