Vivimos en un mundo en el que la eficiencia es uno de los puntos más importantes de la industria automotriz. Se miden al milímetro las emisiones de los vehículos y también lo que se contamina durante su producción. Por ello, todos los fabricantes están en busca de la neutralidad en carbono durante todo su proceso productivo. Renault habla de que lo conseguirán en Europa para 2040 y a nivel global para el año 2050. El Renault Embleme es un prototipo que quiere servir como guía para conseguir esos objetivos tan exigentes.
Tanto es así, que se trata de un ejemplar que han conseguido reducir sus emisiones de CO2 un 90 % respecto a otros coches actuales equivalentes. Aunque realmente no tiene mucho que ver con otros modelos de la gama Renault, pues se trata de un shooting brake de 4,80 metros de largo y una silueta muy atractiva. Que se elija este tipo de carrocería responde a motivos aerodinámicos, algo que siempre va ligado a la eficiencia. No falta una personalidad evidente a través de un lenguaje de diseño novedoso.
Las formas marcadas y los motivos poligonales se mezclan con detalles como las llantas carenadas o una iluminación llamativa. Aunque lo más importante del Renault Embleme probablemente sea lo que esconde en su interior. Se mueve gracias a un motor eléctrico bienergía de 217 CV, lo que podríamos traducir como que tiene dos formas de alimentación distintas. Por un lado está la batería más tradicional, que es una NMC de 40 kWh que le da una autonomía suficiente para el día a día.
Sin embargo, este prototipo también cuenta con una pila de combustible de hidrógeno que le da un extra de autonomía para viajes largos. Hablan de que conjuntamente se podrían llegar a los 1.000 kilómetros sin recargas, teniendo unos 350 kilómetros sólo con una recarga de hidrógeno en cinco minutos. Por lo tanto, el impacto del Embleme es mínimo y también se olvida de las limitaciones. Ha sido creado con una adaptación de la plataforma AmpR Medium y tiene un peso bastante contenido de 1.750 kg.
De momento es un ejercicio de diseño y no se ha dicho nada sobre llevarlo a producción. Sin embargo, es un proyecto plausible que ha contado con hasta 20 socios de lujo para llegar a niveles de eficiencia inéditos. Eso también ha requerido un análisis de todo el ciclo de vida del producto desde el inicio de su producción hasta su jubilación después de 200.000 kilómetros. Si en un Megane E-Tech se registraron 24 toneladas de CO2 emitidas y en el Captur 49 toneladas, en este prototipo se queda en apenas 5 toneladas…
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