A partir de ahora, tendrás que asegurarte de estacionar en un lugar seguro cuando tu coche de cero emisiones necesite recargar su batería. Te lo decimos porque parece ser que los ladrones ahora están interesados en los equipos de suministro de estos vehículos. Más específicamente, están cortando los cables de carga para sacarles todo el cobre.
Los ladrones casi siempre saben a dónde ir para obtener dinero fácil. Ya sea robando el coche per sé o lo que hay dentro del mismo (aún con lunas tintadas), la última idea de los amigos de lo ajeno es cortar los cables de carga de los vehículos eléctricos y quitarles todo el cobre que puedan. Desafortunadamente, no les importa si los coches están enchufados o no. En algunos casos reportados recientemente, incluso han quitado el metal directamente en la propiedad y dejaron el resto atrás.
Con la chatarra de cobre vendiéndose a alrededor de ocho euros el kilo y el mal monitoreo en la mayoría de los puntos de carga de vehículos eléctricos, no sorprende que personas infames estén tratando de obtener ilegalmente uno de los metales más importantes para un futuro 100 % eléctrico. Lo más probable es que los servicios de reciclaje no pregunten de dónde ha venido el cobre, por lo que es una manera fácil para que los ladrones obtengan algo de dinero extra sin demasiada dificultad.
Teniendo en cuenta que los robos, normalmente, se realizan por mucho menos de lo que los delincuentes pueden obtener por lo que hay dentro de un cable de carga, no es de extrañar que los propietarios de vehículos eléctricos ahora tengan que lidiar con otro problema. Los cables de carga para vehículos eléctricos son bastante gordos y están fuertemente aislados por razones de seguridad, pero se pueden cortar con las herramientas adecuadas, igual que un candado o casi cualquier dispositivo físico de seguridad.
Los cargadores rápidos necesitan cables de gran envergadura porque deben permitir que los electrones viajen en grandes cantidades durante un tiempo de carga mínimo. El cobre es un material altamente conductivo que también es duradero y maleable. Se ha utilizado durante mucho tiempo en nuestra infraestructura de red eléctrica y ha demostrado su valor. Esa es una de las razones por las que su precio ha subido constantemente en los últimos tres años, y el algo que no tiene pinta que vaya a revertirse.
Como decíamos al comienzo de esta entrada, si no quieres correr el riesgo de que te dañen el coche, asegúrate de elegir una estación de carga que tenga vigilancia por vídeo o, mejor aún, una seguridad adecuada. Otra buena idea sería no dejar el coche solo por la noche en un punto de carga de vehículos eléctricos, o estar medianamente pendiente del coche mientras reposta. Afortunadamente, también habrá una solución antirrobo próximamente en las estaciones de carga, pero llevará tiempo antes de que se implemente en todas partes.
Fuente: Vice