Como pudimos ver en forma de adelanto, los aprendices de Skoda han logrado construir una versión del Scala mucho más emocionante que el modelo compacto de cinco puertas presentado a finales de 2018. Se llama Skoda Slavia y es solo un prototipo desarrollado por los estudiantes de la Escuela de Formación Profesional de la marca, quienes han hecho un muy gran trabajo transformando a un tal vez algo insulso medio de transporte en una emocionante vertiente con la que poder disfrutar a cielo abierto.
Inspirándose en el biplaza de competición 1100 OHC de 1957, el Slavia también conmemora el 125 aniversario de la fundación de la compañía. Creado por 31 alumnos de la escuela vocacional del fabricante checo, el séptimo “Skoda Student Concept Car” –desde 2014– es un puente entre el pasado y el presente. Tomando el nombre de las primeras bicicletas producidas por Václav Laurin y Václav Klement a finales del siglo XIX, el Slavia ha sido completamente diseñado y construido por estudiantes, desde el primer borrador hasta el montaje final.
Lo que comenzó su vida como un humilde competidor del Volkswagen Golf es ahora un elegante roadster de dos puertas con mucho más que innumerables acentos de iluminación. Podemos ver un alerón trasero bastante grande, chapa completamente nueva para reemplazar el techo y nuevas llantas de aleación de 20 pulgadas tomadas del Kodiaq RS. La nueva carrocería es la parte interesante, por supuesto, y funciona junto con algunos otros cambios, incluidos los refuerzos del chasis. Lógicamente, las puertas traseras también han sido soldadas.
Para tratar de ajustarse a las nuevas dimensiones, el Skoda Slavia cuenta con las mismas faldillas laterales del Scala Monte Carlo, aunque convenientemente actualizadas. Sin embargo, las luces multicolores de la Slavia no están disponibles actualmente en ningún modelo de producción, ni la insignia retroiluminada en el maletero. El prototipo está pintado en un tono azul cristalino-blanco que contrasta con los detalles en negro en las secciones inferiores de ambos parachoques y el lateral, y se enfatiza con el juego de luces de neón LED, bien de color azul, rojo o blanco.
Bajo el capó hay una unidad de gasolina turboalimentada (TSI) de 1.5 litros con 150 CV asociado a una transmisión automática de doble embrague (DSG); la firma de Mladá Boleslav podría haber optado por montar una versión potenciada del 2.0 TSI del Golf GTI o el Cupra León, pero no ha sido la intención de la treintena de estudiantes hacer un coche que fuese rápido, sino llamativo. Aunque sí que se ha mejorado en cierta medida la dinámica del coche, con un sistema de frenos derivado directamente del Octavia RS y un nuevo tarado para la suspensión.
En el interior, el cuadro de instrumentos digital de la casa (Virtual Cockpit) y el correspondiente sistema de infoentretenimiento también se han mantenido sin cambios. Sin embargo, sí que se presta a lucir algunos detalles de aspecto deportivo como los asientos de cuero perforado de tipo buquet firmados por Sparco con arneses de cuatro puntos y costuras en contraste en blanco. Igualmente, hay otras superficies forradas en cuero blanco y negro, pero el detalle más llamativo lo encontramos en los leones bordados tras los respaldos, que albergan dos altavoces.
Y como es norma cuando se es joven, el equipo de música ha de estar a la altura. En el caso del Slavia no decepciona, ya que consta de un subwoofer con una potencia de salida de 2.250 vatios, mientras que los altavoces restantes agregan otros 320 W adicionales. Dentro del maletero del prototipo también hay espacio para dos scooters eléctricos de Skoda. Si te ha gustado, puedes echar un vistazo a las anteriores creaciones de los jóvenes estudiantes de Skoda, como el Mountiaq (Kodiaq), el Atero (Spaceback), el Element (Citigo) o el Sunroq (Karoq), entre otros.
Como curiosidad, el 1100 OHC del que toma inspiración el Skoda Slavia fue diseñado como un posible coche de carreras de tipo barqueta (biplaza y sin techo) para ser usado en manifestaciones del mundo de la resistencia como la Mille Miglia, algo así como un sustituto para el Skoda Sport de 1950. Una carrocería baja de fibra de vidrio ayudó al deportivo checo a mantener su peso en solo 550 kilos, por lo que su motor de cuatro cilindros de 1,1 litros y 91 CV conseguía mover el conjunto con soltura.
Fuente: Skoda
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