Aston Martin ha sido una marca que siempre ha tenido sus idas y venidas en cuanto a los coches eléctricos. Hace tiempo apostó por proyectos como el Aston Martin Rapide-E de tirada limitada y puso su foco en la electrificación a través de la submarca Lagonda. Mientras que esta tecnología se quedó un poco estancada, ahora parece que vuelve el impulso. Tanto es así que los sucesores de los Aston Martin Vantage y DB11 podrían ser 100 % eléctricos.
La marca de Gaydon está en pleno proceso de alejarse de su dependencia de las mecánicas de combustión de gran cilindrada, pues actualmente sólo usa los potentes V8 y V12. El futuro tiene que ser híbrido y eléctrico, un movimiento que ya ha comenzado con los modelos de motor central Valkyrie y Valhalla. Pero lo siguiente será sustituir su actual gama de ejemplares con motor delantero, teniendo planificado el primer sucesor eléctrico para 2025.
Mientras tanto, también se está trabajando en una versión híbrida enchufable del Aston Martin DBX, el SUV que está funcionando a buen ritmo en el mercado. Otro que utilizará este tipo de sistema de propulsión será una versión de producción del prototipo Vanquish Vision. La transición será lenta y los actuales Vantage, DB11 y DBScompletarán su vida comercial antes de ser reemplazados por ejemplares electrificados. Se trata de una estrategia totalmente nueva y motivada por la entrada de Tobias Moers como CEO.
No hay que olvida que los anteriores planes de electrificación y de Lagonda pertenecen a la etapa de Andy Palmer y fueron desechados por Lawrence Stroll cuando se convirtió en accionista de la marca. La agenda marcada por Aston Martin para los próximos años consta de un eléctrico en 2025 para sustituir a Vantage o DB11 y para 2026 llegará un SUV eléctrico que responda a la alta demanda de este tipo de modelos. Para 2030 el objetivo es que la mitad de su gama sea «cero emisiones».
Fuente: Automotive News