Los Volkswagen Golf GTI siempre han sido objeto de deseo. Desde su primera generación en 1976 fue asentando las bases entre los compactos deportivos y a día de hoy sigue siendo un auténtico referente. Aunque ha cambiado prácticamente todo desde su lanzamiento hasta ahora (tamaño, peso, potencia…) hay algo que se ha mantenido casi inalterado siempre en su habitáculo. Hablamos de esa tapicería de tartán y de la pelota de golf como palanca de cambios, dos de los signos de identidad del modelo.
Aunque es un dato relativamente desconocido, fue la misma persona la que dio con las dos soluciones: Gunhild Liljequist. Fue la primera mujer en el Departamento de Teijdos y Colores de Volkswagen cuando la contrataron en 1964 cuando tenía 28 años. Venía de haber trabajado como pintora de porcelana y como diseñadora de cajas de bombones. Llegó como un soplo de aire fresco, con ideas nuevas que marcarían tendencia y que perduran en la actualidad.
Aunque Liljequist se retiró en 1991, su legado es imborrable gracias al Volkswagen Golf GTI. En esa época en la que se podía innovar algo más en los interiores de los coches, la diseñadora quiso unir la deportividad implícita en el modelo con el colorido y la calidad. Inspirándose en Gran Bretaña y sus telas con patrones de cuadros, dio vida a esa tapicería de tartán tan llamativa que cuatro décadas después todavía no ha pasado de moda.
En un primer momento hubo otros que se resistieron a integrar ese patrón en el Golf GTI, pero el tiempo ha dado la razón a Liljequist. En la actualidad, este modelo se sigue comercializando con una tapicería similar que recibe el nombre de «Clark». Lo mismo pasa con la palanca de cambios rematada con la forma de una pelota de golf, lo que fue una idea totalmente espontánea de la diseñadora, que asociaba el golf como deporte con el carácter y el propio nombre del Volkswagen Golf.
La aportación de Gunhild Liljequist no se limitó a ese primer Golf GTI, sino que también aportó mucho en términos de materiales para los habitáculos y colores para las carrocerías. Otra de sus creaciones más reconocidas fue el Volkswagen Golf Cabrio ‘Etienne Aigner’ de 1987, una edición especial que se inspiraba en la firma de moda y que llamaba la atención por su color exterior.
Fuente: Volkswagen