¿Qué esperamos de los coches autónomos? Muchos pensamos en viajes mas descansados, en poder ir al trabajo haciendo otras cosas o, simplemente, yendo en coche sin tener permiso de conducir. Pero, desde luego, uno no se imagina poder realizar derrapes a gran velocidad. Menos mñas que en el Instituto de Investigación de Toyota (TRI) han pensado que esa facultad podría ser interesante.
¿Para qué? Pues para que el coche sepa reaccionar de manera extrema ante una situación de peligro, tal y como lo haría un piloto profesional. La marca ha publicado un vídeo donde el conductor activa el modo autónomo, suelta las manos del volante y el coche se pone a esquivar obstáculos en la pista de pruebas, en el Thunderhill Raceway de California.
Coches autónomos emocionantes. Desde luego, es algo que no se esperaba, si bien hace ya años que Audi llevño un TTS autónomo a Pikes Peak. Toyota llevaba un año preparando este momento en la oficina de Los Altos, California, en colaboración con el Laboratorio de Diseño Dinámico de la Universidad de Stanford, que ya había trabajado con un DeLorean autodirigido.
La idea no era crear un coche de drift emocionante, sino llevar la tecnología de seguridad activa al extremo, imitando las maniobras de un conductor profesional para poder evitar choques y prevenir muertes.
«Cuando se enfrentan a carreteras mojadas o resbaladizas, los conductores profesionales pueden optar por derrapar en una curva, pero la mayoría de nosotros no somos conductores profesionales», explicó el científico investigador del TRI, Jonathan Goh. «Por eso que TRI programa vehículos que pueden identificar obstáculos y sortearlos de manera autónoma en una pista cerrada».
Los algoritmos de TRI activan y controlan el derrape utilizando la dirección, el acelerador, el desplazamiento del embrague, la transmisión secuencial y el frenado individual de las ruedas, que eauipaba el Toyota Supra. La suspensión, el motor, la transmisión y el equipo de seguridad se actualizaron para realizar el experimento de manera segura en condiciones controladas y recopilar datos.
Un automóvil futuro equipado con dicha tecnología podría usar la deriva controlada como herramienta para evitar un choque o derrapar en la nieve o el hielo. Pero no esperes que el próximo Corolla cuente con ello. Derrapar en un circuito cerraro de 3,2 km con obstáculos definidos es muy diferente a hacerlo en una carretera con peligros y tráfico no identificados. Eso sí, Toyota planea continuar investigando para que la tecnología de conducción autónoma puede «amplificar las capacidades humanas en el camino», incluso en situaciones extremas. Así se desarrolló la prueba:
Fuente: Toyota