Cada generación encuentra la nostalgia de una época donde muchos de sus integrantes recién nacían. Así es como los adultos jóvenes de los años 90 encontraron fascinantes los años 70, y cómo los estilos y las tendencias de los años 80 y 90 han disfrutado de su propio renacimiento en los años venideros. Es un ciclo de la vida. El Volkswagen Beetle, por ejemplo, ha sido –y es– un icono de la industria, aunque no tanto su sucesor, el New Beetle. ¿O estamos equivocados?
La “Generación Z” ha mantenido viva esta racha de nostalgia en los últimos años con un auge de todo lo relacionado con el “#Y2K”: un marcador histórico único que se ha convertido en una especie de piedra angular para una época más sencilla y feliz, incluso si los que tienen la edad suficiente para experimentarlo no comparten dicho punto de vista. Parte de esta nostalgia por la cultura de principios de siglo se ha manifestado en una apreciación renovada de uno de los coches más singulares de la época. Sí, nos referimos al “Escarabajo”.
Concebido originalmente como un coche eléctrico en 1993, el Volkswagen New Beetle empezó su vida como un modelo a pequeña escala capturado con una sesión de fotos en las soleadas playas de California antes de recibir luz verde como un prototipo de exhibición.
En el Salón del Automóvil de Detroit de 1994, Volkswagen presentó el Concept One, un nostálgico prototipo que rendía homenaje al Beetle original, pero adoptando un chasis más moderno (el del Golf de la época; 1H) con la configuración de motor delantero y tracción delantera.
El coche se mostró al gran público con un vídeo sentimental que pedía a los espectadores que “recordaran cuándo…”, haciendo alusión a la época dorada del Beetle primigenio. Freeman Thomas, la mitad del dúo de diseñadores detrás del New Beetle y actual director ejecutivo de Meyers Manx, dice: “Todos los periodistas estaban llorando [durante el vídeo]. La abrumadora respuesta de la prensa fue tan grande que no abandonaron el stand de Volkswagen para ir a otras conferencias de prensa, querían ver si realmente se construiría el Beetle”.
Después de un gran éxito en el Salón del Automóvil de Detroit, se aprobó la producción del Concept One y Thomas y su equipo diseñaron los detalles interiores y exteriores. Tomaron del Beetle original hasta sus elementos más geométricos, la forma de tres arcos, y se inspiraron en el diseño industrial para mezclar los sabores de la Bauhaus con un diseño de carácter cálido, lo que hizo que el New Beetle fuera elegante y accesible. Querían seguir adelante con un diseño que trajera modernidad en lugar de confiar en las formas y líneas del pasado.
El interior original del modelo de producción reflejó las líneas exteriores de su carrocería, con un sencillo cuadro de instrumentos arqueado con diales de color aguamarina inspirados en las resplandecientes piscinas de California. Thomas creó el famoso “jarrón de flores” en Concept One en vistas de dotar de un poco de humanidad a cada vehículo, así como por un tributo a los jarrones de porcelana Rosenthal. Ciertamente, no era tan aburrido como el del interior de los demás modelos de Wolfsburgo, aunque los acabados fueran un poco cuestionables.
“Todo el mundo tiene su propia historia del Volkswagen Beetle”, declara Thomas. “Recuerdos basados no solo en el carisma del diseño, sino también en la fiabilidad del vehículo y en cómo representaba la filosofía de Volkswagen de cómo construir, diseñar y vender un vehículo”.
En sí, el coche hizo su debut en los concesionarios en 1998, y pronto se convirtió en un modelo muy popular. En 2003, se introdujo el modelo Cabrio, con una capota de lona que una vez más se inspiraba en una mezcla de modernidad y la nostalgia de los viajes costeros.
El Volkswagen New Beetle lucía un diseño cohesivo, uno que incluso hoy en día mantiene un equilibrio preciso entre acogedor y caprichoso, siendo también el modelo preferido de Barbie hasta la llegada del Fiat 500.
Aun así, el coche ha aparecido múltiples veces en la gran pantalla a través de películas, series, vídeos musicales y, ahora en las publicaciones de las redes sociales debido a su diseño icónico y los sentimientos de nostalgia que evoca. “El Beetle representa la simplicidad del pasado. Eso es realmente lo que representaba el Escarabajo”.
Fuente: Volkswagen
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