Renace el Volkswagen Polo Harlekin, un icono de los 90 que, a buen seguro, casi todo el mundo es capaz de reconocer. No se trata tanto de un Polo muy rápido ni de uno que sea más divertido de conducir. En realidad, es un truco promocional que conmemora una apuesta sin sentido que caló en el memorándum de la historia de automoción. Pero en un mundo dominado por la escala de grises, la división de los Países Bajos de Volkswagen ha querido levantar el ánimo al traer de vuelta su clásico más colorido.
El Polo de tercera generación (6N) entró en el mercado en 1994. Era la primera vez que se vendía como un urbano de cinco puertas (hoy en día ni siquiera es posible un tres puertas), y también podría estar equipado de forma relativamente lujosa en términos de opciones de equipamiento. Pero lo que más destacaba de este pequeño urbano era su elevada modularidad, ya que servía también como base para el SEAT Ibiza y Córdoba coetáneos (6K), y para el Arosa y Lupo en una vertiente acortada de ese mismo chasis (y a las furgonetas Inca/Caddy).
Originalmente, nunca se pensó como una opción para llevar a producción. Se suponía que los paneles multicolores ilustraban el flujo y la capacidad de los sistemas de ingeniería industrial de Volkswagen. Pero lo que comenzó en 1995 como un ejercicio de control de calidad, finalmente se convirtió en una declaración de diseño para la firma de Wolfsburgo y su sistema baukasten (juego de construcción). No se vendieron muchas unidades de este primer Polo Harlekin, unas 3.800, siendo una elección tan arriesgada que resultó en una fórmula ganadora.
Como curiosidad, estos Volkswagen se fabricaron como Polo “normales”. Los coches se pintaban en los tonos anteriormente mencionados y, después, todos los paneles que daban la carrocería se intercambiaban en base a un patrón fijo. El color básico siempre se podía encontrar en los umbrales de las puertas y otras áreas del vehículo como el compartimento del motor o el tapón del depósito de gasolina (por dentro). Además, los colores del Polo Harlekin estaban disponibles dentro la paleta cromática original (sí, de verdad, el verde menta era opcional).
Al igual que su antepasado, el Volkswagen Polo Harlekin 2021 luce un multicolor ideal a lo largo de su carrocería, con tonos en amarillo, rojo, verde y azul. En el habitáculo, sin embargo, no parece destacar demasiado frente a cualquier otro Polo, por lo que no hay lugar para soluciones extravagantes como el volante teñido en azul. Evidentemente, no faltan todos y cada uno de los dispositivos de un coche moderno, como el sistema infoentretenimiento de última generación y el compendio completo de asistencias a la conducción (ADAS) de Volkswagen.
En resumen, al menos exteriormente sigue las líneas marcadas y trazadas por su reconocido precursor, aunque de momento aún no está a la venta en la red de concesionarios españoles. Este es un ejercicio de diseño realizado por el fabricante alemán para el mercado holandés con motivo de animar el “Blue Monday” (el pasado 18 de enero, considerado el día más triste del año). Por lo tanto, estamos ante una unidad única que podría ser fácilmente replicable. Veremos si vuelve a imponerse el sentimiento de nostalgia con un objeto tan inusual y fuera de lo común.
Fuente: Volkswagen
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