Hace apenas 40 años, pocas familias se resistían a una berlina. Las carrocerías de cuatro puertas y tres espacios separados, eran los coches familiares por excelencia en Europa, en especial las del segmento D (medianas). De hecho, era típico que cuando uno se sacaba el carnet de conducir y cogía el coche de la familia para dar una vuelta con los amigos, en la mayoría de los casos se trataba de una berlina y nuestros amigos siempre decían lo mismo: el coche me gusta, pero es “muy de padre”, ¿no?. Sino que me lo digan a mi con el Toyota Avensis.
En cuanto a números se refiere, parece mentira que un segmento que lleva más de diez años en una recesión constante, llegase a acaparar más del 25% de las ventas de nuestro país. Primero el auge de los monovolúmenes en la década de los 90, y ahora, la “plaga” de los SUVs, han debilitado mucho este segmento, hasta tal punto que muchos fabricantes han decidido tirar la toalla y retirar sus modelos correspondientes. ¿Dónde están los Toyota Avensis, Honda Accord, Citroen C5…?, modelos que desaparecieron para no volver. Ahora, la mayoría de los padres/madres, van en SUVs y no en berlinas.
Pese a que el número de ventas no es el deseado, hay marcas que se niegan a dar todo por perdido y siguen sacando nuevas generaciones de sus modelos sedán. Incluso hay fabricantes que sacan nuevos modelos, como es el caso de Alfa Romeo con el Giulia, la berlina italiana con cierto toque sport que aterrizó en nuestro mercado en 2017 para sustituir al 159. Llegó al segmento con la idea de hacer frente al flamante Peugeot 508, el tradicional Volkswagen Passat y los alemanes premium: BMW Serie 3, Mercedes Clase C y Audi A4.
Hablar del Giulia es sinónimo de una de las historias más exitosas de Alfa Romeo. El primer Giulia se presentó en el año 62 en el mítico trazado de Monza y vino para sustituir al Alfa Romeo Giulietta (en la actualidad, el compacto de la gama actual), y supuso un antes y después en la historia de los italianos.
Ahora, casi 60 años desde su lanzamiento, el Giulia revive como la máxima expresión de la meccanica delle emozioni. Desde siempre, Alfa Romeo ha hecho gala de una forma totalmente original de concebir los automóviles: es el punto donde convergen el diseño y la pasión, el amor por la tecnología avanzada y el fuerte instinto de inspirar emociones.
Exterior
Como buen italiano, su diseño es único e inconfundible. Su carrocería de 4.643 mm de longitud, 1.860 mm de anchura y 1.436 mm de altura, desprende dinamismo por los cuatro costados. A primera vista es un coche que enamora, una combinación perfecta entre elegancia y deportividad que dan como resultado un coche con mucho porte, con una línea muy atractiva y equilibrada.
El frontal está presidido por la inconfundible calandra en forma de triángulo invertido que tanto caracteriza a los modelos de Alfa Romeo desde los tiempos del Alfa 1900. El fino diseño de los faros bi-xenón, las descomunales tomas de aire inferiores y la pequeña matrícula situada en el lado izquierdo, le confieren mucha personalidad. Asimismo, las nervaduras que recorren el capó desde la parte inferior del paragolpes, le dotan de una imagen muy atlética.
Su diseño unido a la poca distancia que guarda respecto al suelo, se traducen en un gran coeficiente aerodinámico (0,25 Cx) que favorece a la resistencia al avance del coche y, por supuesto, a las prestaciones.
A pesar de ser un coche que persigue una estética sport, el lateral no renuncia a la configuración de tres volúmenes típica de una berlina. Desde esta vista, llama la atención el musculoso paso de rueda posterior que denota que estamos ante un tracción trasera. Las espectaculares llantas de 18 pulgadas de nuestra unidad son opcionales (68P código catálogo). Su diseño de 5 orificios redondos al estilo “Alfa” junto al color negro grafito, realzan la estética deportiva de todo el conjunto. Vienen calzadas con gomas 225/45 delante y 255/40 en el eje trasero, mejoran la estabilidad y el paso por curva de manera notable.
La poca distancia que guarda respecto al suelo que comentamos anteriormente, incrementa la sensación de longitud de todo el conjunto. Los 13 centímetros que le saca un Volkswagen Passat, o los 11 centímetros de diferencia respecto al nuevo Peugeot 508, parecen menos visualmente.
La zaga no derrocha tanta personalidad como el frontal. Aún así, y pese a ser menos emocional, su diseño es elaborado y encaja a la perfección con el resto de la carrocería. El difusor negro de la parte inferior protege esta zona de posibles golpes y hace un bonito contraste con el llamativo color rojo de nuestra unidad. En el lado izquierdo incorpora un gran embellecedor del tubo de escape que le sienta realmente bien (las motorizaciones diésel vienen con dos salidas y el espectacular Quadrifoglio, con cuatro).
Los pilotos traseros tienen un diseño fino y alargado que recorren gran parte de la parte lateral. Su forma de triángulo invertido recuerda en cierta parte a los del Maserati Gran Turismo.
Interior
La gran duda que nos surge en este apartado es si el interior está a la altura de sus rivales de BMW, Mercedes y Audi, fabricantes premium, cuyos modelos suelen estar un peldaño por encima de los generalistas, en términos de calidad. Pues bien, creemos que está igualado con BMW, ligeramente por encima de Mercedes, y por debajo de la calidad de la firma de los cuatro aros, el referente en este apartado.
Se aprecia que está muy trabajado y el nivel de acabado supera nuestras expectativas. En las zonas altas que quedan a la vista, se hace uso de materiales mullidos que tienen un tacto muy agradable y que parecen aguantar perfectamente el paso del tiempo. Un claro ejemplo de esto último es que nuestra unidad de prueba supera los dos años de antigüedad, y pese a eso, el interior se conserva como el primer día. Asimismo, la guantera guarnecida con suelo de goma, las puertas sin chapa a la vista y la tapa de la consola central con cierre amortiguado, son detalles que nos indican que estamos ante un coche premium.
A pesar de su buena calidad, se deben mejorar ciertos ajustes como las salidas de aire laterales, al presionarlas se escuchan unos crujidos que no son del agrado. Asimismo, los materiales empleados en zonas inferiores, son algo duros y de calidad mejorable.
Una vez a los mandos del Giulia, nos encontramos un interior sencillo y algo sobrio, más propio de un fabricante alemán que de uno italiano. El diseño del salpicadero tiene un toque clásico a la par de deportivo, y rompe con la tendencia del mercado de incluir pantallas gigantescas poco integradas. El resultado final es un salpicadero muy limpio y agradable, que no es tan llamativo como el del nuevo Peugeot 508.
El puesto de conducción es ejemplar. Está situado en una posición muy baja, lo que incrementa la sensación de deportividad. El ir tan pegado al suelo dificulta la entrada y salida del habitáculo y puede no ser del agrado de todo el mundo, pero una vez pulsamos el botón de arranque situado en el volante (detalle más propio de un Ferrari), todo lo anterior se nos olvida.
La consola central sigue una línea minimalista y está presidida por la pantalla de infoentretenimiento de 8,8 pulgadas que queda perfectamente integrada en el diseño. A pesar de su gran tamaño, no es aprovechable en su totalidad y hay zonas que se quedan en negro. Esta pantalla no es táctil y se gestiona desde una ruleta giratoria situada junto al selector de cambio y el sistema DNA de modos de conducción. Su funcionamiento es fluido pero cuesta un tiempo acostumbrarse a ella para navegar con relativa soltura entre menús.
Más allá de su funcionamiento, la estructura de los menús puede resultar algo compleja y la proyección de los mapas del navegador es mejorable. Otro punto que no nos ha gustado es la cámara de marcha atrás, se muestra en un formato muy pequeño y la calidad de imagen deja mucho que desear.
El cuadro de instrumentos es muy del estilo Alfa Romeo, utiliza dos diales envueltos en dos grandes viseras que le confieren un aspecto muy deportivo. En medio de ambas esferas hay sitio para una pantalla TFT de 7 pulgadas para consultar toda la información relacionada con el consumo, sistemas de seguridad, radio, autonomía etc. A pesar de tener un diseño bonito, su tecnología se queda muy lejos de los cuadros digitales empleados por Audi o Mercedes.
El volante es de los elementos que más agradan de este Giulia. Su exquisito tacto y su buen agarre no lo encontramos en otros modelos de la categoría. Además, incorporan detalles de un superdeportivo, como son el botón de arranque al estilo Ferrari y las enormes levas fijas fabricadas en aluminio que se sitúan tras él.
En el interior encontramos varios huecos portaobjetos, sin embargo, son muy pequeños (incluido el del reposabrazos central), por lo que no disponemos de espacio suficiente para poder dejar nuestras pertenencias (móvil, cartera…). Tampoco cuenta con cargador inalámbrico de smartphones, por lo que si necesitamos cargar el móvil, tendremos que hacerlo a través de una de las dos tomas USB que lleva consigo.
El habitáculo del Giulia no es de los más espaciosos del segmento. No obstante, las plazas delanteras son bastante generosas para cualquier adulto, sobre todo las del conductor. Las del copiloto cuentan con algo menos de fondo y nos obligan a desplazar la banqueta hacia atrás, perjudicando al pasajero la plaza posterior del lado derecho.
El espacio de las plazas traseras no destaca entre sus competidores, de hecho, difícilmente podrán viajar cinco adultos en ellas. El intrusivo túnel de transmisión hace prácticamente imposible viajar en la plaza central, la cual por cierto, no cuenta con un reposabrazos. Lo que sí encontramos en estas plazas son dos salidas de aire y una toma USB para conectar un dispositivo.
Su cota de anchura resulta algo escasa y la entrada y salida del habitáculo se hace muy complicado debido a la baja altura del techo y por el gran paso de rueda posterior. Aunque el espacio para las piernas y rodillas es aceptable, se sitúa lejos del ranking de modelos que ofrecen más espacio para los ocupantes traseros.
Los asientos de nuestra unidad son bastante cómodos, sin embargo, se echa en falta un poco más de sujeción lateral y una banqueta algo más larga que mantenga el balanceo del cuerpo en zonas reviradas. La gran anchura del respaldo no favorece a los más delgados.
Por último, el equipo de sonido de la firma harman/kardon con 14 altavoces, no viene de serie, pero es muy recomendable para todo amante de la música, pues tiene un sonido muy envolvente y una acústica espectacular.
Maletero
El maletero del Giulia no destaca por ser de los más grandes del segmento. Sus 480 litros de capacidad son suficientes para viajar en familia, pero se quedan muy lejos de los 625 litros que ofrece el rey de la categoría en este apartado, el Skoda Superb. Si lo comparamos con un Volkswagen Passat o un Volkswagen Arteon, tiene 105 y 83 litros menos respectivamente. Frente a los modelos premium (BMW Serie 3, Audi A4 y Mercedes Clase C), no se queda atrás, ya que estos también cuentan con un maletero de 480 litros.
El gran hándicap que presenta el maletero del Giulia son las formas que presenta la zona de carga, cuenta con varios codos salientes que hacen que no sea del todo aprovechable. Asimismo, los asientos traseros de nuestra unidad de prueba no eran abatibles por lo que no podemos incrementar la capacidad. Resulta poco entendible tener que pagar un extra para que el maletero se comunique con el habitáculo.
Debido al diseño de la zaga, la boca de carga queda a una altura elevada y eso le hace perder practicidad a la hora de cargar objetos voluminosos.
Equipamiento
La gama actual del Giulia está estructurada en 4 niveles de acabado: Giulia, Super, Executive y Veloce.
Desde el más básico (Giulia a secas) se incluyen los siguientes elementos: llantas de aleación de 16 pulgadas, climatizador bizona, volante de cuero con botón de arranque, sensor de luces, sensor de limpiaparabrisas, selector modos de conducción Alfa DNA, sistema start&stop, aviso de colisión frontal (FCW), advertencia de salida de carril (LDW), pantalla TFT en color de 3,5 pulgadas, Alfa connect con pantalla de 6,5 pulgadas, control de crucero, limitador de velocidad, luces traseras LED y tubo de escape cromado.
El acabado Super añade al anterior las llantas de aleación de 17 pulgadas, asientos mixtos de cuero y tela, salpicadero y paneles de puertas en doble tonalidad, sensor de aparcamiento trasero, guantera refrigerada, salida de aire en las plazas traseras, retrovisor interno electrocromado, contorno exterior en puertas en acabado cromado y luneta térmica.
La terminación de nuestra unidad (Executive) suma a los anteriores las levas en el volante, la pantalla Alfa Connect de 8,8 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, entrada sin llave, cámara de aparcamiento trasero con guías activas y luces delanteras bi-xenón.
El acabado Veloce es el acabado top del Giulia con permiso de Quadrifoglio e incorpora los asientos deportivos con piel perforada, asientos delanteros calefactados y electricos, volante deportivo, inserciones de aluminio, pedales deportivos y reposapies de aluminio, parachoques deportivos, faros bi-xenón adaptativos con lavafaros, tracción integral Q4 y el contorno exterior de las puertas en acabado negro brillante.
Motor
El Giulia es el primer modelo de Alfa romeo en estrenar la plataforma Giorgio, que también utiliza el SUV de la gama, el Stelvio. Esta plataforma está diseñada para utilizar motores longitudinales y sistemas de propulsión trasera o integral. En la práctica, ofrece un comportamiento dinámico extraordinario.
La oferta mecánica del Giulia está compuesta por un bloque motor diésel de 2.2 litros disponible en tres niveles de potencia de 160 CV, 190 CV y 210 CV, y por un motor gasolina de 2.0 litros disponible en 200 CV o 280 CV. Como tope de gama se sitúa el radical Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio, versión que monta un motor V6 biturbo de 2.9 litros de origen Ferrari.
Nuestra unidad de prueba lleva consigo el motor de gasolina menos potente, una mecánica que ya conocemos de sobra (pues lo probamos en 2017), pero que se actualizó para cumplir con la normativa Euro 6d. Esta mecánica turbo de cuatro cilindros colocado en posición longitudinal, nos ofrece 200 CV a 5.000 rpm y un par máximo de 330 Nm desde las 1.700 vueltas. Se trata de un motor muy compacto que favorece al centrado de masas y al comportamiento dinámico del Giulia.
Pese a ser la versión de acceso a la gama, es una auténtica delicia y el sonido que emite es muy disfrutable. Sus 200 CV son potencia más que suficiente para mover con soltura los 1.504 kg de su carrocería desde bajas vueltas. Empuja con mucho brío antes de llegar a las 2.000 rpm y se estira sin problema hasta las 5.900 rpm. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 230 km/h.
La caja de cambios automática Q-Tronic de 8 velocidades prefijadas que viene asociada con esta mecánica tiene un comportamiento digno de los mejores. El bloqueo del convertidor par y la mecatrónica que incorpora, la sitúa al nivel de una caja de doble embrague.
El selector Alfa DNA nos permite variar las respuestas dinámicas del Giulia y personalizarlas según las condiciones del viaje y al estilo de conducción deseado. Este sistema actúa sobre la dirección, la respuesta del motor y las asistencias electrónicas a la conducción.
El modo Dynamic, favorece el rendimiento y la reactividad. La respuesta de la dirección es más precisa, la respuesta de frenada más rápida y los sistemas de control electrónico dejan espacio para el placer de una conducción deportiva.
El modo Natural es ideal tanto en carreteras urbanas como en autopistas. El comportamiento dinámico se orienta al confort y la eficiencia.
Si seleccionamos el modo Advanced Efficiency, maximizamos el ahorro energético y minimizamos los niveles de emisión.
Mención aparte para las grandes levas de aluminio con las que podemos subir y bajar de marcha manualmente. Su tacto es exquisito y con ellas la caja responde rápidamente.
Aunque el consumo homologado de esta unidad es de 5,9 litros cada 100 kilómetros, es complicado bajarlo de 6,5 litros, y eso sin abusar del pie derecho. Durante nuestra semana de prueba, el consumo se nos disparó a los 8 litros, pero claro, es lo que tiene circular por carreteras secundarias con un coche que incita a conducir con un ritmo alegre.
Comportamiento
El Giulia es el coche más pasional del segmento D, seguido del BMW Serie 3. Su comportamiento dinámico se diferencia del resto de berlinas, más “aburridas” en este aspecto. Sobresale por su excelente estabilidad lineal y por su efectivo paso por curva. Eso sí, en zonas reviradas hay que andar muy finos con la dirección, ya que si giramos más de la cuenta, las ruedas delanteras pueden perder algo de agarre, y que la zaga no acompañe.
Su bajo centro de gravedad, la tracción trasera, su dirección, el bajo puesto de conducción y la ligereza de su carrocería, hacen del Giulia un coche muy reactivo y divertido.
La configuración de la dirección es exquisita, muy distinta a lo que estamos acostumbrados en el mercado. Es la más directa del mercado (11.8), y puede que por esto, a más de uno le cueste acostumbrarse a ella. Quizás en viajes largos resulte algo menos confortable que sus rivales, ya que su dirección no es tan asistida como la del resto.
En el apartado de suspensiones, Mercedes gana la batalla con su Clase C. Aunque la suspensión del Giulia es bastante rígida, filtra muy bien las irregularidades del asfalto, y eso que sus neumáticos no tienen como función principal el confort, sino más bien lo contrario. En el eje delantero se incorpora una suspensión de doble brazo oscilante con eje de dirección semivirtual para filtrar mejor los baches, y en el trasero se opta por una solución multilink.
La configuración de los amortiguadores unido a su chasis rígido, le otorgan un paso por curva admirable, sin balanceo alguno.
Como hemos comentado en el anterior apartado, la caja de cambios de tipo convertidor con 8 marchas prefijadas tiene un buen funcionamiento. La transición entre marchas se realiza de manera muy progresiva y apenas se notan saltos.
Opinión Coches.com
El Giulia es un coche que se compra con el corazón, y yo personalmente, me lo compraría con los ojos cerrados. No porque sea un coche práctico (que no lo es) o porque sea el modelo con mejor relación calidad precio del mercado (que tampoco lo es), sino porque es un coche con mucha personalidad, diseñado única y exclusivamente para disfrutar de la conducción
Y es que a pesar de ser una berlina, su comportamiento dinámico y su bello diseño, enamoran a cualquiera. Sigue una filosofía deportiva que no le impide ser un coche apto para circular a diario con él.No destaca como coche familiar pero para eso ya hay otras opciones en el mercado.
En definitiva, tras unos años de verdadera incertidumbre, parece que Alfa Romeo ha dado en la tecla con el Giulia. La marca italiana no olvida sus raíces y el ADN de Alfa está muy presente en esta berlina. Ahora hay que ver cuántas son las personas dispuestas a pagar su precio…
- Comportamiento dinámico excelente
- Diseño exterior inconfundible
- Calidad de acabados y remates
- Plazas traseras algo justas
- Poco práctico para ser una berlina
- Asientos traseros abatibles (opcionales)
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