Hace cinco años acudíamos a Bilbao a conocer el Audi e-tron. Desde entonces han salido seis vehículos 100 % de Audi, como el e-tron GT o el Q4 e-tron. Y ahora volvemos de nuevo a la capital vizcaína a conocer el Audi Q8 e-tron, la puesta al día del e-tron original que llega con dos carrocerías una convencional y una con línea más dinámica, el Audi Q8 e-tron Sportback.
Para esta primera prueba hemos elegido esta última, el Audi Q8 Sportback e-tron, ya que supone nada menos que dos tercios de las ventas de este SUV eléctrico. Y ojo, que llega con muchas mejoras al que conocimos originalmente, sobre todo de índole técnica.
Esto da muchas esperanzas sobre todo lo que puede llegar de cara a 2024 dentro de los Audi eléctricos. Que no será poco. Una gran parte de los beneficios logrados estos años se encaminarán a lanzar nuevos modelos, como el Q6 e-tron o el A4 e-tron, ambos también con dos carrocerías,
Pero antes, conozcamos al Audi Q8 Sportback e-tron, un coche con un precio de partida de 94.610 euros (2.500 más que la carrocería convencional). Puedes encontrar ofertas del Q8 e-tron Sportback en nuestra sección de coches nuevos, publicados por concesionarios oficiales de la marca. También puedes financiar el coche para rebajar esa cantidad.
Exterior
El coche no solamente cambia su nombre comercial (algo lógico teniendo en cuenta el crecimiento de la gama e-tron), sino que desde la marca han querido que el arsenal de novedades de índole técnica tengan un reflejo en el exterior.
Hay novedades en el frontal. Quizá lo más novedoso sea el nuevo logo de los cuatro aros, ahora de dos dimensiones. Varía también la parrilla y los paragolpes tiene un nuevo diseño de las entradas laterales, además de que la inferior es activa, como la calandra principal. Todo en aras de ganar una mayor aerodinámica y arañar km de autonomía. El nuevo Cx del modelo es de 0,24 (dos décimas mejor que antes), gracias a elementos como mayores spoilers delanteros o alerones en los bajos de la carrocería para reconducir el flujo de aire alrededor de las ruedas.
En el lateral somos más conscientes de la longitud del coche. Se va a los 4.915 mm de longitud, con una altura no exagerada, de 1.619. La anchura es de 1.937 mm. Y con espejos, 2.189 mm. Nuestra unidad contaba con los retrovisores virtuales, que hacen que gane unos 10 km de autonomía al mejorar la aerodinámica.
De serie ofrece llantas de aleación ligera de 19 pulgadas, si bien la unidad que pudimos conducir contaba con unas de 21 del paquete s-Line.
Detrás pocas novedades, más allá del nuevo difusor, algún cambio en la zona inmediatamente superior a este o una nueva inserción en la zona baja. Por cierto, también cambia la grafía e-tron, que vemos en trasera o en el pilar B.
Interior
Destacable el espacio que encontramos en el interior. Obvio, en un coche tan grande, pero es que la batalla es de 2.928 mm. Las plazas delanteras son realmente amplias y detrás no penaliza en demasía la altura ni el acceso. Un adulto no tendrá que girar demasiado el cuello al entrar y si no mide más de 1,85 cabe a lo alto perfectamente.
Como es habitual en la marca, y más en estos coches de este precio, la calidad de los materiales y ajustes es muy buena. La marca insiste en esta puesta al día con el empleo de materiales reciclados, sobre todo en el salpicadero, fabricado en parte con botellas de plástico y que la marca llama Tech Layer. También los asientos del acabado S-line que probamos pueden elegirse con cuero sintético y microfibra Dinamica.
Y luego, tecnología. El Audi Q8 e-tron Sportback replica el aspecto de otros modelos de la marca, con un cuadro de instrumentos digital tras el volante de 12,3 pulgadas, a las que hay que sumar las pantallas de infotainment MMI Touch de 10,1pulgadas y una inferior de 8,6 para la climatización. Ambas cuentan con respuesta háptica, responden con un movimiento cuando los toques para evitar algo las distracciones, pero siguen sin ser tan ergonómicas como un mando físico convencional.
A todas esas pantallas hay que sumar las dos en los laterales para los retrovisores digitales. Están en una posición más baja que los convencionales y requiere acostumbrarse, pero de noche se ven bien, mejor que un espejo, y puede que en circunstancias de lluvia mejoren también la visibilidad. ¿No te llegan con cinco pantallas? Equipa el Head-Up Display que tenía nuestra unidad. Ayuda mucho, sobre todo, con las indicaciones de navegación.
Por cierto, importante arsenal en matera de asistencia a la conducción. El Audi Q8 e-tron ofrece hasta 40 sistemas de asistencia al conductor, que funcionan gracias a cinco sensores de radar y doce sensores ultrasonidos.
Maletero
En el compartimento del maletero también se han empleado materiales reciclados. Se trata de un espacio de 528 litros de capacidad, 40 menos que la versión SUV. Pierde algo respecto al anterior e-tron Sportback, que contaba con 555.
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El borde de carga está bastante elevado, a 804 mm. Da acceso a un espacio de formas muy regulares. De necesitar más espacio puedes abatir los respaldos de los asientos traseros. Divididos en tres partes, completando la operación consigues 1.567 litros de capacidad.
A esto hay que sumar un maletero delantero de 62 litros de capacidad, ligeramente más grande que antes (contaba con 60).
Motor
En la gama mecánica, la versión de acceso, el Audi Q8 50 e-tron Sportback, cuenta con un motor en el eje delantero y otro en el trasero que generan una potencia de sistema de 250 kW (340 CV) en modo boost, y un par máximo de 664 Nm. Esa misma combinación de motores es la que emplea el Audi Q8 55 e-tron Sportback que probamos alcanza 300 kW (408 CV), con 664 Nm de par máximo.
En el primer caso, la batería pasa de 64 kWh de capacidad útiles a 89, con lo que la autonomía homologada según el ciclo WLTP alcanza 501 km en la versión Sportback (155 km mnás que antes y 14 km más que el e-tron SUV). En el caso de la unidad probada la batería tiene 106 kWh de capacidad (antes 86), con lo que homologa 595 km de autonomía, un 33 % más que antes.
La “magia” que ha conseguido Audi para alcanzar esa mayor capacidad y batería ha sido contar con unas mejores baterías, de modo que ocupan y pesan lo mismo que antes (que no es poco). Ahora las celdas prismáticas se empaquetan de otro modo para que ocupen menos espacio y además hay una nueva química con mayor densidad energética.
También se ha mejorado el proceso de carga. En el básico pasa de 120 kW a 170 kW de potencia máxima y en el Audi Q8 Sportback 55 e-tron de 150 a 170 kW. Con el sistema a bordo de 690 voltios, podríamos alcanzar en un cargador de esa potencia de corriente continua en 31 minutos en la unidad probada. Interesante que cuando alcanzamos el 80 %, se mantienen 100 kW en la curva de potencia (suele descender a medida que más se carga).
El coche cuenta con un cargador embarcado que admite 11 kW de corriente alterna (opcional equipar uno de 22 kW). Esto es interesante si se cuenta en casa con un enchufe de esa capacidad, que no es habitual. La marca tiene acuerdos con Iberdrola para la instalación de puntos de carga, que se suma a la red de alta potencia que está instalando en los alrededores de sus concesionarios (ya son 48, un 7% de los que hay en España de más de 150 kW), además de las 26 estaciones de carga de la red Ionity.
En mayo se sumará a la gama una versión más capaz, el S Q8 e-tron Sportback, con tres motores eléctricos –uno delantero y dos traseros– que ofrecen una potencia total de 370 kW (503 CV) y 973 Nm de par. Va asociado al paquete de baterías mayor y con ello logra 483 km de autonomía. Mientras llega, veamos cómo va el Audi Q8 Sportback 55 e-tron.
Comportamiento
Los coches eléctricos (y por ende el nuevo Audi Q8 e-tron), son coches agradables de conducir por el gran aislamiento acústico y por lo bien que responde el pedal del acelerador. ¿Pero es posible conseguir esa autonomía tan elevada que indica su ficha técnica?
Me parece que es complicado. Homologa 23,9 kWh en una unidad tan equipada como la nuestra y el consumo no se desvió demasiado, ya que nos quedamos en 24,3 kWh. En el recorrido, de cerca de 200 km, que realizamos a un ritmo normal (los alrededores de Bilbao están plagados de radares) y en ocasiones despacio (al circular por zonas rurales con ganado suelto que casi nos dan un susto) era propicio para lograr una cifra menor. Esperaremos a conducirlo más a fondo para ver si es posible superar los 400 km entre cargas que nos indican las cifras conseguidas.
El gran culpable de este consumo es sin duda, el peso. Tenemos un peso en vacío de 2.510 kg. Sí, es un coche grande, pero la cifra es elevada y, obviamente, condiciona su comportamiento en carreteras viradas de curvas lentas.
Y hete aquí la sorpresa. Normalmente las marcas presentan sus nuevos vehículos en entornos óptimos para que destaquen. Y Audi osó a plantear una ruta completísima, combinando autovía, carreteras secundarias rápidas y tramos en montaña con curvas más adecuadas para un coche de rallyes que para un SUV grande y pesado.
Los motivos, que viésemos algunas de las mejoras . Quizá la que más se perciba es la rapidez de la dirección, mucho más directa (pasa de 15,8 a 14,6 de desmultiplicación), por lo que vas curvas con menores movimientos del volante. La marca habla también de una mejora del 10 % de la precisión, un dato a mi juicio bastante difícil de medir o comprobar. Pero sí, podemos considerar que es bastante directo para el coche que se trata.
¿Más cosas nuevas? Pues me sorprendió también que controlase tan bien los balanceos para ser un coche relativamente alto He repetido hasta la saciedad que los eléctricos, al contar con cientos de kilos (más 600 kg en este caso) en una posición tan baja, tienen un gran aplomo en vías rápidas. Y sí, en un tramo de montaña eso funciona también, ayudado por la suspensión neumática con amortiguadores controlados electrónicamente, que además de ser bastante firme ofrece bastante confort.
Ojo, eso no significa que el Audi Q8 Sportback 55 e-tron sea deportivo. Porque una cosa son balanceos y otra las inercias de llevar más de dos toneladas en marcha. Y es que, incluso en el modo de conducción más deportivo y reactivo al acelerador, seguía percibiendo algunas inercias a la hora de frenar o volver a acelerar a la salida de la curva. El tacto de freno, eso sí, me gustó bastante para tratarse de un eléctrico.
Opinión coches.com
Es innegable que el Audi Q8 Sportback 55 e-tron mejora al anterior. Puede que no haya estrenado muchos cambios estéticos, pero se perciben claramente los cambios introducidos por la marca en materia de baterías. En este sentido, si en cuatro años han sido capaces de mejorar tanto su capacidad, da pie a ser optimistas de cara al futuro, con nueva plataforma PPE, por ejemplo.
La cifra de potencia es adecuada para mover bien al coche y todas las mejoras dinámicas funcionan. Pero sigue teniendo un peso que condiciona mucho sus capacidades en carreteras reviradas que, repetimos, no son los entornos donde este coche se moverá más a menudo.
Resulta extraordinario en autovía o en carretera secundaria. Y con la tracción total quattro tendrás motricidad en pistas de tierra o resbaladizas con unos neumáticos adecuados (esto no pudimos comprobarlo).
El espacio interior y la calidad de acabados es muy buena, como acostumbran a tener los modelos de la marca. Con todos estos mimbres puede plantar cara más claramente a modelos como el BMW iX o el Mercedes EQE SUV, en rango de precios similares.
- Mejoras dinámicas notables
- Gestión eléctrica y batería evolucionadas
- Gran calidad de interiores
- Precio de partida elevado
- Peso que condiciona la deportividad
- Consumos altos
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