El tiempo avanza inexorablemente para todos. Nos hacemos mayores a un ritmo siempre mucho más rápido del deseado. Por tanto nuestros hábitos automovilísticos también reflejan esa evolución. Cuando somos unos jóvenes veinteañeros, nos decantamos habitualmente por los compactos deportivos, capaces de transmitir fuertes sensaciones a un precio más o menos aquilatado.
Algunos pueden hacer realidad su sueño y adquirir, bien nuevo o en el mercado de ocasión, un deportivo o un descapotable biplaza que lo mismo sirve para acudir a la universidad, al trabajo o colmar sus ansias deportivas gastando adrenalina los fines de semana en un puerto de montaña…
Este mismo tipo de vehículos siguen conservando su atractivo incluso cuando tenemos pareja, fija u ocasional. Pero una vez decidimos sentar la cabeza y, sobre todo, tener descendencia, es el momento de cambiar de “montura”.
Los más afortunados, con una aceptable solvencia económica, pueden seguir conservando su «antojo» (algo similar ocurre en el mundo de las 2 ruedas) pero, en la mayoría de los casos, nos veremos abocados a deshacernos de él para poder adquirir un vehículo que nos permita transportar a la familia sin problemas de espacio.
Podríamos decantarnos por alguna de las variantes familiares que la gran mayoría de marcas generalistas (y Premium, si tu economía te lo permite…) ofrecen en su catálogo… sobre todo porque su comportamiento se asemeja más al de una berlina, con una pérdida de dinamismo “asumible” frente a estas e incluso, en algunos casos, con un carácter “pseudo-deportivo” notorio… y, sobre todo, un maletero muy amplio en el que poder transportar las sillitas de paseo y todos los demás bártulos que los más pequeños de la casa necesitan, aunque sea para moverse a la vuelta de la esquina…
¿Por qué decidirnos por un monovolumen? Pues, en muchos casos porque la decisión ha de ser consensuada con nuestra pareja, y la comodidad de acceso, habitabilidad posterior (por altura pero, sobre todo, en espacio para las piernas y en anchura para dar cabida a las sillas infantiles), espacio de almacenaje y practicidad que ofrece un monovolumen, en muchos casos no lo encontramos en las berlinas familiares… o por lo menos no a su mismo nivel.
Se da el caso de que estos requerimientos también los cumple otro de los segmentos más en boga del panorama automovilístico actual, como es el de los SUV, crossover o todocamino que, en muchos casos, ofrecen las mismas ventajas de los monovolúmenes compactos y, además, cuentan con la posibilidad añadida de realizar pequeñas salidas fuera de las carreteras asfaltadas para circular por caminos o pistas de escasa dificultad, mostrándose ideales para aquellas familias a las que les guste el contacto con la naturaleza, frecuentar casas de turismo rural o realizar actividades al aire libre….
Entonces ¿a qué esfera quedan relegados los monovolúmenes? Pues, como ocurre en el resto de ámbitos de nuestra vida (afortunadamente…) no todo el mundo ha de seguir los cánones establecido por la mayoría y comulgar con la moda de los SUV, bien porque no les guste su estética intimidadora o, sencillamente, porque no necesiten un vehículo de esas características para llevar a los niños al colegio, acudir al trabajo, cargar con la compra semanal o realizar los desplazamientos vacacionales y de fin de semana…
En BMW han tardado en “entrar” en este segmento (por ahora sólo en los monovolúmenes compactos), resultando hasta cierto punto sorprendente su “apuesta” en este sentido. Pero en la marca germana no se amilanan por ello y se han propuesto que su oferta para esta categoría también responda a su conocido slogan: ¿Te gusta conducir?
En su momento en Coches.com ya acudimos a la presentación nacional del BMW Serie 2 Active Tourer (y también de su hermano mayor de 7 plazas, el BMW Serie 2 Gran Tourer) para comprobar de primera mano si esta primera incursión de la marca bávara en el segmento de los monovolúmenes compactos (y también de sus primeros modelos de tracción delantera) respondía a las expectativas creadas. Como pudisteis leer en aquellos artículos, pese al escepticismo inicial, nos dejó una muy grata impresión que ahora toca corroborar en una de nuestras habituales Pruebas a Fondo….
Exterior
Como muchos de vosotros ya conoceréis, el BMW Serie 2 Active Tourer toma como base la nueva plataforma modular UKL del grupo alemán, desarrollada especialmente para vehículos de tracción delantera (aunque igualmente admite la tracción total) y disposición transversal de los motores, empleándose también en los BMW Serie 2 Gran Tourer, en el BMW X1 2015 y en la última hornada de modelos MINI.
Las ventajas son indudables: al utilizar una plataforma modular se rentabilizan más rápidamente las enormes inversiones necesarias para el desarrollo de varios modelos, distribuyéndose los costes entre todos aquellos que la utilicen, con mínimas variaciones. Además al emplear grupos propulsores con una disposición transversal facilitan un diseño más corto del morro siendo, a la vez, menos intrusivos en el habitáculo, con la consecuente ganancia en habitabilidad. Además se reduce notablemente la complejidad mecánica, al no ser necesario transmitir la potencia al eje posterior (excepto en las variantes dotadas con tracción total xDrive).
Y todo ello en una carrocería, pintada para la ocasión en un elegante color Mediterranblau metalizado, con apenas 4,342 metros de longitud, una anchura de 1,800 metros (2,038 metros si desplegamos los espejos laterales), mientras que la altura también es bastante contenida: 1,586 metros. La distancia entre ejes se establece en los 2,670 metros, con unos voladizos de casi idénticas dimensiones: 0,848 metros el delantero y 0,824 metros el posterior.
Pero no sólo su concepción general es diferente sino que sus líneas exteriores también son novedosas en la marca de Múnich, aunque no pueden negar el aire de familia que las inspira, pues casi desde cualquier ángulo su fisonomía muestra el sello típico de BMW.
El frontal está marcado por un capot-motor que desciende hacia el frente, con dos marcados pliegues que apuntan hacia el logo de la firma de Múnich. Tampoco podía faltar la doble entrada de aire de la calandra (los típicos “riñones” reconocibles en todos los modelos de la marca teutona…) con rebordes cromados y lamas verticales.
Los grupos ópticos presentan un diseño similar al ya visto en otras variantes de la Serie 2 de BMW y pueden estar dotados de diferentes sistemas de iluminación, que van desde el habitual bi-Xenón, hasta los formados por LED con sistemas activos basados en cámara, que reparten el haz luminoso óptimamente, evitando el deslumbramiento de los conductores que circulen en nuestro mismo sentido o en el contrario.
La forma de los paragolpes, sus tomas de aireación y los elementos ornamentales varían ligeramente en función del nivel de equipamiento elegido, pudiendo adoptar unos rasgos más suaves y elegantes, como en el caso de la unidad que nos tocaba probar esta semana (acabado Luxury), o más radicales y llamativos (por ejemplo en el acabado M Sport).
En la vista lateral lo que más nos sorprende, aparte de un perfil hasta ahora inédito en la firma alemana, es el inclinado parabrisas, como continuación del capot-motor, y un techo que describe una suave curva hasta culminar en un prominente alerón posterior, con prolongaciones en los montantes laterales. Sin duda los ingenieros de la firma alemana han pasado incontables horas en el túnel de viento hasta obtener una silueta que presente la menor resistencia posible al aire e, indudablemente, esto se nota una vez en marcha.
La tendencia ascendente de la superficie acristalada más las nervaduras longitudinales que van desde la aleta delantera hasta los grupos ópticos posteriores y otra menos evidente en la zona inferior de las puertas, contribuyen a otorgar ciertas dosis de dinamismo a esta vista.
Las elegantes llantas de aleación (modelo 481) se conforman con unas “moderadas” dimensiones, pues tan sólo cuentan con 17 pulgadas de diámetro, y lo mismo ocurre con los neumáticos, con unas medidas bastante discretas (205/55 R17 91W) para los Michelin Primacy 3 que equipaba la unidad probada. La elección de este compuesto está más dirigida hacia el confort y la durabilidad que a realizar una conducción deportiva, que raramente se producirá.
Una vez han pasado por nuestras manos, en su correspondiente toma de contacto, los BMW Serie 2 Active Tourer y Gran Tourer, hemos de reconocer que a nivel estético la zona trasera del primero está bastante mejor resuelta que la de la variante de 7 plazas, con unas formas más redondeadas y agradables a la vista. Quizá por la necesidad de ganar espacio en el Gran Tourer sin aumentar en demasía la longitud total del conjunto, adopta un diseño más vertical que aunque mantiene su atractivo, no resulta tan armonioso como en el Active Tourer.
La zaga está presidida por el gran deflector aerodinámico situado en la parte superior del portón, que no sólo tiene indudables funciones estéticas y aerodinámicas, sino que también sirve para proteger en su interior el limpiaparabrisas trasero. Éste, lamentablemente, no barre toda la superficie del cristal posterior, perjudicando la ya de por sí comprometida visibilidad trasera.
Los enormes grupos ópticos traseros, divididos en dos zonas, garantizan, en este caso sí, una óptima visibilidad por parte de quienes nos siguen, al estar compuestos en su totalidad por elementos LED. Nadie se podrá quejar de que no nos ha visto frenar o dar un intermitente…
Al igual que ocurriera con el delantero, en el paragolpes posterior encontramos también diversas configuraciones en función de la línea de equipamiento elegida, con formas más discretas y elegantes en nuestro caso y otras más deportivas, que incluye un sugerente difusor, con el paquete M Sport. La única salida de escape está situada en el lateral izquierdo, aunque con otras motorizaciones pueden montarse dos salidas simétricas, una a cada lado.
Interior
El diseño del interior, especialmente del salpicadero y de la consola central, aunque muestra ligeras diferencias con el resto de modelos conocidos hasta ahora dentro del amplio catálogo de BMW (el del nuevo BMW X1 es herencia directa de éste…), con una superficie escalonada en diversos niveles, no por ello ha perdido las señas de identidad que lo identifican desde el primer golpe de vista como un vehículo de la firma alemana.
La calidad de los materiales es lo que todos esperamos de un modelo que luce el logo de BMW con profusión de plásticos blandos en salpicadero, puertas y consola central y duros (pero de excelente tacto y presencia) en las zonas más alejadas de la vista. Además, en función del nivel de equipamiento elegido, también encontraremos cuero, aluminio o madera, formando un conjunto muy atractivo a la vista.
Los ajustes también son dignos de la marca, sin poder poner ningún “pero” en este aspecto con una total ausencia de ruidos o “crujidos” que tanto molestan cuando vamos conduciendo y que en otros vehículos se manifiestan cuando pasamos por encima de asfalto bacheado o rizado…
La postura de conducción es, lógicamente, más elevada de lo que estamos acostumbrados en las berlinas de la marca, asemejándose a la que adoptamos en los SUV (perdón SAV, como el X1…) con unos asientos que recogen perfectamente el cuerpo, una columna de dirección regulable en altura y profundidad con un magnífico volante deportivo por dimensiones, diseño y tacto o una consola central, presidida por la gran pantalla del sistema de Infoentretenimiento, de 8,8 pulgadas, orientada ligeramente hacia el conductor para que los diversos mandos y controles se sitúen al alcance de nuestra mano.
Esta mayor altura implica también una mejoría en la visibilidad de todo aquello que nos circunda pero, en este caso, el “grueso” pilar A (pese a contar con un pequeño cristal) la entorpece notablemente, por ejemplo, al incorporarnos en las siempre conflictivas glorietas con las que está plagada toda nuestra geografía.
El cuadro de instrumentos es común al resto de modelos de la Serie 2 de BMW y parece haber quedado algo desfasado frente a los más modernos con indicadores virtuales e incluso pantallas multifunción de gran formato, totalmente configurables, y que ofrecen la información más variopinta.
De todas formas destaca por el gran tamaño de las esferas y la claridad a la hora de ofrecer la información, con los 2 típicos relojes de gran formato destinados a visualizar el régimen de giro del propulsor y la velocidad a la que circulamos, además de otros indicadores para el nivel de combustible, temperatura del refrigerante o, por ejemplo, eficiencia de la conducción, además del ordenador de abordo o numerosos testigos de alerta.
Nuestra unidad contaba, además, con la opción del práctico Head-Up Display que permite visionar las principales indicaciones de conducción sin apartar la vista de la carretera. El único defecto que le podemos achacar es que si en tiempo soleado utilizamos gafas de sol polarizadas para conducir, la información se vuelve prácticamente invisible.
En la zona central del salpicadero, bajo la gran pantalla multifunción del sistema de Navegación Plus, de los aireadores centrales y de los mandos físicos del equipo de audio, donde en la mayoría de modelos de la firma bávara se situaría el climatizador, aquí se ha colocado un práctico estante con tapa para tener más a mano el móvil u otros pequeños objetos. Y es precisamente en la zona inferior donde ahora se han colocado los mandos del climatizador bizona, selector del Driving Experience Control, anulador del avisador de aparcamiento y el desconectador del ESP.
En la consola central se ubica la palanca, de nuevo diseño, de la caja de cambios automática Steptronic de 8 relaciones y, a su alrededor, el pulsador del freno de mano eléctrico y el mando del iDrive Touch con el quegestionar de manera bastante intuitiva el sistema de infoentretenimiento o introducir direcciones en el navegador. Más atrás encontramos 2 posavasos y el reposabrazos central, abatible, con una pequeña guantera oculta.
Aunque el interior está muy bien resuelto sí que echamos de menos algunas de las habituales soluciones prácticas que incluyen sus rivales (de marcas generalistas…) para colocar todos esos objetos que siempre llevamos a cuestas cuando realizamos un viaje con menores a bordo… Hablamos de guanteras de mayores dimensiones, huecos bajo el suelo, cajones deslizantes, etc… pues incluso las aparatosas mesitas en los respaldos de los asientos delanteros son opcionales (de echo nuestra unidad no contaba con ellas…)
Los asientos delanteros ofrecen un excelente confort en largos viajes (podemos dar fe de ello…), cuentan con todo tipo de regulaciones eléctricas y memorias para guardar las configuraciones más habituales si lo conduce más de una persona. También la sujeción lateral está muy conseguida, aunque no se trate de uno de los modelos más “dinámicos” que ofrece el fabricante alemán.
Lo que no acabamos de entender muy bien es el porqué de una banqueta tan corta, que deja media pantorrilla sin apoyo. Sobre todo habiendo sido diseñados en un país en que la talla media de su población no es precisamente de las más bajas del Viejo Continente…
La única (y onerosa) manera de solucionarlo es recurriendo a la línea de equipamiento M Sport con unos magníficos asientos deportivos (que no resultan nada incómodos en largos viajes…), los cuales sí disponen de una extensión de la banqueta, regulable en longitud.
En la parte trasera, como ocurre en la mayoría de los vehículos actuales, viajarán más cómodamente dos pasajeros que tres. Y no tanto por la cota en altura o por el espacio para las piernas, que es más que notable, sino por una anchura un tanto justa.
Los asientos posteriores no son individuales, con una banqueta dividida en dos partes asimétricas, que se pueden deslizar longitudinalmente y de manera independiente hasta en 13 centímetros. Los respaldos, en cambio sí que pueden dividirse por separado para cada plaza en una proporción (40/20/40), con diversos grados de inclinación del respaldo, abatiéndose independientemente en caso de necesidad y generando una superficie prácticamente plana en prolongación del maletero.
De todas formas, y pese a disponer en el catálogo de versiones con tracción total xDrive, el túnel central no resulta demasiado intrusivo (por anchura) para las piernas de ese tercer pasajero y en viajes no muy largos o en los desplazamientos más habituales podrá ser una plaza perfectamente utilizable…. eso sí, por los usuarios menos “fornidos”.
Maletero
Basta pasar el pie lateralmente por debajo del paragolpes posterior para que se levante automáticamente el portón eléctrico que da acceso al hueco del maletero, sin necesidad de soltar en el suelo el equipaje que llevemos en las manos.
Nos gusta la escasa altura del borde de carga o la superficie plana que facilita la tarea de mover los objetos más pesados y voluminosos. También destaca por sus formas cúbicas que permiten un óptimo aprovechamiento de todo el volumen disponible.
Pero hemos de reconocer que el maletero de este BMW Active Tourer no bate ningún récord de la categoría, pues aunque más que suficientes en la mayoría de las ocasiones, sus 398 litros de capacidad pueden resultar algo justos si se ha de transportar una silla plegable de paseo más el resto de accesorios que ineludiblemente acompañan a los niños más pequeños.
Aunque bien es cierto que este maletero tiene “trampa” y, bajo la tapa rígida y plegable del suelo, disponemos de otros 70 litros adicionales en los que podemos situar el habitual kit reparapinchazos, los triángulos de emergencia u otro tipo de objetos que no queremos que se vean al abrir el maletero, sin restar espacio al hueco principal. Por lo tanto la capacidad del maletero en una configuración de 5 plazas asciende, en realidad, hasta los 468 litros.
En todo caso, recordemos que los respaldos de la segunda fila de asientos pueden abatirse de manera individual, en una proporción 40/20/40. Esta operación se lleva a cabo desde los propios asientos o, de una manera mucho más práctica, desde unos tiradores en los laterales del maletero que “liberan” los respaldos.
De esta manera podremos, por ejemplo, viajar con dos ocupantes en las plazas traseras y un bulto más largo utilizando la plaza central, además de otras múltiples combinaciones. Utilizando sólo 2 plazas el volumen de carga aumenta hasta los 1.550 litros y si nos hiciera falta también podríamos reclinar hacia adelante el respaldo del copiloto para trasladar los bultos de mayor longitud.
De cualquier forma, si esto no fuera suficiente, dispondremos de dos opciones: bien recurrir a la lista de accesorios originales y montar un cofre sobre los raíles del techo o bien decantarnos por la variante de 7 plazas (el BMW Serie 2 Gran Tourer) con una capacidad de carga que varía entre los 645 y los 1.905 litros, además de poder encajar en el interior objetos de una longitud máxima de 2,60 metros.
Lógicamente tampoco faltan huecos laterales, con y sin red, cinchas elásticas, argollas para sujetar pulpos, toma auxiliar de corriente de 12 voltios… para facilitarnos la labor de ordenar la carga.
Equipamiento
Como ya hemos comentado en diversas ocasiones parece ser que las marcas Premium se van dando cuenta, poco a poco, que no podían entregar sus vehículos con un equipamiento de serie tan “pelado” como el que ofrecían hasta ahora, pues era evidente que las marcas generalistas les estaban “apabullando” en ese terreno. La crisis económica, aunque no afecta a todos los posibles clientes de igual manera, sí ha cambiado nuestras costumbres a la hora de comparar más detenidamente los productos, su precio, paquetes de equipamiento, etc. No está la cosa como para tirar el dinero precisamente….
Prueba de ello es que en los últimos productos lanzados al mercado por una marca como BMW, se ha revisado concienzudamente esta política, mejorando lo ofrecido desde las versiones más básicas y con unos paquetes de equipamiento muy completos a precios más o menos asequibles… Aunque siempre podemos complementarlo con un sinnúmero de opciones que pueden elevar la tarifa final notablemente:
En el caso del vehículo que hoy nos ocupa, el BMW Serie 2 Active Tourer, ya se ofrece desde las variantes más básicas con:
- Servotronic
- Climatizador automático bi-zona
- Paquete de retrovisores exteriores
- Accionamiento automático del portón trasero
- Segunda fila de asientos ajustables
- Llamada de emergencia inteligente
- Sensor de lluvia y luces automático
- Anclajes ISOFIX y desactivación del airbag del acompañante
- Llantas de aleación ligera de 16” de radios en V (estilo 471)
- Paquete de compartimentos
- Reposabrazos delantero
- Alfombrillas de Velours
- Sistema de aviso de colisión
- Volante deportivo multifunción de cuero
- Radio BMW Professional con pantalla de 6,5”
- Control de la presión de los neumáticos
- Dispositivo manos libres Bluetooth y audio streaming + conexiones USB/AUX in
- Asientos traseros divisibles 40:20:40
- Garantía de reparación extendida al tercer año o 200.000 km
Se combina con 4 posibles líneas de acabado, que se ofertan a precios cerrados muy interesantes y que añaden a la dotación de serie:
ADVANTAGE (+ 1.800 €):
- Faros LED con contenido ampliado
- Faros antiniebla
- Control de crucero con función de frenado
- Control de distancia en aparcamiento (PDC) trasero
SPORT (adicional a la línea ADVANTAGE + 3.500 €):
- Línea Sport:
- Tapicería en tela «Race»
- Molduras específicas
- Llantas de aleación ligera de 17″ de radios en estrella (estilo 379)
- Asientos deportivos para conductor y acompañante
- Paquete de iluminación
LUXURY (adicional a la línea ADVANTAGE + 4.900 €):
- Línea Luxury:
- Tapicería en cuero Dakota perforado
- Molduras específicas
- Llantas de aleación ligera de 17″ de radios múltiples (estilo 481)
- Línea cromada exterior
- Calefacción para los asientos delanteros
- Paquete de iluminación
M SPORT (adicional a la línea ADVANTAGE + 5.400 €):
- Paquete deportivo M:
- Tapicería en Tela/Alcántara Hexagon
- Molduras específicas
- Llantas de aleación ligera de 17″ de radios en estrella (estilo 483 M)
- Asientos deportivos para conductor y acompañante
- Shadow Line brillo intenso
- Suspensión deportiva M
- Volante deportivo M
- Paquete aerodinámico M
- Guarnecido interior del techo BMW Individual Anthrazit
- Paquete de iluminación
Podemos adquirir el monovolumen de la firma bávara desde 28.650,00 € (del BMW 216d Active Tourer), aunque esta cifra se rebaja hasta los 26.500,00 € (con el Plan PIVE y ayuda a la recompra incluidos, si la operación se realiza con la financiación ofrecida por BMW Bank GmbH). El BMW 218d Active Tourer con acabado Luxury parte desde los 33.700,00 €, aunque en el caso de la unidad probada, contaba con el siguiente equipamiento adicional:
- Acabado Luxury —– 4.900,00 €
- Color Mediterranblau metalizado —– 785,79 €
- Paquete de servicios ConnectedDrive —– 700,00 €
- Control de distancia en aparcamiento —– 398,59 €
- Cámara para marcha atrás —– 455,53 €
- Driving Assistant Plus —– 1.389,37 €
- Navegación Plus —– 2.835,67 €
- Sistema de altavoces Hi-Fi Harman/Kardon —– 899,67 €
- Telefonía confort con conexión ampliada para Smartphone —— 398,59 €
- Acceso confort —– 444,14 €
- Carriles longitudinales para la baca Aluminium satinado —– 341,64 €
- Techo panorámico de cristal —– 1.423,53 €
- Retrovisor interior con ajuste automático y anti-deslumbramiento —– 193,60 €
- Dispositivo de alarma con mando a distancia —– 518,80 €
- Control electrónico de la suspensión EDC —– 569,41 €
- Cambio automático —– 2.173,74 €
Por lo que el precio final ascendía hasta los 49.478,07 euros. Una cifra alta, demasiado alta, pero que no desentona en absoluto con lo que se espera de un vehículo premium (lo que es a fin de cuentas….) que puede aumentarse aún más si se “tira” de catálogo para cualquiera de la larga lista de accesorios originales que la marca alemana ha diseñado para este modelo.
En todo caso, y como siempre os recomendamos, si estáis interesados en adquirir un BMW Serie 2 Active Tourer no dejéis de pasaros por el buscador de Coches.com, donde encontraréis el mejor precio del mercado para este y el resto de modelos, así como el seguro que mejor se adapte a vuestras necesidades.
Motorización
La gama de motores de última generación con la que la marca bávara ha decidido equipar a su monovolumen compacto es de lo más variada, con diversas opciones alimentadas tanto mediante gasolina como por gasóleo (de 3 y 4 cilindros), pero con la premisa común de la utilización de las más avanzadas tecnologías: Twin Power Turbo, para mejorar la respuesta y entrega de potencia en toda la gama de revoluciones, y BMW EfficientDynamics, con la finalidad de reducir al mínimo el consumo y las emisiones. Además, siguiendo las últimas tendencias, está disponible una variante híbrida-enchufable.
Entre los alimentados por gasolina tenemos:
- BMW 218i: Se trata de un propulsor de 3 cilindros de 1.499 centímetros cúbicos que ofrece una potencia de 136 CV a 4.400 rpm y un par máximo de 220 Nm a 1.250 rpm, con el que consigue alcanzar una velocidad máxima de 205 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos. Todo ello con un consumo medio de 4,9 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 115 g/km.
- BMW 220i: este motor de 4 cilindros y 1.998 centímetros cúbicos de capacidad, entrega una potencia de 192 CV a 5.000 rpm y un par máximo de 280 Nm a 1.250 rpm, con lo que se muestra suficiente para lanzar a este monovolumen hasta los 228 km/h de velocidad punta o que acelere de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos. El consumo medio homologado es de 5,6 l/100 km, mientras que las emisiones de CO2 se sitúan en 130 g/km.
- BMW 225i: Se trata del propulsor más potente disponible, por ahora, para la gama de gasolina y puede ir asociado también a la tracción total xDrive. Es un 4 cilindros de 1.998 centímetros cúbicos que eleva la potencia hasta los 231 CV a 5.000 rpm y el par máximo hasta los 350 Nm a 1.250 rpm. La velocidad máxima es de 240 km/h (237 km/h con xDrive) y la aceleración de 0 a 100 km/h la realiza en 6,6 segundos (6,3 segundos con xDrive). El consumo medio homologado es de 5,8 l/100 km (6,4 l/100 km con xDrive) y unas emisiones de CO2 de 135 g/km (148 g/km con xDrive).
Constituye una verdadera sorpresa la posibilidad de contar con una versión híbrida-enchufable, denominada BMW 225xe Active Tourer (por el momento no disponible para el Gran Tourer…), donde se combina el propulsor de 3 cilindros de 1.499 centímetros cúbicos con una potencia de 136 CV y un par máximo de 220 Nm (descrito un poco más arriba), que transmite el empuje exclusivamente al tren delantero, con un motor eléctrico de 88 CV, situado debajo del maletero (junto con las baterías de iones de litio) que hace lo propio con el tren trasero (convirtiéndose de hecho, cuando así se requiera, en un modelo de tracción total). La potencia conjunta del sistema asciende hasta los 224 CV y el par máximo a 385 Nm.
Cuenta con diversos modos de conducción que priman desde la máxima eficiencia en recorridos cortos hasta la máxima potencia conjunta, por ejemplo, en un adelantamiento. La autonomía llega a los 41 kilómetros, en modo totalmente eléctrico y siempre que se circule por debajo de los 125 km/h o hasta los 550 kilómetros cuando se utilizan ambos propulsores. El consumo promedio se rebaja hasta los 2 l/100 km y las emisiones de CO2 hasta los 46 g/km. El tiempo de recarga promedio, utilizando un enchufe doméstico, es de poco más de 3 horas.
Las motorizaciones de gasóleo también cuentan con 3 posibilidades de elección:
- BMW 216d: Es un propulsor de 3 cilindros y 1.496 centímetros cúbicos que ofrece una potencia de 116 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 270 Nm a 1.750 rpm. La velocidad máxima alcanza los 195 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos. El consumo medio de gasoil es de tan sólo 3,8 l/100 km y las emisiones de CO2 de 99 g/km.
- BMW 218d: Esta planta motriz de 4 cilindros y 1.995 centímetros cúbicos rinde una potencia de 150 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 330 Nm a 1.750 rpm. También puede asociarse a la tracción total xDrive de la marca alemana. La velocidad máxima se sitúa en los 208 km/h (también con xDrive) y la aceleración de 0 a 100 km/h la lleva a cabo en 8,9 segundos (8,6 segundos con xDrive). El consumo medio se establece en 4,1 l/100 km y las emisiones de CO2 alcanzan los 109 g/km.
- BMW 220d: Se trata de la motorización más potente entre las diésel, con el mismo bloque pero con una potencia que asciende hasta los 190 CV a 4.000 rpm y el par máximo hasta los 400 Nm a 1.750 rpm. Disponible igualmente con tracción total xDrive. La velocidad punta se establece en 225 km/h (223 km/h con xDrive) y la aceleración de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos (7,3 segundos con xDrive). El consumo medio es de 4,3 l/100 km (4,6 l/100 km con xDrive) y las emisiones de CO2 alcanzan los 112 g/km (122 g/km con xDrive).
Pero centrándonos en el caso de la unidad probada, el BMW 218d Active Tourer, que estaba equipada con la motorización “intermedia” entre las que usan el gasoil por combustible, es decir el bloque tetracilídrico que ofrece 150 CV de potencia máxima. Hemos de indicar que, a nuestro parecer, es quizá el grupo propulsor más equilibrado de todos, no siendo necesaria más potencia para mover con soltura al monovolumen germano. La variante superior, de 190 CV, quizá esté más indicada para la carrocería de 7 plazas (Gran Tourer) al tener que “hacerse cargo” de un peso más elevado, tanto por el propio de dicho modelo, como por el mayor número de ocupantes y su correspondiente equipaje.
Es un propulsor muy bien aislado, escasamente rumoroso (quizá sólo un poco en los primeros instantes, tras el arranque en frío…) y esta tónica continúa incluso cuando se rueda a velocidad de crucero. Destaca también por su elasticidad, ya que empuja con determinación desde poco más del régimen de ralentí, y sube inusualmente rápido hasta más allá de las 4.000 rpm, acompañado por la magnífica caja de cambios automática Steptronic de 8 velocidades, que combina a las mil maravillas con esta motorización, formando un conjunto de lo más equilibrado.
Los consumos homologados fluctúan entre los 4,7 l/100 km en ciudad o los 3,8 l/100 km en el tráfico interurbano, con un gasto medio de combustible de 4,1 l/100 km. En ello influye no sólo la avanzada electrónica de control, sino también el eficaz y rápido funcionamiento del sistema Stop&Start, la navegación a vela e incluso la optimizada aerodinámica que cuenta, por ejemplo, con cortinas activas tras la calandra delantera que se cierran o se abren en función de parámetros tales como la velocidad a la que circulemos o la temperatura del propulsor.
El consumo real que obtuvimos durante los más de 2.400 kilómetros que realizamos durante esta prueba de más de una semana de duración (siempre con 4 adultos a bordo y con un volumen de equipaje de lo más variado, en función de los desplazamientos) no alcanzó las optimistas cifras oficiales, pero no se producía la “brecha” habitual entre unas y otras, sorprendiéndonos por lo contenido de las mismas, variando entre los 6,2 l/100 km en ciudad; los 4,3 l/100 km en recorridos por carreteras nacionales y autovías/autopistas, para obtener, finalmente, un consumo medio de 4,8 l/100 km. Lo que es una noticia excepcional para las familias más viajeras.
Si tenemos esto en cuenta, y a pesar de que la capacidad del depósito de combustible es de apenas 51 litros, resulta factible obtener autonomías reales que superen frecuentemente los 1.000 kilómetros.
Comportamiento
Pese a romper con la tradición de la propulsión trasera de todo buen BMW, los ingenieros de la marca bávara han conseguido un conjunto muy homogéneo y equilibrado, que es lo que a fin de cuentas buscan sus futuros propietarios, independientemente de cuál sea el eje que tenga preponderancia sobre el otro a la hora de transmitir la potencia al suelo.
Cosa diferente sería si estuviésemos hablando de una berlina deportiva, pero en esta primera incursión de la marca germana en el segmento de los monovolúmenes compactos podemos decir que han acertado plenamente en el planteamiento ofrecido.
Como ya hemos comentado, la plataforma utilizada como punto de partida es la denominada UKL del grupo alemán, especialmente desarrollada para los modelos de tracción delantera (y opcionalmente total). Es la misma que también utilizan los BMW X1 o en MINI con excelentes resultados a nivel de comportamiento dinámico.
En carreteras de montaña el tren delantero va siempre “por el sitio” pudiendo inscribirlo en las curvas con apenas una pequeña “insinuación” en el volante, aunque también hay que decir que saca a relucir su configuración de “todo adelante” y, en una conducción dinámica, acaba produciéndose el consabido subviraje, fácilmente corregible incluso para los conductores menos avezados levantando ligeramente el pie del “gas” o bien dejando que las ayudas electrónicas se encarguen de esta labor…
De todas formas seguramente estemos ante el monovolumen compacto más dinámico del mercado, muy por encima del comportamiento tranquilo y sosegado que mayoritariamente ofrecen el resto de sus rivales. A un ritmo “normal” este Active Tourer resulta tremendamente fácil de llevar con unas reacciones muy sanas, intuitivas.
Pero no cabe duda que en este buen comportamiento influye de manera decisiva la presencia de una suspensión trasera de tipo multibrazo, que ayuda a que las ruedas de este eje “pisen” mejor el asfalto a la vez que proporciona una gran comodidad a los ocupantes, siguiendo con total precisión lo marcado por el tren anterior.
No obstante podemos modificar en marcha el carácter de este BMW Serie 2 Active Tourer mediante una tecla “mágica” situada en la consola central. Hablamos del Driving Experience Control que nos permite elegir entre diversos modos de conducción: desde uno más económico y eficiente, como es el ECO PRO, pasando por uno ideal para todo tipo de uso, denominado CONFORT, hasta el modo SPORT para cuando decidimos aprovechar todo el dinamismo de este modelo. Además, en caso de equiparlo, también modifica el comportamiento de la amortiguación, mediante un sistema de control dinámico llamado DCC.
De la caja de cambios Steptronic… ¿qué podemos decir? Simplemente ¡que nos encanta! No nos cansamos de utilizarla en todos y cada uno de los modelos de la marca bávara que suelen montarla. Tan es así que si sólo dispusiéramos del dinero suficiente para equipar esta opción no lo dudaríamos ni un solo instante… por encima de muchas otras.
Esta caja automática por convertidor de par, de 8 velocidades, y fabricada por ZF, se muestra siempre rapidísima en sus transiciones entre una marcha y otra, resultando muy agradable en su uso, tanto en modo automático como en su utilización manual, bien desde la propia palanca (como era nuestro caso) o desde las levas situadas detrás del volante (si se dispone de esta opción).
Los frenos se muestran más que sobrados para detener al modelo bávaro, incluso cuando circulamos a tope de su capacidad de carga, ofreciendo un buen tacto y dosificación. Aquí destaca el excelente trabajo que realizan las pinzas de un solo pistón “mordiendo” con fuerza los discos ventilados delanteros y los macizos traseros.
No realizamos una conducción “al ataque” bajando algún puerto de montaña (los ocupantes se hubiesen encargado de quitarnos esa idea de la cabeza…) para comprobar su resistencia a un uso continuado, pero por las pocas pruebas que pudimos realizar al respecto conduciendo en solitario, parece indicar que cumplen también sobradamente en este aspecto.
En autopistas, autovías y carreteras nacionales de amplio trazado se encuentra en su salsa, con un modo de “conducción a vela” que desconecta la transmisión del grupo propulsor en cuanto la orografía lo permite, contribuyendo a conseguir unos consumos realmente bajos. Y en caso de necesitar una respuesta inmediata el propulsor junto al cambio automático se encargan de que ésta se materialice de forma contundente, pero también muy progresiva.
Realizar grandes viajes como el que hemos llevado a cabo nosotros, con un total de 2.400 kilómetros recorridos, es todo un placer. Las distancias parecen reducirse a un ritmo asombroso y si no fuera porque es necesario parar de vez en cuando a despejarse haríamos “tiradas” mucho más largas, por ejemplo, durante la noche, gracias también a la excelente iluminación que proporcionan los faros LED adaptativos.
En ciudad su tamaño contenido nos permite callejear sin problemas, por ejemplo, al llevar a los niños al colegio, o al acceder al parking de un centro comercial para realizar la compra. Una vez más el excelente conjunto propulsor / cambio nos facilita enormemente el desenvolvernos entre el caótico tráfico de una gran ciudad, acompañado de una dirección de asistencia variable que, aunque filtre en exceso lo que ocurre bajo las ruedas, nos ayuda a cambiar de trayectoria con apenas insinuarlo en el volante o llevar a cabo las maniobras de estacionamiento con total facilidad.
Veredicto coches.com
En esta primera incursión de BMW en el segmento de los monovolúmenes compactos obtiene una excelente calificación. Traslada, dentro de lo posible, el placer de conducir intrínseco del resto de modelos de su amplia gama, a un nicho de mercado hasta ahora “inexplorado” para ellos. También han resuelto “con nota” el cambio más importante en cuanto a concepción, como es el fabricar su primer vehículo de tracción delantera.
Y lo han hecho aportando a la categoría una imagen Premium (hasta ahora sólo ofrecida por el longevo Mercedes-Benz Clase B), un comportamiento más ágil y divertido y unos motores de última generación con unos consumos francamente reducidos.
¿Será esto suficiente para que se convierta en un éxito de ventas? Pues para ello tiene que luchar frente al segmento de moda como es el de los SUV compactos que, aunque por conducción y uso al que vayan destinados sean muy similares, entran más por lo ojos a los futuros propietarios.
Frente a rivales como los monovolúmenes compactos generalistas tiene el hándicap de un precio que, pese al esfuerzo realizado por el fabricante alemán, sigue siendo bastante alto en cuanto se equipa con opciones que en los otros modelos son de serie o se pueden montar a un precio mucho más “razonable”.
En fin, un modelo idóneo para aquellos clientes premium que quieran distinguirse de sus vecinos de garaje, y deseen transportar a la familia con la indudable comodidad, equipamiento de seguridad y tecnológico, calidad de rodadura, o dinamismo que BMW ofrece a sus clientes… Aunque, claro está, todo ello tiene un precio.
- Conjunto propulso/cambio Steptronic
- Calidad percibida
- Paquetes de equipamiento muy completos
- Pilar A que entorpece la visibilidad
- Cinturones delanteros sin regulación en altura
- Precio final con opciones
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