BMW X3 XDrive20d, a prueba: un SUV diésel que convence en casi todo

Es el momento de conocer al último de los BMW X3 lanzados hasta el momento. Un SUV grande que demuestra cómo debe hacer una marca premium su trabajo. Un auténtico superventas a nivel global. Vamos a intentar entender por qué vende tanto y por qué es de los favoritos del público pudiente, con una unidad del BMW X3 xDrive20d.

Renovado en 2022, se trata de un coche con bastante recorrido en el mercado, ya que la generación actual se vende en nuestro país desde 2018. Vamos a conocer qué ha cambiado desde entonces y ya te adelantamos desde ya en qué sobresale.

La verdad es que, dinámicamente, me ha convencido su tacto, muy dinámico pero al mismo tiempo permite ir tranquilo con gran confort. Por dentro es amplio y está muy bien construido, con materiales de calidad y el maletero está muy bien. Puede ir bien equipado, como buen premium.

Obviamente, 53.500 euros. 57.900 con este motor diésel y tracción total que, a mi juicio hay que elegir en el X3 y por eso BMW la ofrece en casi toda la gama. Hablamos, eso sí, de precios recomendados. En nuestra sección de coches nuevos puedes encontrar ofertas del BMW X3, publicadas por concesionarios oficiales de la marca. Al tratarse de una cifra tan elevada es posible que te interese financiar el coche.  Analicemos ahora a fondo este BMW X3 xDrive20d:

Exterior

La renovación en 2022 no fue muy drástica, habida cuenta de que el BMW X3 se vende bien. Los de Munich ya han despachado más de 1,2 millones de unidades en todo el mundo, más de 25.000 en España. Eso sí, los cambios hacen que el nuevo BMW X3 se vea más moderno que el anterior.

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Para distinguirlo del modelo anterior lo mejor es ver la parrilla. Además de ser más grande, como en los últimos lanzamientos de la marca, ahora está fabricada de una sola pieza. Se trata de una parrilla activa, que se abre solamente si el motor necesita refrigeración, y separando los clásicos riñones encontramos una plaza negra que esconde una cámara de visión delantera.

Los faros son también más finos, con lo que se consigue una apariencia más vanguardista. Si tienen detalles en color azul, como en nuestra unidad, es que son ópticas Matrix LED adaptativas, que prometen 650 metros de alcance nítido. La verdad es que van funcionan muy bien. Otro cambio notable está en el paragolpes, con más superficie en el color de la carrocería y tomas de aire verticales a los lados. 

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La unidad de pruebas contaba el paquete M, que incluye el paquete aerodinámico y detalles en negro brillante. También llantas mayores. De serie son de 18 pulgadas pero nuestra unidad contaba con unas de 20 de cinco radios dobles. Tenemos embellecedores en negro brillante en los Air Curtains, color elegido también para los marcos de las ventanillas o los railes de techo.

Y sí, el BMW X3 tiene también el famoso pliegue Hofmeister ese pilar trasero ensanchado, en los BMW desde 1961, con el BMW 3200 CS y el BMW 1500. Esa curva se consigue suvizando el pico trasero de las lunetas laterales, ampliando el pilar hacia delante y hacia atrás. Además de diseño, elimina los puntos débiles en la unión del techo con la carrocería. Frank Stephenson lo llevó a los SUV de la marca, cuando diseñó el X5 en un vuelo de dos horas.

Ya en la zaga, vemos que la parte baja también va rematada en negro brillante. En ella se mantienen las salidas de escape reales con forma trapezoidal. Pero lo más llamativo de esta zona son sin duda las ópticas, que imitan la forma de una tenaza, con visión en tres dimensiones, y abrazan a los intermitentes horizontales.

Y sí, el BMW X3 es un coche grande. Se va prácticamente a los 4.708 mm de longitud, lo que significa que es cinco centímetros mayor que un BMW X5 de primera generación. Es también bastante ancho, con 1.891 mm, mientras que la altura se queda en 1.676 mm.

Interior

El habitáculo me ha gustado mucho. Primero por amplitud, algo que todo el mundo espera de un SUV de este tamaño. Lo segundo, la calidad de realización. No solamente de las partes altas, porque incluso los laterales de la consola o las puertas cuentan con plásticos blandos acolchados. Hay que irse muy abajo para encontrar un plástico duro.

Otra cosa que me ha gustado son las pantallas, que crecieron en la puesta al día. Contamos con una de 10,25 de serie, que puede ser, como en este caso, de 12,3 pulgadas. Tiene un buen navegador y la séptima versión el sistema operativo entiende bastante bien las órdenes por voz que transmites con un lenguaje coloquial. Quizá no tan bien como el sistema MBUX de Mercedes pero se le acerca. Obviamente, es compatible sin cables con Apple Carplay y Android Auto.

Es una pantalla táctil que responde con premura, pero lo mejor es conserva el mando iDrive, que permite moverse por los menús de manera muy sencilla, a pesar de que hay muchas opciones de configuración. Toda esa zona de la consola central se ha rediseñado y concentra desde el selector del cambio al botón de arranque, pasando por el selector de modos de conducción o el freno de estacionamiento eléctrico.  

Quizá, para el tamaño del coche, falta huecos mejor diseñados para dejar objetos. En el espacio delantero no cabe bien el móvil, lo que obliga a llevarlo bajo el reposabrazos, donde hay una toma USB-C, pero donde resulta también difícil acomodarlo. Hay un par de reposabebidas precediendo a la palanca del cambio.

Luego contamos con unos asientos que me han resultado comodísimos, con una extensión de la banqueta para que reposen mejor las pantorrila y que pueden tener regulaciones eléctricas. Son cómodos, pero no deportivos, porque no sujetan bien el cuerpo, sobre todo si eliges la tapicería de cuero. Hay otros

La posición de conducción típica de un SUV pero sin ser exageradamente elevada y con un buen apoyo para el pie izquierdo. Toca acostumbrarse a lo largo que es el capó. Delante tenemos un volante que, esta vez sí, es deportivo por diseño y sobre todo por grosor.

Incluye unas levas tras el volante, de buen tamaño y a través de é podemos ver un cuadro de instrumentos digital, con 12,3 pulgadas. Ofrece una lectura clara, pero cuesta acostumbrarse a que las revoluciones crezcan al revés. Lo mejor, el Head-Up display, que enseña mucha información y muy bien en el parabrisas.

Las plazas traseras cuentan con un buen espacio si lo comparamos con sus rivales premium, pero no tienes la sensación de desahogo que encuentras en un Skoda Kodiaq, por ejemplo. Es bastante bueno en altura, a pesar de que la unidad de pruebas tenía techo solar y en anchura muy similar a sus rivales, con lo que tendrás problemas para acomodar a tres adultos con comodidad.

El pasajero central tendrá dificultades para acomodar sus pies debido a la presencia de un túnel central bastante prominente y con una consola central que roba algo de espacio.  Eso sí, no faltan salidas de aire con la posibilidad de regular la temperatura y un par de tomas USB-C. También contamos con un reposabrazos y, son opcionales, cortinillas para cuando el sol incida mucho en los viajes. Entonces necesitaremos cargar cosas… en el maletero que pasamos a ver ahora

Maletero

En la puesta al día no cambió el volumen del maletero, de 550 litros de capacidad. Ya no es solamente el tamaño, sino que se han aprovechado bien las formas, con un hueco lateral separado por una red, integrando perchas o bandas elásticas en el lateral. Además contamos con un piso enrasado con el borde de carga, lo que facilita cargarlo. Y bajo él, un espacio compartimentado. No es muy amplio pero puede resultar práctico en ocasiones.

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No es el espacio de carga algo en lo que buscan destacar los SUV grandes de marcas premium. Entre los modelos de entre 4,60 y 4,75 metros de longitud (sin contar carrocerías de SUV coupé) el mayor es el del Jaguar F-Pace, con 650 litros, pero es el más largo. El BMW X3 está en quinta posición en la categoría, empatado con el Audi Q5, pero superado por el nuevo Mercedes GLC 2023, que ha crecido mucho.

Hay opcionales de la unidad probada que nos gustaron, como los rieles laterales para variar las posiciones de las argollas donde sujetar la carga. Si es de serie la división de los respaldos de la segunda fila de asientos en tres partes, en proporción 40:20:40.

Cuando abates todos los respaldos consigues un espacio de carga de 1.600 litros de capacidad. También incluye sin sobrecoste la red vertical para separar este espacio de los asientos delanteros, ganarás en seguridad.

Motores

La gama mecánica es muy diversa. Hay desde opciones totalmente eléctricas, como el BMW iX3 de 286 CV, a un xDrive30e, la versión híbrida enchufable con 292 CV y hasta 50 km de autonomía eléctrica. Eso si quieres etiqueta Cero. Los únicos con etiqueta C son los deportivos BMX X3 M y M Competition, con 510 CV de potencia

El resto de la gama llega toda con etiqueta ECO gracias a que montan un sistema de hibridación ligera, con un motor eléctrico de 11 CV, red eléctrica de 48 voltios y una pequeña batería. De ellas hay cuatro versiones con motor de gasolina de entre 184 y 360 CV (xDrive20i de 184 CV, xDrive30i de 245 CV y M40i de 360 CV). Y cuatro diésel, de entre 150 y 340 CV (xDrive18d de 150 CV, xDrive20d de 190 CV, xDrive30d de 286 CV y M40d xDrive de 340 CV).

Todos se asocian de serie al cambio automático de ocho relaciones Steptronic, de convertidor de par y, salvo el diésel menos potente, cuentan con la tracción total xDrive, como este B47D20 (su nombre en código interno).

Se trata, posiblemente, de la opción más lógica entre la polifacética gama del BMW X3. Con 190 CV que entrega entre las 4.00 rpm, ofrece unas prestaciones razonables, con una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 7,9 segundos, lo cual está más que bien para un coche de 1.915 kg de peso y quien vaya a Alemania puede ponerlo a 213 km/h sin temor a que le retiren el permiso de conducir. Y todo ello, con un consumo combinado de 5,8 l/100 km. Los gasolina no te ofrecen esto… ¿y qué tal va de sensaciones? Veámoslo en marcha.

Comportamiento

Obviamente, en función del BMW X3 que elijas, tendrás sensaciones algo distintas. Pero en general definiría a este SUV como preciso. Es un coche con el que puedes ir muy rápido, en cualquier tipo de vía, con una sensación de control enorme, gracias a una dirección rápida, con un buen peso y unas suspensiones que sujeta bien a la carrocería en curvas cerradas.

Esta deportividad no es la única virtud del BMW X3 xDrive20d, porque también ofrece una buena sensación de confort. Uno puede pensar que un diésel no puede ser sinónimo de refinamiento, pero este propulsor lo consigue y además está muy bien insonorizado. Apenas llega ruido al habitáculo y viajas con mucha suavidad, con una calidad de rodadura excepcional.

La puesta a punto es casi perfecta y el motor empuja muy bien desde abajo, con 400 Nm, de par entre 1.750 y 2.500 rpm. Responde con alegría al acelerador, más si usas el modo de conducción Sport, y es comprensible que esta sea la versión más vendida, asociada a la tracción total xDrive.

Fue en 2004, con el primer X3, cuando se estrenó el sistema xDrive, la evolución del sistema de tracción total de BMW. La centralita, que gobierna el control dinámico de la estabilidad, recoge datos sobre ángulo de giro, posición del pedal del acelerador y aceleración lateral para actuar sobre un diferencial central de discos. En milisegundos, actúa sobre la distribución de par entre ejes o sobre los frenos, evitando subvirajes o sobrevirajes.

Este sistema de tracción total envía un 60 % del par al eje trasero y un 40 % al delantero, lo que ayuda a conseguir el tacto deportivo tan de la marca también en el X3. En condiciones de baja adherencia o en una pendiente pronunciada, puede llegar a enviar todo el par a un solo eje para no perder tracción. No es un todoterreno pero lo hemos probado en pistas (sin forzar demasiado debido a los neumáticos de perfil bajo), y responde a la perfección, con un control de descensos muy eficaz.

Y sí, hay motores más potentes, con seis cilindros que son una maravilla, no es necesario que vayas a los M para tener prestaciones soberbias. Y los gasolina de cuatro cilindros aceleran más rápido y puedes revolucionarlos más, puede que sean más emocionales… pero no consiguen lo que este X3 xDrive20d: un consumo muy bajo. A pesar de las ruedas tan anchas que montaba nuestra unidad, gastó 6 l/100 km.    

Gasta poco en cualquier situación. Tanto en carretera como en autovía a ritmos altos. Y también en ciudad. Ahí agradece mucho el sistema de hibridación ligera y para el motor en numerosas ocasiones, de manera mucho más suave y discreta que con un Start&Stop convencional. 

Opinión coches.com

No soy de SUV pero reconozco que el BMW X3 me ha convencido dinámicamente porque es un coche que de da mucha confianza al volante. El Stelvio tiene un tacto más deportivo, sí, pero no va tan bien en todo momento como el X3. Y tampoco soy de diésel, pero hay que reconocer el buen trabajo de la marca con las prestaciones y consumos de este dos litros diésel. Si no lo quieres con este combustible, la oferta mecánica, como te contamos, es amplísima y variadísima.

Dentro es razonablemente amplio y está muy bien rematado. Y el espacio de carga está en la parte alta entre los SUV grandes de marcas premium. Como sus rivales, ofrece mucha tecnología. Un par de peros es la visibilidad (se agradecen los sensores y la cámara de serie) y en los huecos para que el conductor deje objetos, mejorables

¿Dónde más falla? En el precio. Es de las opciones más caras. Si lo comparamos con un diésel equivalente, en el entorno de 200 CV y tracción total, no sale muy bien parado. Solamente el Mercedes GLC, recién presentado cuando probábamos este X3, tiene un precio superior.

Además del precio básico, sube mucho a poco que comienzas a añadir cosas, algunas imprescindibles, como los ganchos del maletero. Esta unidad incluye cuatro paquetes, como el M, el Travel, el Innovation o el Confort que suben la tarifa 16.900 euros más. Estamos en terreno de todo un X5. Y sí, en la puesta al día incluyeron detalles que antes eran opcionales, o la etiqueta ECO, pero nos parece que su precio ha sufrido demasiado la inflación para tratarse de una puesta al día.

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