El segmento compacto es el de mayor volumen del mercado. Pocos se animan a innovar, ya que del éxito de los productos depende gran parte del éxito del fabricante. Pero hay quien explora vías alternativas, como Citroën con el C4.
La marca francesa siempre ha apostado por compactos en su gama. Desde el vetustos C4 o Typo 4 lanzado en 1928 al AMI, pasando después por los GS, CX, Xsara y, de nuevo, al C4. Citroën ya intentó reinventarse con el C4 Cactus en 2014, pero no acabó de cuajar en el mercado (como tampoco lo hizo su puesta al día en 2018, mucho más conservadora).
Conocimos el Citroën C4 2021 en su presentación, cuando tuvimos la ocasión de ponernos al volante de la versión eléctrica. Ahora hemos elegido una variante con un motor de combustión tradicional, el gasolina con 130 CV, para conocer más en profundidad todos sus puntos fuertes:
Exterior
Si en la prueba del Volkswagen Golf te contábamos que la marca solía evolucionar poco a poco sus diseños, en este caso encontramos la vía opuesta. Y en una época en la que mandan las ventas de SUV, también el Citroën C4 juega a imitarlos… pero sumando a la ecuación reminiscencias de modelos pasados.
A simple vista parece más grande que un compacto convencional, pero no lo es. Mide 4.360 mm de longitud, como un Renault Megane, incluso menos que un Seat León o un Ford Focus. Tiene una anchura similar, de 1.800 mm y, eso sí, es más alto, pues se va a los 1.525 mm de altura.
En la parte delantera tenemos rasgos que lo emparentan con coches de la marca, como el logo central de los chevrones, que se extiende hacia el lateral, con unas ópticas divididas. En la parte superior contamos con las luces de circulación diurnas y algo más abajo las principales, con tecnología LED y cuyas formas imitan, dice la marca, las del Citroën GS.
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Más detalles singulares de la parte delantera son las dos hendiduras en el capó o, en la parte baja, los faros antiniebla enmarcados en un marco hexagonal, en el protector de plástico negro que lo acerca a la imagen de un SUV.
El perfil tiene una silueta que nos recuerda a la de modelos como el Citroën CX, pero más alto. Y ojo, que no tiene una altura libre al suelo muy alta, pues se queda en 156 mm, como la de cualquier compacto. Engañan a la vista los plásticos negros en la parte baja o los grandes pasos de rueda, bajo los que encontramos llantas de 18 pulgadas, con neumáticos más estrechos de lo habitual, eso sí (195/60 R18).
Hay disponibles siete colores para la carrocería entre los que elegir, que se pueden combinar con 5 packs de color y el techo da la sensación de flotar al no existir elementos que lo unan con la parte baja en el mismo color de la carrocería.
La zaga es también muy peculiar. Nos recuerda al C4 Coupé al estar partida por el alerón, lo que condiciona la visibilidad desde dentro y en que no tiene limpialuneta. No llovió durante la semana que probamos en coche, pero si bien puede que no moleste en marcha, sí lo hará tras estar detenido.
Los pilotos traseros también se han dividido, haciendo un juego de luces singular. Son falsas las salidas de aire en los laterales, pero no el par de salidas de escape que vemos en la parte baja tenemos, en un embellecedor brillante en medio de las protecciones plásticas negras.
Interior
En el interior encuentro cosas que me gustan y otras, pues no tanto. Lo mejor, sin duda, son los asientos. Citroën los llama Advanced Confort y son, realmente, fabulosos. No tienen prácticamente nada de apoyo lateral, pero son firmes ya que emplean una espuma de doble densidad y los aprecias a medida que recorres kilómetros en ellos. Mejores que los de muchas marcas premium. Ahí lo dejo.
El espacio es bueno, pero no demasiado en altura. Y es que, pese a que el coche es muy alto y tiene poca altura libre al suelo, la base es muy ancha porque en las versiones eléctricas se ubica la batería bajo el habitáculo.
Me gusta también el gran número de espacios para dejar objetos y lo práctico que es. Contamos con espacio en la parte baja del salpicadero, con una superficie de carga inalámbrica, acompañada de conexiones USB y USB-C para quienes no dispongan de la última tecnología.
También un par de reposabebidas y un cofre entre los asientos. Se suman a la doble guantera. Una inferior realmente grande y una superior donde irá la tablet. Y decimos la Tablet porque en Citroën han ideado un soporte justo encima donde ponerla para que el acompañante tenga su propio sistema de infoentretenimiento.
El conductor tendrá que apañarse con la pantalla de 10 pulgadas que, eso está bien, no integra la climatización, que cuenta con botones físicos. Los gráficos me parecen demasiado pobres y la personalización mínima, pero es sencilla de usar y relativamente rápida. Integra la visión de la cámara de visión trasera y una vista cenital simuladas con las imágenes de las cámaras delantera y trasera que es bastante eficaz.
El cuadro de mandos es también poca cosa. Es digital, pero es pequeño (apenas 6 pulgadas, no ocupa todo el espacio) y las opciones para cambiar la información que son pocas, además de que varían una zona muy reducida.
Tras unas semana conduciéndolo tampoco me convence el volante, con la parte superior e inferior achatadas. Lo mejor de él es que jubila el mando satélite del control de crucero y ahora integra esos mandos en el lado izquierdo, reservando el derecho para contolar volumen, cambio de emisoras o el móvil.
También encontramos en el volante negro piano. Hay cinco ambientes en el interior y de los tres que he conducido, todos lo tenían así. Es un material muy sucio y que se daña y que encontramos también en salidas de aireadores, rodeando la pantalla del sistema de infoentretenimiento y toda la consola central.
Podían eliminar por ejemplo las tiras decorativas de las puertas (que a veces se confunden con los tiradores, pero no sirven para nada) y cambiar esas zonas. Porque el resto de materiales no está mal, con un salpicadero agrdable al tacto y un coche bien construido.
Detrás tenemos espacio suficiente para las piernas pero no tanto para la cabeza. De hecho, han hecho incluso un rebaje para que los más altos no toquen con el techo. No esperes un espacio muy ancho para tres en este segmento. No faltan salidas del climatizador, dos puertos USB y ventanillas que se abren prácticamente del todo, al contrario que en el anterior Citroën C4 Cactus.
Maletero
El espacio de carga se sitúa al nivel de sus rivales del segmento compacto. Son 380 litros de capacidad, que es lo mismo que puedes encontrar en un Seat León o un Volkswagen Golf, por ejemplo.
No contamos con portón eléctrico, pero cuando lo abres queda un hueco bastante ancho y la superficie resultante tiene formas muy cúbica, con pequeños huecos en los . El piso es una tabla que puede colocarse a dos alturas, creando un doble fondo si es menester, y queda todavía un hueco debajo para una rueda de repuesto.
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Existe un hueco en medio de los asientos, tras el reposabrazos central, que puedes abatir si precisas llevar objetos largos y estrechos, como unos esquís. Y si abates los respaldos de los asientos traseros, que están divididos en dos partes asimétricas, puedes conseguir un espacio de carga de hasta 1.250 litros de capacidad.
Equipamiento
De inicio el Citroën C4 estructura su gama en tres acabados, denominados Feel, Feel Pack y Shine. El nivel de acabado más sencillo por ahora es el Feel. De serie cuenta con faros LED, climatizador automático de dos zonas, freno de mano eléctrico, sistema multimedia con pantalla táctil, bluetooth, USB, Apple CarPlay, Android Auto, control de crucero, lector de señales de tráfico, alerta de cambio de carril…
La marca completará la gama con una terminación de acceso, llamada Live Pack, con el objetivo de tener un precio de acceso más económico.
Nuestra unidad cuenta con el acabado Shine, el más completo. Suma elementos como el cargador inalámbrico para teléfonos móviles, los faros inteligentes SmartBeam, el Head-Up Display, Active Safety Brake asistido por cámara y radar, reconocimiento extendido de señales de tráfico, la ayuda al estacionamiento delantero, el sistema de vigilancia de ángulo muerto o el Highway Driver Assist.
Sobre todo cuando ves el precio de partida con el motor de gasolina de 130 CV. Parte de los 22.300 euros, que es menos que la mayoría de sus rivales. Con este nivel de acabado se sitúa en 24.823 euros, a los que habría que sumar algún elemento extra (no hay muchos) como el techo panorámico practicable (800 €) o la pintura metalizada (450 euros).
Hablamos de tarifas sin descuentos de ningún tipo. Hay que restar a ello las promociones de la marca y otras. Siempre puedes encontrar las mejores ofertas del Citroën C4 en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por concesionarios oficiales de la firma de toda España. Y en este caso la cifra baja mucho, si bien los precios que encuentres pueden implicar financiar el coche con la marca.
Motor
El nuevo Citroën C4 se sustenta sobre la plataforma modular CMP, que comparte con otros coches del grupo del segmento B, caso del Peugeot 208, el Peugeot 2008, el Opel Corsa o el DS 3 Crossback. Es por eso que cuenta con una versión eléctrica, el ë-C4, y no con versiones híbridas enchufables como los compactos del grupo.
Esa variante eléctrica que ya hemos probado tiene un motor con 100 kW de potencia (136 CV) y con su batería de 50 kWh de capacidad homologa 350 km de autonomía. La gama cuenta también con una versión diésel, un 1.5 BlueHDI de 130 CV y una de gasolina, el 1.2 Puretech de 130 CV. Los dos se asocian a la transmisión automática EAT8 con ocho relaciones y el gasolina puede, como es el caso, equipar un cambio manual de seis relaciones.
La marca ha confirmado que a lo largo de 2021 llegan dos versiones más de gasolina, una con 100 CV y cambio manual para ser la de acceso a la gama y otra de 155 CV ligado al cambio automático. La oferta diésel se completará con una versión de 110 CV y cambio manual.
El motor que tenemos entre manos es un bloque de tres cilindros que entrega sus 131 CV (96 kW) de potencia máxima a las 5.000 rpm, con un par máximo de 230 Nm disponibles ya a las 1.750 rpm. Sus prestaciones no son apabullantes, pero no están mal. Alcanza los 210 km/h de velocidad máxima y, más interesante, realiza el 0 a 100 km/h en 8,9 segundos. Y con consumos ajustados sobre el papel, ya que homologa 5,3 l/100 km y no paga impuesto de matriculación. Veamos qué tal va.
Comportamiento
Desde luego, el Citroën C4 con el bloque de gasolina de 130 CV cumple con lo que promete, buenas prestaciones, más que suficientes para mover el coche con unos consumos ajustados, que son algo más sensibles en ciudad, pero que bajan rápidamente en cuanto empiezas a realizar kilómetros en carretera.
Si he de achacar algo al motor es que se nota su arquitectura de tres cilindros, tanto en su sonido como por las vibraciones, sobre todo al ralentí. Pero como se muestra después solvente pues es algo que se le puede perdonar.
Y por lo demás, lo leerás en todas las pruebas que leas y veas: este es un coche cómodo, posiblemente el más confortable de su categoría. Citroën ha apostado todo a esa carta y desde luego que cumple. Comenzando por los asientos, que valoras cuantos más kilómetros conduzcas y siguiendo por la puesta a punto del chasis.
Como el Citroën C5 Aircross que probamos, cuenta con una suspensión con topes hidráulicos que trata de imitar a la histórica suspensión hidroneumática de la marca. Esos topes trabajan en compresión y extensión consiguiendo filtrar toda irregularidad del asfalto. Parece mentira que llevemos llantas de 18 pulgadas, porque nada se filtra al habitáculo, tienes la sensación de que te no tocas el asfalto.
Eso obviamente tiene su contrapartida y es que no se trata de un coche que trace curvas sin inmutarse. De todos modos, lo hace mejor que el C5 Aircross, ya que no tiene que lidiar con una carrocería tan alta y pesada. Las reacciones son seguras en todo momento y es un coche que parece más blando de lo que realmente es, ya que se mueve en zonas sinuosas sin problema.
Quizá afecta más en curva la dirección, demasiado asistida. En este sentido puede ser interesante el cambio automático ya que incluye un selector de modos de conducción que, si bien no varía demasiado el carácter del C4, sí endurece la dirección, algo que a mi personalmente me da mayor sensación de control.
Y hablando del cambio, este manual tiene unos recorridos larguísimos. Se nota que está pensado para tomarse las cosas con calma. Y a partir de la cuarta velocidad las marchas son muy largas, pensadas para realizar consumos bajos y no para para exprimirlas de una a otra.
Por último, algunos de vosotros nos habéis trasladado dudas acerca de que este compacto emplee una plataforma del segmento inferior. Como te contamos, usa la misma (CMP) del Peugeot 208, en lugar de la del 308 (EMP2) con el que comparte segmento. Donde más notas esto es el autovía, pero no creas que se nota una pérdida de aplomo de manera muy acusada. Es la misma que solución a la que ha recurrido Skoda con el Scala, por ejemplo y se nota, sobre todo, en el precio que pagas por este coche, menor que el de otros equivalentes.
Opinión coches.com
El Citroën C4 no lo tiene fácil en un mercado de coches compactos donde todas las marcas generalistas ofrecen coches muy equilibrados y de buena relación calidad/precio. Dos son sus armas para lograrlo. Para empezar, una estética muy diferenciada, a medio camino entre la de un turismo y un crossover, con ese toque personal que Citroën siempre ha dado a sus coches.
Por otro lado la comodidad de marcha. Un rasgo de los productos de la firma que, siempre que no busques una gran eficacia en curva, es fabulosa. Con esas suspensiones de topes hidráulicos progresivos que salva los baches sin que te enteres al tiempo que contiene bien los movimientos de la carrocería. Y unos asientos que ya quisieran algunas marcas premium.
Peca de una escasa altura en las plazas traseras y del abuso del negro piano en varias zonas del habitáculo, pero por lo demás, aprueba con nota. Sobre todo cuando ves el precio de partida con el motor de gasolina de 13! CV. Parte de una tarifa menor que la mayoría de sus rivales, que se rebaja además mucho con los descuentos.
Por filosofía quizá su mayor rival esté dentro de casa, con el C5 Aircross, que soluciona el problema del espacio detrás y gana maletero… y no hay mucha diferencia de precio entre ambos. Eso sí, el C4 se fabrica en España, un detalle que siempre nos gusta destacar.
- Comodidad de marcha sobresaliente
- Diseño atrevido y diferenciado
- Precio inferior al de sus alternativas
- Plazas traseras con poca altura libre disponible
- Abuso del negro piano en el interior
- Cuadro de instrumentos pequeño y con poca información
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