DS 3 PureTech 130 CV, a prueba: ¿fragancia en frasco pequeño?

Aunque el perfume no fue inventado en Francia, nuestro país vecino tiene una de las industrias más potentes a nivel mundial. Cualquier fragancia tiene poderes extraordinarios, como la capacidad de evocar recuerdos de un familiar que ya no está, transportarte a un momento particular o incluso llegar a emocionarte. Lo mismo pasa en el mundo del automóvil, pues cada coche intenta transmitir unas sensaciones. También de Francia viene el DS 3, un distinguido perfume que viene en frasco pequeño y que parte de 26.150 euros.

En este particular perfume las notas de salida, que son lo primero que se percibe, sería esta trabajada imagen que vemos por fuera. Las notas de corazón, que son las que más destacan en el perfume, serían la calidad y los materiales del interior. Las notas del fondo,  que son las que más perduran, sería su avanzada plataforma que ha permitido que tenga una variante 100 % eléctrica.

Hasta hace relativamente poco, este modelo se denominaba DS 3 Crossback. Sin embargo, con la última actualización se dejó de vender la carrocería de tres puertas y para la única versión que queda se decidió que se simplificase el nombre. Un movimiento que sigue lo que hicieron con el DS 7, que ya tampoco es Crossback.

Exterior

Es indudable que la estética va a ser uno de los puntos fuertes del DS 3. El modelo francés está cargado de personalidad lo mires por donde lo mires y tiene muchísimos detalles de diseño. En el frontal hay mucho protagonismo por parte de la parrilla, que tiene diseño hexagonal, entramado de diamante que puede ir en negro o cromado, además de un tamaño a tener en cuenta que le permite integrar la matrícula en su interior. El logotipo de DS va en el centro, aunque también tiene una insignia en la parte baja de un capó con líneas afiladas.

Si seguimos destacando detalles en su frontal, es imposible no mencionar los “aerofoils” que ayudan a mejorar la aerodinámica de la parrilla o los faros delanteros. Son LED de serie en toda la gama y están formados por tres módulos, siempre con las luces diurnas aparte en posición vertical consiguiendo una firma lumínica muy reconocible por la noche. También puede llamar la atención por su colorido, la paleta tiene disponibles siete colores con posibilidad de tener acabado bitono y destacando los nuevos Laquered Grey y Rojo Diva que es el que lleva nuestra unidad.

El novedoso color rojo es una reinterpretación del de once capas que llevaba el Wild Rubis en el salón de Shanghái 2013. Tras probar hasta 40 opciones diferentes, se consiguió el tono Rojo Diva que es tricapa y destaca por su excepcional tecnología de molido de los pigmentos para conseguir una mayor saturación.

La vista lateral es de mis favoritas en el DS 3 y eso es gracias a varios guiños de diseño. El que más encandila son los tiradores de las puertas enrasados en la carrocería que salen cuando te acercas con el mando de la llave en el bolsillo. Le siguen unas llantas que pueden ser de 17 o 18 pulgadas, mientras que llama la atención la forma de las puertas traseras (aunque luego veremos que tienen su desventaja). En la zaga lo más destacado serían esos pilotos trasero LED unidos por el centro mediante un listón cromado o negro, además de un paragolpes también en contraste, a juego con los bajos de la carrocería.

Ya dijimos al principio que este modelo se trataba de un SUV pequeño por sus dimensiones. Se queda en los 4.118 mm de longitud, con 1.791 mm de anchura y 1.534 mm de altura, mientras que la distancia entre ejes es de 2.558 mm. Si lo comparamos con sus potenciales rivales premium vemos que es bastante más pequeño que los MINI Countryman y Audi Q2.

Interior

Es bastante fácil reconocer el interior del DS 3. Incluso con los ojos cerrados podría distinguirlo de cualquier otro rival en cuanto tocase un rombo. El patrón con esa forma geométrica que se asemeja al diamante está presente por todos lados. Se puede ver en todos los botones del salpicadero, en las salidas del aire o en el botón de arranque. También llama la atención la forma de las puertas en tres niveles o que los mandos para abrir las ventanillas estén en la consola central. Como decíamos, personalidad muy marcada para este modelo, que es completamente diferente del resto.

Su calidad también está claramente por encima de la media de los modelos generalistas y muy cerca de los premium con los que le comparamos. Sobresale por detalles como su tapicería mixta, con cuero y Alcántara que se extiende por todo el salpicadero. También enamora ver costuras en contraste en rojo y dorado tanto en asientos como en el volante, detalle propio del acabado más deportivo. Hay que sumar un techo en negro para ganar distinción o unos pedales metálicos para ganar dinamismo.

El acabado Performance Line que lleva nuestra unidad está disponible desde el año 2016. Apareció en la anterior generación del DS 3 para dotar de un aura deportiva al modelo a través de detalles estéticos por fuera y por dentro. Actualmente destaca por la destacada tapicería, con parte en Alcántara y esas costuras en dos tonos diferentes.

Y lo cierto es que la tecnología no se queda atrás en este ejemplar. Recibe en sistema multimedia entretenimiento DS Iris System y una digitalización completa. La pantalla táctil central de 10,3 pulgadas es la más grande del segmento y aventaja a las de sus rivales. Además, presenta unos menús muy claros y es relativamente fácil de utilizar.

De hecho, algunos de los botones romboidales del salpicadero sirven como acceso directo a sus funciones. También hay que criticarle que aglutine demasiadas funciones, incluyendo las de la climatización o que nos haya dado un fallo puntual en el que se apagó y no funcionó hasta pasadas unas horas.

Por otro lado, sí que convence su conectividad gracias a Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica, además de otros elementos. Se complementa con una instrumentación digital de 7 pulgadas, que es más simple y muestra la información justa y necesaria. También con un Head-Up Display opcional que ayuda a no quitar la vista de la carretera. Cuenta con carga inalámbrica para smartphones y hay que añadir que no hay demasiados huecos portaobjetos.

De hecho, cuando pasamos a las plazas traseras nos damos cuenta de que uno de los mayores problemas del DS 3 es su espacio disponible. En los asientos delanteros se viajará con bastante comodidad, pero los traseros son muy justos para cinco personas. Incluso se pueden quedar atrás para usuarios altos, pues el espacio para las piernas y para la cabeza está bastante limitado, incluso para usuarios como yo de 1,70 metros.

La plaza central es insuficiente para adultos por su anchura o por el túnel de transmisión, mientras que la sensación de claustrofobia es mayor por tener poca superficie acristalada. Además, no hay salidas de aire acondicionado para estos asientos ni tampoco tomas USB o la posibilidad de abatir el respaldo central.

Maletero

Que sea un vehículo pequeño por medidas ya vimos que repercutía negativamente en la habitabilidad. También lo hace en su maletero, pues se queda en 350 litros de capacidad, claramente por debajo de otros de referencia como es el caso de los 450 litros del Countryman. Destacar que la versión eléctrica mantiene esa cifra por la posición de la batería, como ya pudimos ver en su presentación nacional cuando lo probamos por primera vez.

Otros detalles a destacar de este maletero serían una boca de carga amplia, pero que queda a una altura algo elevada, que sea difícil encontrar el pulsador para abrirlo o la falta de iluminación en el interior. Por suerte, siempre queda la opción de abatir sus asientos en dos partes (60:40) para dejar una superficie casi plana con una capacidad de hasta 1.050 litros.

Motor

La gama mecánica es bastante completa en este DS 3. De hecho, sorprende ver que es de los pocos que mantienen el diésel en este segmento. Tiene representación a través del motor 1.5 BlueHDi de cuatro cilindros que tiene 130 CV y solamente puede ir con el cambio automático EAT8. Más protagonismo tendrá el 1.2 PureTech de tres cilindros que se puede escoger con dos niveles de potencia. El de acceso tiene 100 CV y va ligado a una caja de cambios manual de seis velocidades y hay un nivel superior con 130 CV que va con la transmisión automática de ocho relaciones.

La gran novedad del nuevo DS 3 era el E-Tense, la versión 100 % eléctrica que ya probamos. Con el último sistema de propulsión eléctrico de Stellantis, se coloca como tope de gama con una potencia de 156 CV y es capaz de conseguir hasta 402 kilómetros de autonomía gracias a una nueva batería de 54 kWh. También hay que decir que es la versión más cara del modelo y que ahora queríamos probar el que consideramos que es el más interesante de la gama.

Comportamiento

Nos ponemos al volante del DS 3 PureTech de 130 CV y 230 Nm de par, que es un nivel de potencia más que aceptable para un B-SUV. Es un motor más que conocido dentro de Stellantis y en este ejemplar nos ha parecido bastante refinado para tratarse de un tres cilindros. No hace demasiado ruido y tampoco vibra en exceso, al menos desde el interior eso viene muy filtrado al interior. Como suele ser habitual, la parte más aprovechable de esa mecánica es la intermedia del cuentarrevoluciones, pues el par máximo está disponible desde las 1.750 rpm. Y el cambio nos ayuda a llevarlo en ese rango.

La distribución de la gama del DS 3 está muy clara y queda algo limitada. El caso es que quien lo quiera manual solo puede elegir el de 100 CV y el que quiera el automático solamente tendrá el de 130 CV, nunca al contrario. Tiene cierto sentido por posicionamiento a nivel económico, aunque a muchos no les convencerá. El funcionamiento de la caja automática EAT8 de convertidor de par es bastante satisfactorio por suavidad, aunque no tanto por rapidez. Por suerte, tiene un modo manual para cambiar a través de las pequeñas levas plásticas que hay tras el volante.

Lo cierto es que mirando la ficha técnica del DS 3 no vemos nada demasiado destacado. Es un coche capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y su velocidad máxima es de 201 km/h, todo en la media del segmento. El eléctrico es ligeramente más rápido, aunque también acusa un exceso de peso. Es algo más de 200 kg más pesado que éste ejemplar, que se queda en 1.324 kg, una cifra correcta teniendo en cuenta su tamaño y que es la versión con cambio automático que hace que aumente.

Como suele pasar en otros vehículos, el DS 3 tiene varios modos de conducción. Además de los habituales modos Eco, Normal y Sport; que cambian algunos parámetros como la dureza de la dirección o la respuesta del acelerador, este ejemplar tiene otros adicionales. Puede elegir los modos Arena, Barro o Nieve para controlar el patinado de las ruedas delanteras de forma inteligente. No se va a obtener el mismo resultado que con un coche de tracción total, pero ayudará al reparto de par entre las ruedas delanteras en situaciones más peliagudas.

En todo caso, parece un coche sensato y bastante eficiente. Durante la semana de pruebas tuvimos la oportunidad de hacer un viaje de más de 1.000 kilómetros y ha demostrado tener una eficiencia ejemplar. Lo dejamos con un consumo de 6,5 litros, no demasiado alejado de los 6 l/100km que homologa esta versión. Viene bien que no sea muy tragón, ya que el depósito de gasolina es bastante pequeño, pues tiene apenas 44 litros de capacidad. Para completar datos de eficiencia, habría que decir que homologa unas emisiones de CO2 de 135 g/km.

Terminar hablando del chasis y diciendo que las sensaciones al volante del DS 3 son bastante satisfactorias. Es un coche que se ha mostrado ágil en situaciones que lo necesitaban, como en las calles estrechas de una ciudad como Granada en la que estuvimos. También en sus carreteras de curvas, sin llegar a ser un modelo en el que se obtenga un tacto deportivo. Incluso en autopistas y vías rápidas tiene un aplomo envidiable y un confort en marcha bueno. En definitiva, es cumplidor en todo tipo de situaciones, sin llegar a destacar demasiado en ninguna de ellas.

Opinión coches.com

Tras convivir con él durante una semana, queda claro que el DS 3 es un espécimen casi único. No hay ningún SUV pequeño que transmita ese nivel de distinción, primero por su estética y segundo por su nivel de calidad que le aupa al mismo escalón que los modelos premium. Lleva todo el “savoir-faire” de la marca, así como una técnica muy completa para no dejar a nadie indiferente. Deja buen sabor de boca por su imagen y por su comportamiento, aunque hay otras cosas que no terminan de convencer.

Aunque el precio está claramente por debajo de sus rivales premium, el DS 3 no es un coche precisamente barato. Parte de 26.150 euros, que es bastante aceptable para un B-SUV. Sin embargo, cuando elegimos una mecánica que no es la básica y un acabado que le de un toque más de distinción, la tarifa se dispara y es bastante fácil rondar los 35.000 euros. Ni que hablar cuando se opta por la versión eléctrica. En todo caso, siempre conviene visitar coches.com para ver las mejores ofertas de VN, un renting muy destacado o una financiación con condiciones insuperables.

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