Podríamos estar horas escribiendo sobre el Nissan Qashqai y el impacto que ha tenido en el sector del automóvil. Estamos hablando del vehículo que comenzó la tendencia SUV tal y cómo la conocemos hoy en día, el adalid de los crossover. Ha demostrado el dicho que afirma que «quien golpea primero, golpea dos veces», pues es el absoluto referente en ventas en su segmento y quiere mantenerlo en esta tercera generación que ponemos a prueba.
Como decíamos, desde 2007 el Qashqai ha vendido más de 3 millones de unidades en Europa, de las cuáles 325.000 corresponden a nuestro país. Ahora es un producto ya prácticamente global, pues en otros mercados como el de Estados Unidos está presente bajo la denominación Rogue Sport. Y lo que trata de hacer la nueva generación del Nissan Qashqai es rizar el rizo, reinventar un mito para que siga sorprendiendo y cumpliendo en todos sus aspectos.
Es de vital importancia teniendo en cuenta que su papel ha sido clave a la hora de atraer y fidelizar clientes, pues actualmente un tercio vinieron por el Qashqai y se han quedado en la marca. También tiene cierto orgullo patrio, ya que parte de su puesta a punto procede del Nissan Technical Center de Barcelona, cuyos ingenieros han puesto su granito de arena en algunos componentes. Tras haber compartido jornada con el Nissan Qashqai DIG-T 140 CV mHEV, te vamos a contar la experiencia.
Exterior
Uno de los principales cambios en el nuevo Nissan Qashqai es la estética. Tiene un nuevo lenguaje de diseño que ya introduce elementos característicos de otros modelos como el Juke o el Ariya y que pretende ser más llamativo y emocional para el cliente. Ya en el frontal se puede ver la evolución con los faros en forma de boomerang. Son Full LED de serie y llevan dividida la luz diurna y la principal.
Quedan perfectamente integrados y alineados con la parrilla V-Motion de la marca, con esa forma tan reconocible y que va enfatizada por la moldura cromada. También tendremos toques de cromo en la parte baja alrededor de las luces antiniebla. Aunque los detalles que nos ganan en el frontal es el nombre del Qashqai en la parte superior de la aleta y la toma de aire que forma el nuevo paragolpes.
Si lo miramos desde el lateral lo cierto es que su silueta es bastante reconocible. Con el cambio generacional ha ganado en dinamismo, que se nota gracias a esa línea de cintura ascendente tan marcada. También hay novedades en las llantas, que van desde las 17 hasta las 20 pulgadas y estrenan diseños y acabados. En nuestra unidad montaba unas de 19 pulgadas con acabado bitono. Por supuesto, los bajos de la carrocería van cubiertos de plástico negro para enfatizar su condición de SUV.
La zaga probablemente sea la parte que menos cambia del nuevo Nissan Qashqai. Como siempre, pequeño spoiler de techo por encima de la luneta y en la parte intermedia vemos un portón que tiene una marcada nervadura entre unos pilotos LED rediseñados. Gana horizontalidad y también presencia al tener el nombre del modelo en la parte central, por encima de la matrícula. La parte inferior del paragolpes está rematada en plástico negro, aunque integra una especie de defensa plateada.
Este modelo ahora se asienta sobre la plataforma CMF-C de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, lo que se traduce en que tiene unas dimensiones que cambian ligeramente. El nuevo Qashqai tiene una longitud de 4.425 mm (+35 mm), una anchura de 1.835 mm (+29 mm) y una altura que se mantiene en 1.625 mm. Además de ser más largo y ancho, también tiene una distancia entre ejes superior que se queda en 2.665 mm (+19 mm).
Interior
La evolución del Nissan Qashqai continúa en su habitáculo, que cuenta con una tecnología mucho más completa para convertirse en referente también en este aspecto. Cambiará mucho en función del acabado que se escoja, pero puede llegar a tener prácticamente de todo. La pantalla principal va desde las 7 hasta las 9 pulgadas, tamaño en el que ya cuenta con una conectividad completa gracias a Android Auto y Apple CarPlay inalámbrico; además de navegación con información del tráfico en tiempo real y otras bondades de Nissan Connected Services.
Dicha pantalla tiene un tacto muy correcto y unos gráficos avanzados, además de menús bastante intuitivos. Por suerte, no integra las funciones de la climatización, que se controlan desde los típicos botones y ruletas que quedan por debajo. En la consola central hay un hueco que tiene carga inalámbrica para smartphones en los acabados superiores y algún botón más para cuestiones relacionadas con la conducción.
Delante del conductor queda a mano un volante multifunción ligeramente rediseñado. Sus botones sirven para controlar la instrumentación digital de 12,3 pulgadas que equipa esta unidad (de serie hay una mixta) y que mejora la visualización de muchas informaciones que hay disponibles. Por encima también podríamos montar un Head-Up Display de 10,8 pulgadas, de los más grandes en coches generalistas, que completa a la perfección y hace que no haya que apartar demasiado la vista de la carretera.
Otro punto que se ha cuidado mucho en el nuevo Nissan Qashqai es la calidad percibida del interior. Se puede decir sin lugar a dudas que hay una mejora considerable en este aspecto y destaca por esas molduras inspiradas en carpintería japonesa Kamiko que recorren algunas zonas del salpicadero. Hay plásticos en su mayoría, más blandos los superiores y más blandos los inferiores, pero siempre con sensación de construcción sólida. La tapicería cambia en función del acabado.
El nuevo diseño hace que el habitáculo de la sensación de mayor espacio. Lo cierto es que en las plazas delanteras no hay quejas, pues son cómodas y holgadas en todas las direcciones. En función del nivel de equipamiento los asientos pueden tener reglajes eléctricos, calefacción e incluso función masaje. Hay bastantes huecos portaobjetos repartidos por todo el interior del Qashqai.
Sorprende por un acceso muy cómodo a ambas filas, pues las puertas tienen una apertura de casi 90º. Al saltar a las plazas traseras nos encontramos con alguna que otra carencia. No hay demasiada mejoría respecto a la segunda generación y el espacio disponible es correcto, pero sin alardes. La plaza central, como viene siendo habitual, es más incómoda y va surcada por un prominente túnel de transmisión.
Maletero
Que tenga una nueva plataforma y que cambien ligeramente las medidas también se traduce en un crecimiento ejemplar en el maletero. Ahora declara 504 litros de capacidad, una mejora sustancial de 70 litros, pues en la segunda generación se quedaba en unos justos 434 litros. Curiosamente, los modelos que cuenten con la suspensión trasera multibrazo (los de llantas de 20 pulgadas y/o tracción total), se quedan en una capacidad de 470 litros.
De todos modos, con este nuevo dato ya está por encima de la media del segmento y cuenta con otras ventajas como las formas rectas y aprovechables. El maletero del Qashqai también tiene una boca de carga muy ancha y que no queda demasiado elevada. Cuenta con un piso a doble altura, con dos baldas que también se pueden colocar en posición vertical para separar esta superficie. Los asientos se pueden abatir en dos partes (60:40) para dar paso a una capacidad máxima de 1.593 litros.
Equipamiento
La nueva generación del Nissan Qashqai mantiene una amplia variedad de niveles de equipamiento para adaptarse a las necesidades de cada cliente. El acabado que viene de serie es el Visia y ya cuenta con una potencia interesante gracias a los faros Full LED, pantalla Nissan Drive Assist de 7 pulgadas, modos de conducción, sensores de aparcamiento traseros, aire acondicionado, elevalunas eléctricos (one-touch), control de crucero inteligente adaptativo, detección de señales, detección de ángulo muerto o aviso de salida de carril.
Para los que quieran subir un escalón está el Acenta, que suma a lo anterior llantas de 17 pulgadas, espejos retrovisores abatibles eléctricamente, pantalla táctil de 8 pulgadas con conectividad completa, cámara de visión trasera, llave inteligente o climatizador bizona. Por encima queda el N-Connecta, que será el más popular y se completa con llantas de 18 pulgadas, molduras plateadas, instrumentación digital de 12,3 pulgadas, pantalla de 9 pulgadas con navegación y Nissan Connected Services, conexión WiFi o sensores delanteros.
Para los que no se conformen, siempre se puede optar por el acabado Tekna, que suma a lo anterior detalles como las llantas de 19 pulgadas, los faros Full LED matriciales, el Head-Up Display de 10,8 pulgadas, tapicería mixta, cargador inalámbrico para smartphone o el portón trasero con accionamiento eléctrico. El tope de gama es el Tekna+, que añade llantas de 20 pulgadas, techo de cristal panorámico, tapicería de piel sintética, asientos delanteros eléctricos, calefactables y con función masaje; sistema de sonido Bose con 10 altavoces y suspensión deportiva Multilink.
Con motivo de su lanzamiento, también habrá un Nissan Qashqai Premiere Edition, que tiene prácticamente todo el equipamiento disponible en la gama del crossover y algunos detalles exclusivos de la edición especial.
Motor
La gama mecánica del Nissan Qashqai se ha renovado por completo y viene con cambios sustanciales. El primero es que se abandona por completo el diésel y se apuesta por las mecánicas de gasolina y electrificadas. Todas las versiones que se vendan tendrán la etiqueta ECO de la DGT, algunas gracias a la microhibridación y otras por hibridación completa.
En el primer grupo el protagonista es el 1.3 DIG-T, el motor de gasolina turboalimentado de cuatro cilindros, que va ligado a una hibridación ligera de 12 V. Sirve para conseguir la etiqueta y apoya al motor de combustión en aceleraciones, además de recuperar energía en deceleraciones (se almacena en una pequeña batería de iones de litio). El sistema apenas aumento 22 kg de peso y está disponible en dos niveles de potencia. El de acceso tiene 140 CV y solo puede ir con cambio manual, y por encima hay uno de 158 CV que va con el manual o con el automático Xtronic (tipo CVT).
Más adelante llegará el Qashqai E-Power, probablemente el más interesante de la gama. Es híbrido y combina un motor de gasolina de tres cilindros y 1.5 litros con una mecánica eléctrica de 190 CV. El eléctrico es el que mueve las ruedas, mientras que el de combustión genera energía para recargar la batería de 1,4 kWh. Aunque todavía hay que esperar para eso, pues ahora nos hemos podido poner al volante del Nissan Qashqai DIG-T 140 CV mHEV, la variante de acceso que viene con tracción delantera.
Comportamiento
A pesar de estar con la variante de acceso a la gama, lo cierto es que este Qashqai se desenvuelve muy bien gracias a sus 140 CV y 240 Nm de par. Lo cierto es que es un nivel de potencia suficiente para la mayoría de usos (0 a 100 km/ en 10,2 segundos y punta de 196 km/h) y destaca por su entrega en la parte media del cuentarevoluciones. En la parte baja lo hemos notado un poco más perezoso, pero nada preocupante. Bastará con recurrir al cambio manual de seis velocidades, única opción en este nivel de potencia y con un tacto bastante correcto para un coche de estas características.
Decir que también pudimos probar el más potente con cambio Xtronic y sorprende la mejora en la transmisión tipo CVT. Tiene un modo D-Step que hace que tenga un tacto más natural y parecido a lo que tendríamos en una caja de doble embrague y siete velocidades (aunque guardando las distancias, claro). Volviendo a nuestro Qashqai DIG-T 140 CV mHEV, mencionar que se nota ligeramente que hay una retención mayor cuando levantamos el pie del acelerador, algo que sirve para obtener energía para el sistema Mild Hybrid.
Lo cierto es que el funcionamiento del sistema microhíbrido se percibe cuando se apaga el motor por debajo de 18 km/h, el modo vela a velocidades de crucero y algo de apoyo en aceleraciones. Eso contribuye a la eficiencia del modelo, que promete consumos muy bajos. Esta versión homologa un consumo de 6,4 l/100km y unas emisiones de CO2 de 144 g/km. Y lo cierto es que en nuestra jornada de pruebas estuvimos bastante cerca de la cifra que aparece en su ficha técnica, por lo que todo indica que el Qashqai va a cumplir en este aspecto.
Siempre dependerá, como siempre, del recorrido que se realice y de la forma de conducir de cada usuario. Para adaptar el carácter se puede recurrir a los modos de conducción que vienen de serie. Se puede elegir entre Eco, Normal y Sport para modificar ligeramente algunos parámetros como la respuesta del acelerador o de la dirección. Lo cierto es que no pasa de Jekyll a Mr. Hyde, pero siempre se le puede sacar partido en algunas ocasiones.
Aunque lo que más nos ha gustado del nuevo Nissan Qashqai es cómo mejora a nivel de chasis. Se nota la aparición de la plataforma CMF-C, que aporta una rigidez estructural mayor al tiempo que reduce su peso. Eso se traduce en un aplomo más propio de segmentos superiores, ahora sí que se puede decir que el Qashqai está entre lo mejor del segmento a nivel dinámico. Se acerca incluso a escalones como en el que está el SEAT Ateca, que suele ser la referencia entre los generalistas en este aspecto.
La reducción de peso es de 60 kg respecto a la generación anterior, a pesar de ese sistema Mild Hybrid que sumaba 22 kg y de que sus dimensiones sean mayores. Por ejemplo, cuenta con un capó que va en aluminio y pesa 6 kg menos o un portón que es de composite y pesa 2,4 kg menos. En la práctica se traduce en que tenemos un Qashqai más ágil y preciso, que mejora principalmente cuando se realiza una conducción más dinámica.
A lograr esa sensación también ayuda la nueva dirección, que tiene el motor de asistencia eléctrica junto a la cremallera y que tiene un peso mucho más conseguido y natural que anima a tomar curvas. Aunque probablemente la mayor novedad esté en el apartado de la suspensión. De serie tiene un esquema tipo McPherson delante y una barra de torsión detrás. La puesta a punto es más rígida que en el anterior y eso aporta aplomo.
Al mismo tiempo, no pierde apenas confort y además está bien aislada y no presenta vibraciones. Pero también hay que tener en cuenta la opción de que si montamos llantas de 20 pulgadas o la tracción total (solamente disponible con el de 158 CV y cambio Xtronic) tendremos una suspensión trasera multilink. Es la joya de la corona, pues presenta una mayor conexión con la carretera y filtra mejor sus irregularidades. Aunque para situaciones normales la de serie ya cumple con las expectativas.
Opinión coches.com
Cuando se prueba un superventas de la talla del Nissan Qashqai siempre se hace con cierto escepticismo. ¿Es tan bueno como para que lo compre tanta gente o es simplemente moda debido a la popularidad de los SUV? Está claro que la tendencia hace mucho, pero también hay que reconocer que dentro del segmento crossover no hay coches mucho mejores. Probablemente estamos ante el más completo ahora que ha llegado la tercera generación con esos cambios tan notables.
Porque la marca japonesa ha sido inteligente y se ha dedicado a pulir esos puntos en los que el Qashqai se estaba quedando atrás. Un toque más emocional al diseño por aquí, un puñado más de tecnología para allá y más picante en el apartado dinámico para conseguir una receta redonda que cualquier paladar podría entender y apreciar. Todo ello por un precio bastante cabal que parte desde 25.650 euros en su versión de acceso.
- Diseño más pasional
- Mayor calidad percibida
- Mejora dinámica
- Plazas traseras algo justas
- Gama mecánica corta
- Precio con extras
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