El Volkswagen Golf comenzó su producción en la fábrica de Wolfsburg hace ya más de 40 años, concretamente en marzo de 1974. Nació para suceder al mítico Volkswagen Beetle, pero nadie diría que aquel modelo compacto, con motor frontal de disposición transversal y tracción delantera, acabase finalmente convirtiéndose en una auténtica leyenda como su predecesor.
Desde entonces se han desarrollado 7 generaciones del Golf hasta llegar a la actual y, una tras otra, han ido evolucionando y mejorando para seguir siendo una referencia aunque, en alguna de ellas, los resultados estéticos o dinámicos no fueran los esperados por sus millones de seguidores.
Ya desde la primera generación, en 1976, se creó una versión más deportiva, bajo las siglas GTI, dando origen a un concepto nuevo de automóvil compacto deportivo que ha llegado hasta nuestros días, avalado por un notable éxito de ventas. Esto sirvió de acicate para que otras marcas tratasen de copiarlo con más o menos éxito, muchas optando por una radicalidad que nunca pretendió el Golf, y cuando parecía que podían aproximarse a su nivel, la firma alemana sacaba al mercado una nueva generación, que siempre iba un poco más allá en dinamismo, prestaciones, calidad y tecnología.
Actualmente, en su séptima generación, el Golf ha marcado una nueva referencia, tomando como base la Plataforma Modular Transversal (más conocida por las siglas MQB) del Grupo Volkswagen, que comparte con otros modelos, logrando ese tan difícil equilibrio entre deportividad, confort para los ocupantes y calidad percibida que se han convertido en sus señas de identidad. Y, naturalmente, la variante GTI eleva esas virtudes hasta un nivel superior.
Para esta prueba hemos tenido la suerte de contar con una versión muy especial, la más potente y elaborada del modelo (si obviamos el Golf R, que dispone de tracción total y nada menos que 300 CV de potencia…), se trata del Volkswagen Golf GTI Performance, que entre otros detalles, de los que hablaremos más adelante, gana 10 CV de potencia respecto a la versión de serie, llegando a los 230 CV, y dispone de exclusivas exquisiteces mecánicas como un nuevo diferencial autoblocante VAQ, frenos de disco de mayores dimensiones o llantas específicas de 18 pulgadas (aunque en la unidad cedida por la marca montaba unas opcionales de 19 pulgadas…)
Acompañadnos a lo largo de esta prueba para analizar todos y cada uno de los aspectos que convierten a este Golf en “el mejor GTI de la historia”…
Exterior
En esta séptima generación, que vio por primera vez la luz en septiembre de 2012, en el Salón del Automóvil de París, se mantienen los rasgos que han convertido al Golf en todo un icono entre los compactos, pero con una renovada estética para situarlo, bajo nuestro punto de vista, como una de las más bellas realizaciones de la saga (si exceptuamos quizá la versión primigenia).
Sus dimensiones generales resultan bastante contenidas con una longitud de apenas 4,255 metros, una anchura de 1,799 metros sin contar con los espejos laterales (y 2,027 metros con ellos extendidos), mientras que se conforma con una altura de 1,452 metros. La distancia entre ejes es de 2,637 metros, a la vez que los voladizos tampoco son demasiado grandes con 0,869 metros el delantero y 0,768 metros el trasero.
Toda la carrocería está plagada de detalles que rezuman deportividad, sin las estridencias de preparaciones radicales que vemos por ahí, además de continuas referencias y homenajes a una versión emblemática de este compacto deportivo alemán.
Por ejemplo, en el frontal, no podía faltar la delgada línea roja (sí, sí, como el título de la película…) que recorre horizontalmente la calandra de nido de abeja, compartiendo espacio con el logo circular de la firma de Wolfsburg y las míticas siglas GTI (las originales, las verdaderas). Esta línea se prolonga hasta las carcasas de las nuevas ópticas que, en la versión probada, eran bi-xenón con las luces de marcha diurna tipo LED y los intermitentes integrados en la zona inferior del conjunto.
El paragolpes delantero es específico para esta versión, con formas más agresivas que remarcan su carácter deportivo, manifestándose en una apertura de refrigeración de grandes dimensiones realizada en una estructura plástica de nido de abeja que deja hueco en su zona central para el radar del Control de Crucero Automático (ACC). En los laterales encontramos unas tomas falsas con branquias horizontales donde se disimulan unos espectaculares faros antiniebla, esta vez sí, tipo LED, aunque al estar pintada la carrocería en un bonito color Negro Profundo destacaban menos que con otras decoraciones. Por último un pequeño splitter o labio, recorre la zona inferior del paragolpes, reforzando su carácter deportivo.
La vista lateral es quizá la que menos diferencias presenta respecto a las versiones básicas de un Golf de 5 puertas (también está disponible en carrocería de 3 puertas que, curiosamente, es 665 € más barata).
Siempre, claro está, que no nos fijemos en la altura rebajada en 15 mm, fruto del chasis deportivo, en la presencia de un logo GTI en los guardabarros delanteros, de unas estriberas sobredimensionadas de color negro, que añaden deportividad al conjunto, o en los abultados pasos de rueda que, en el caso de esta unidad de pruebas en vez de las llantas de 18 pulgadas con las que suele estar equipada esta versión, estaban ocupados por unas opcionales de 19 pulgadas, de 5 radios dobles en Y modelo Santiago (de Volkswagen R GmbH), sobre las que se montaban unos neumáticos Dunlop SP Sport Maxx GT RunFlat en medidas 225/35 R19 88Y; además de la presencia de unos frenos sobredimensionados con las pinzas pintadas en color rojo y el logo GTI grabado en ellas.
La zona posterior viene marcada por la presencia de un pequeño alerón en la parte superior, donde se incrusta la tercera luz de freno. En el portón, muy vertical, se integran parte de los grupos ópticos traseros oscurecidos y con todas sus funciones formadas por elementos LED. El logo de Volkswagen situado en el centro sirve tanto para realizar la apertura de dicho portón como para esconder la cámara de marcha atrás. Tampoco nos podemos olvidar de las omnipresentes siglas GTI en rojo.
Por último el paragolpes trasero, que al igual que el anterior es específico para esta versión, cuenta con unas formas más deportivas que incluyen un difusor en plástico negro, que pasa más desapercibido por el color de la carrocería pero que, al mismo tiempo, sirve para que resalten las dos salidas de escape cromadas, una a cada lado, de 80 mm de diámetro.
Interior
El interior destila la calidad de materiales y los ajustes Premium que todos esperamos encontrar en un Volkswagen.
Muestra el salpicadero un diseño idéntico al del resto de Golf de la séptima generación, aunque los plásticos blandos empleados y su tratamiento van algunos pasos más allá, por ejemplo al añadir una inserción decorativa en la parte derecha que simula la fibra de carbono (con una lama cromada), aportando un aire tecnológico muy de agradecer.
La parte central del mismo, girada ligeramente hacia el conductor para facilitar su mejor visibilidad, está presidida por dos aireadores frontales en medio de los cuales se sitúa el pulsador de los intermitentes de emergencia para, inmediatamente debajo, toparnos con una gran pantalla multifunción, casi como si de una tablet de 8 pulgadas se tratara. Su manejo táctil (cuenta con sensores de aproximación) resulta muy intuitivo, complementándose con los pulsadores situados en los laterales, desde los que seleccionar las diversas funciones.
Esta pantalla se convierte en el centro neurálgico desde el que se gobierna el sistema de navegación, telefonía o el excepcional equipo de audio, firmado por Dynaudio, que cuenta con una potencia de 400 vatios y cuya sonoridad ha sido especialmente estudiada para adaptarse al habitáculo de este Golf.
Si seguimos descendiendo accederemos al conjunto de mandos de la climatización, un sistema de excelente funcionamiento, que nos permitirá conseguir la temperatura deseada en el habitáculo en escasos segundos, y desde el que podremos también controlar independientemente los asientos calefactables.
Una cubierta basculante facilitará el acceso a un hueco donde guardar los pequeños objetos de uso más habitual, sirviendo de elemento de transición hacia la consola central donde esperaríamos hallar la típica palanca de cambio presidida por un pomo con forma de pelota de golf, tal y como sucedió en la primera versión de este modelo hace 40 años.
Si optásemos por la versión de cambio manual encontraríamos un pomo que nos recordaría a aquella, aunque no exactamente igual sin embargo, al estar equipada nuestra unidad con el eficaz cambio automático DSG de doble embrague, las formas de la palanca son diferentes, pero igualmente atractivas.
Alrededor de la misma se sitúan diferentes pulsadores que permiten gestionar desde el sistema Driver Profile (selección de diferentes modos de conducción), el Park Assist o también el freno de estacionamiento eléctrico, con función Auto-hold.
Por ultimo encontraremos, entre ambos asientos delanteros, una consola central donde guardar más objetos y que sirve, al mismo tiempo, de cómodo apoyabrazos.
El puesto de conducción resulta tremendamente atractivo y rezuma deportividad, sobre todo por la presencia de un volante excepcional, con un grosor y tacto perfectos, que cuenta con un llamativo pespunte interior en color rojo. Es tan bueno que casi hace que olvidemos la obsesión que tienen todas las marcas del grupo alemán en achatarlos por su parte inferior.
Cuenta con tres radios, de los cuales en los dos horizontales se han dispuesto los controles de velocidad de crucero, sistema de audio, telefonía o los que permiten gestionar los menús del ordenador de a bordo, mientras que el brazo inferior encontramos un acabado metálico en el que se han moldeado las legendarias siglas GTI. Detrás de él localizamos las levas del cambio DSG, que permiten cambiar manualmente cuando así lo deseemos, y cuyo tamaño resulta menor del que consideramos ideal al buscarlas con los dedos cuando estamos abordando un retorcido tramo de curvas y se nos acumula el trabajo.
La instrumentación presenta la información de forma clara y precisa con un elegante toque deportivo, demostrando claramente las intenciones de este modelo al estar tarado el velocímetro hasta los 280 km/h (algo excesivos) o comenzar la zona roja del cuentavueltas en las 6.000 rpm. Dentro de cada uno de ellos encontraremos también otros relojes más pequeños dedicados a indicar el nivel de combustible o la temperatura del líquido refrigerante.
En la zona central del cuadro, una pequeña pantalla multifunción en color nos facilitará toda la información referida a los parámetros de conducción así como a la navegación, sistema de audio o de telefonía.
Nuestra unidad desafortunadamente no contaba con la tapicería a cuadros Clark, similar a aquella que caracterizaba al GTI original, aunque se trata más que nada de una ausencia sentimental que de otro tipo pues, en realidad, los asientos tienen tan buena pinta y resultan tan magníficos como aparentan, forrados en cuero Vienna y con pespuntes en rojo (que se hacen extensivos a los apoyabrazos de las puertas).
No sólo resultan cómodos en viajes largos, sino que sujetan perfectamente el cuerpo incluso cuando tratamos de estrujar al máximo las cualidades de propulsor y bastidor. No resbalan en absoluto y sentados en ellos, con sus efectivos ajustes eléctricos, encontraremos rápidamente la postura más adecuada, además son calefactables y están equipados con apoyos lumbares regulables. En fin, que no desearemos bajarnos nunca…
Esta variante de 5 puertas pierde algunos puntos en cuanto a estética deportiva frente a la de 3 pero, en cambio, gana a la hora de facilitar el acceso a las plazas posteriores. Si franqueamos las puertas traseras, los asientos obviamente no son tan deportivos como los delanteros, pero acomodan perfectamente a dos adultos, por las marcadas formas de los dos laterales. La plaza central se reservará sólo para un uso esporádico y de corto recorrido. La cota en altura y el espacio para las piernas también se muestran como suficientes.
El respaldo puede dividirse en dos partes asimétricas (en una proporción 60/40) y cuenta en su zona central con una trampilla que da acceso al maletero que, al mismo tiempo, sirve para transportar bultos largos, como esquíes, sin molestar al resto del pasaje. Los asientos laterales disponen de anclajes Isofix y Top Tether para sillas infantiles.
Maletero
Este Golf GTI a fin de cuentas no deja de ser un compacto, muy deportivo eso sí, pero un compacto, y al compartir plataforma con el resto de variantes de la gama se beneficia también de idéntico espacio para dedicar al equipaje.
Cuando levantamos el portón nos encontramos con una gran boca de acceso, de poco más de 1 metro de ancho, y de formas rectas que facilitará el introducir todo tipo de bultos, además de contar con un borde de carga que se sitúa a una altura de poco más de 65,5 centímetros.
El hueco es bastante grande, muy aprovechable por sus regulares formas contando con una capacidad de hasta 380 litros, lo que lo sitúa en la media del segmento. Se muestran suficientes para transportar el equipaje de 4 adultos, incluso en un desplazamiento vacacional, o más que sobrado para hacer la compra semanal en el super.
En caso de ser necesario, como ya hemos comentado, los respaldos de los asientos traseros pueden plegarse asimétricamente, en una proporción 60/40, de forma que se amplíe el espacio disponible hasta un total de 1.270 litros.
No pueden faltar pequeños huecos en los laterales para aprovechar mejor el espacio, argollas donde anclar una red elástica o pulpos para sujetar la carga, además de una toma de corriente de 12 voltios, tipo mechero.
Debajo de la superficie de carga encontraremos un doble fondo de escasa altura, pero suficiente para esconder pequeños objetos, además de una rueda de repuesto de uso temporal, de la marca Continental y con dimensiones T 125/70 R18, en cuyo vano se ha aprovechado para situar el amplificador surround del sistema de sonido Dynaudio, además del gato, los triángulos de emergencia y una pequeña dotación de herramientas.
Equipamiento
Cuando hablamos del Golf GTI no sólo lo hacemos del precursor del segmento de los compactos deportivos, sino de un auténtico referente de lo que los constructores alemanes entienden por un nivel de acabados y equipamiento Premium. Por lo que no es de extrañar que tanto su precio de partida como la tarifa final a pagar acaben reflejando este hecho.
Aunque también es cierto que gracias a ello se puede disponer de los últimos avances en sistemas de asistencia a la conducción. Por ejemplo, el Control de Crucero Automático ACC y el sistema de observación del entorno Front Assist con función de frenada de emergencia, que adaptan nuestra velocidad a la de los vehículos del entorno, alertan cuando nos aproximamos en exceso y pueden llegar a detener el vehículo completamente en caso de necesidad. También están disponibles el asistente de mantenimiento de carril Lane Assist, el reconocimiento de las señales de tráfico o la protección proactiva de los ocupantes Pre-Crash, que es capaz de cerrar automáticamente las ventanillas, el techo panorámico y tensar los cinturones ante un posible impacto.
Cualquier Volkswagen Golf GTI cuenta ya de serie con:
- Dirección Directa Activa
- Llantas de aleación “Brooklyn” de 17”
- Volante multifunción en cuero GTI, con levas para DSG
- Asientos delanteros con tapicería GTI Clark
- Selección de perfiles de conducción
- Pantalla Multifunción Premium a color
- 7 Airbags, incluye airbag de rodilla para el conductor
- Anclaje para dos sillas de niños en asientos posteriores con sistema ISOFIX
- Asientos delanteros con función Easy Entry (para versión tres puertas)
- Avisador de presión de neumáticos
- Climatizador automático Climatronic
- Control de crucero Tempomat
- Detector de fatiga
- Doble tubo de escape en aluminio
- Elementos decorativos interiores en look Nido de Abeja
- ESP, XDS+ y Sistema anti colisiones múltiples
- Faros antiniebla LED
- Freno de mano eléctrico con Auto-hold
- Función Start&Stop con Recuperación de energía
- Luz ambiente en el interior, molduras de entrada en rojo
- Paquete luz y visión
- Retrovisores plegables eléctricamente
- Sistema proactivo de seguridad Pre-Crash
- Spoiler trasero integrado
La versión Performance añade el siguiente equipamiento:
- Aumento de potencia en 10 CV vs. GTI
- Llantas de aleación “Austin” de 18”
- Diferencial delantero autoblocante mecánico VAQ controlado electrónicamente
- Discos de freno de 17” con grafía GTI
Es posible adquirir un Volkswagen Golf GTI desde los 31.990 €, mientras que el Volkswagen Golf GTI Performance está disponible desde 33.730 € con cambio manual de 6 velocidades, o desde 35.610 € si se monta el cambio DSG. Pero en el caso de la unidad probada hay que sumar, además, las siguientes opciones:
- Color Negro Profundo efecto perla —– 520,00 €
- Acabado en cuero «Vienna» con asientos deportivos exclusivos delante —– 2.155,00 €
- Llantas «Santiago» 7,5 J x 19 Volkswagen R GmbH —– 620,00 €
- Regulación eléctrica asiento conductor —– 540,00 €
- Asistente de velocidad de crucero «ACC» con Front Assist con función parada del vehículo —– 345,00 €
- Asistente mantenimiento carril «Lane Assist» con «Dynamic Light Assist» e identificación señales tráfico —– 695,00 €
- Faros de xenón con luz de marcha diurna LED y luz de conducción en curva para «Dynamic Light Assist» —– Sin coste
- 4 puertas incl. elevalunas eléctrico detrás —– 665,00 €
- Paquete invierno —– 480,00 €
- Sistema de navegación «Discover Pro» —– 1.830,00 €
- Asistente de aparcamiento «Park Assist» —– 175,00 €
- Interfaz USB también para iPod/iPhone, incl. enchufe multimedia AUX-IN —– 70,00 €
- Cámara de marcha atrás «Rear View» —– 260,00 €
- Sistema de sonido «DYNAUDIO Excite», amplificador digital de 10 canales, subwoofer, 8 altavoces, potencia total 400 vatios —– 665,00 €
- Servicios online móvil —– 105,00 €
- Airbags laterales traseros —– 340,00 €
- Detector de ángulo muerto con Exit Assist (en combinación con Lane Assist) —– 365,00 €
- Bluetooth Premium —– 470,00 €
Por lo que el precio final, con los 9.770,00 € en opciones y los 530,00 € de descuento promocional ascendía hasta los 45.380,00 €.
En el caso de que estéis interesados en adquirir un Volkswagen Golf GTI Performance siempre podréis encontrar el mejor precio en el buscador de Coches.com, y lo mismo vale para contratar el seguro que mejor se adapte a vuestra situación.
Motorización
El propulsor es el conocido TSI de la marca alemana, que montan numerosos modelos, e idéntico también al del Golf GTI estándar, pero en esta ocasión ofrece un pequeño plus de potencia, con 10 CV adicionales, para alcanzar los 230 CV entre 4.700 y 6.200 rpm y un par motor máximo idéntico, con 350 Nm entre 1.500 y 4.600 rpm.
Con una cilindrada de 1.984 centímetros cúbicos, ayudado por un doble sistema de inyección, tanto directa como indirecta (utilizándose uno u otro en función de las diferentes cargas a las que se ve sometido el propulsor), la presencia de un turbocompresor de geometría variable, un intercooler para refrigerar el aire de admisión y por la distribución variable de las válvulas, este propulsor ofrece una respuesta constante y contundente en toda la gama de revoluciones, con fulgurantes aceleraciones y excelentes recuperaciones, acompañado por el siempre alabado funcionamiento del cambio DSG de 6 velocidades.
A ello también contribuye, la disminución de la resistencia interna por el empleo de avanzados materiales, la reducción de peso del conjunto o la optimización de la circulación de gases.
Aunque esta versión Performance llegue a ofrecer 230 CV, sabemos que este propulsor puede dar mucho más de sí, hasta alcanzar por ejemplo los 280 CV, en el SEAT León CUPRA, o los 300 CV encargados de impulsar al hermano mayor de este GTI, el Golf R, que está dotado además de la tracción integral permanente 4Motion.
La diferencia real respecto al propulsor del GTI estándar es muy pequeña, resultando prácticamente imposible diferenciarlos en carreteras abiertas al público y sería por tanto necesario someterlos a una prueba en circuito con sistemas de medición más exactos que la simple apreciación subjetiva. Mientras tanto nos tendremos que conformar con las cifras oficiales que nos hablan, para las versiones equipadas con DSG, de una velocidad máxima 248 km/h (frente a los 244 km/h del GTI) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos (apenas una décima menor).
Algo similar ocurre con el gasto de combustible, donde se han homologado cifras casi idénticas, con un consumo urbano de 8,1 l/100 km; que baja hasta los 5,4 l/100 km en el interurbano (por 5,3 l/100 km del GTI), conformándose con un consumo combinado de tan sólo 6,4 l/100 km. Las emisiones de CO2 son de 149 gr/km (por 148 gr/km de la versión de 220 CV).
Pero estas cifras ofrecidas por el fabricante son, directamente, imposibles de conseguir en condiciones normales de circulación. En nuestras mediciones, realizadas por los recorridos habituales de prueba, hemos obtenido un consumo urbano de 10,4 l/100 km; mientras que circulando por carreteras nacionales o autopista/autovía esta cifra descendía hasta los 7,8 l/100 km, con un gasto de combustible medio de 8,7 l/100 km.
Y eso siendo bastante cuidadosos con el pedal del acelerador, pues si nos decidimos a dar rienda suelta a todo el potencial de que es capaz este Golf GTI Performance (y creedme que lo haremos con asiduidad) los consumos subirán exponencialmente y no será de extrañar que veamos cifras que habitualmente se sitúen por encima de la quincena de litros cada cien kilómetros. Pero ¿quién se gasta más de 45.000 € en un vehículo como este pensando en ahorrar combustible?
De todas formas resulta curioso que otro deportivo del mismo grupo, que emplea un propulsor con la misma base y que incluso ofrece 50 CV más de potencia, consuma significativamente menos, siendo incluso más rápido (ostentó durante algunos meses el récord del mítico circuito de Nürburgring, entre los tracción delantera). Nos referimos, claro está, al SEAT León CUPRA R de 280 CV, del que os ofrecimos aquí una exhaustiva prueba a fondo hace algunos meses, y que en nuestras mediciones habituales por idénticos recorridos consumió de media casi 1,5 litros menos cada 100 kilómetros.
Si tenemos en cuenta que la capacidad depósito combustible de este Golf es de 50 litros, será difícil que consigamos una autonomía muy superior a los 500 kilómetros, siempre que no nos excedamos en el uso del gas, porque si no tendremos que visitar las gasolineras con más frecuencia de lo deseado…
Comportamiento
Llegado el momento de valorar de que está hecho este Volkswagen Golf GTI Performance no cabía otra que llevarlo a nuestros tramos preferidos de montaña. No obviaremos otros aspectos de su utilización diaria, pero un GTI que se precie ha de mostrar unos innegables genes deportivos desde la primera curva.
Y hemos de confesar que sí, que se comporta tal y como esperábamos, resultando tremendamente fácil ir rápido con él, aunque llevemos pocos kilómetros a sus mandos. Nos permite inscribir el morro en la trazada siguiendo de forma fiel las órdenes que le demos con el volante y en ello tiene mucho que ver tanto la dirección activa (blanda y con mayor desmultiplicación en ciudad, más rígida y directa en conducción deportiva) como unas suspensiones con excelente puesta a punto y, sobre todo, por la adopción de un diferencial delantero de deslizamiento limitado (denominado VAQ), idéntico al que montaba el SEAT León CUPRA de 280 CV.
Como ya os describimos con ocasión de aquella prueba se trata de un sistema de discos de accionamiento hidráulico que está regulado por una centralita electrónica y que puede bloquearse completamente, llegando a entregar el 100% de la potencia disponible a una de las ruedas delanteras, reduciendo al mínimo las pérdidas de tracción y, al mismo tiempo, eliminando los molestos tirones de dirección que se producen en estos casos. Esto proporciona una capacidad de tracción y por tanto de aceleración mucho mejores que si nos tuviéramos que conformar con el conocido XDS.
Además, gracias al Driving Mode Selection podremos adaptar la respuesta del motor y del cambio DSG a nuestras pretensiones. En caso de querer obtener la máxima diversión, como es el caso, bastará con seleccionar el modo Sport, de entre los 4 disponibles, para obtener una respuesta más inmediata, además de aguantar un poco más el momento del cambio de una marcha a otra.
Los frenos realizan un trabajo excelente ya que también han sido mejorados, incorporando en esta variante Performance discos ventilados de mayor tamaño, siendo los delanteros de 340 mm (frente a los 312 mm del GTI), mientras que los traseros son de 310 mm (en lugar de 300 mm), además de contar con el atributo estético de las pinzas pintadas en rojo y con el logo GTI grabado en ellas.
Su resistencia ante un uso muy deportivo también es digna de destacar, más que suficiente para detener en repetidas ocasiones los 1.402 kg en vacío que pesa este GTI Performance, apoyados en una buena cantidad de goma en contacto con el suelo.
Si así lo queremos, en conducción deportiva, podremos usar el cambio en modo manual, bien pasando la palanca al carril derecho y, mediante suaves toques hacia adelante y hacia atrás, subir o bajar de marcha, bien con las levas situadas detrás del volante, de excelente tacto aunque demasiado pequeñas para nuestro gusto, como ocurre en otras muchas realizaciones del grupo alemán. También podremos desconectar, al menos parcialmente, el ESP que quedará en un estado latente para permitirnos jugar un poco más con las inercias, aunque sólo sabiendo muy bien lo que se hace y cuando las condiciones del asfalto así lo permitan.
Una vez liberada una buena dosis de adrenalina llega el momento de regresar a casa, recorriendo un buen muestrario de carreteras tipo Redia de amplio trazado. Aquí mejor utilizar el modo Normal del Driving Mode Selection resultando tan cómodo y gratificante como el resto de versiones de esta séptima generación del Golf con la ventaja añadida de poder realizar adelantamientos fulgurantes, en caso de ser necesario, simplemente hundiendo el pie sobre el acelerador.
En autovías y autopistas propone, entre otras virtudes, una estabilidad direccional incuestionable y un rodar silencioso a nivel aerodinámico, si no fuera por el rugido del doble tubo de escape trasero o por el ruido de rodadura proveniente de los neumáticos de bajo perfil, más evidente cuando el asfalto no es de la mejor calidad. Será el momento de disfrutar del excelente equipo de sonido Dynaudio con el que los kilómetros discurrirán plácidamente, ayudados por el regulador de velocidad con el que nos mantendremos siempre dentro de los límites legales de velocidad…
Finalmente, para llegar a casa, nos tocará recorrer los últimos kilómetros entre el siempre estresante y caótico tráfico urbano. Mejor que seleccionemos el modo Eco para beneficiarnos de la buena respuesta del propulsor desde bajos regímenes, la suave manera de engranar marchas en modo automático del cambio DSG y la inmediata actuación del sistema Stop&Start, que harán posible un más eficiente aprovechamiento del combustible. Aparte de contar con el Control Automático de Distancia (ACC) con Front Assist y el Asistente de frenada de emergencia para circular un poco más relajados sin ningún susto de última hora.
Para estacionar en la calle, o mejor en una plaza de garaje, podremos guiarnos con el excelente sistema Park Assist que nos ayudará a realizar esta maniobra a la primera, incluso en los sitios más complicados además de contar, si lo queremos hacer por nuestra cuenta, con la dirección asistida progresiva, los sensores de aparcamiento y una cámara trasera de excelente resolución, cuya imagen se muestra en la gran pantalla de 8 pulgadas de la consola central.
Veredicto de Coches.com
El Volkswagen Golf GTI es uno de esos vehículos míticos para todos los que nos dedicamos a la información del motor, sobre todo si en algún momento de nuestra vida hemos tenido relación o ha pasado por nuestro garaje una de estas unidades, en cualquiera de sus 7 generaciones.
El modelo fabricado en Wolfsburg sigue siendo el compacto al que todas las demás marcas se ponen como referencia a la hora de intentar hacer su incursión en esta categoría, por su excelente balance entre deportividad, comportamiento, tecnología y sobre todo clase, que se han convertido en sus imitadas señas de identidad. Y es que, a día de hoy, con más de 30 millones de unidades vendidas (desde 1974), el concepto original sigue más vigente que nunca.
Pese a la cada vez más dura competencia, con marcas generalistas que tratan de subirse a sus barbas y productos incluso más eficaces en circuito, como el SEAT León CUPRA 280 (dentro de su propio grupo automovilístico) o el Renault Mégane RS 275 Trophy (un auténtico coche de competición disfrazado de calle), además de encarnizados rivales como las versiones GTD y GTE del propio Golf, este GTI sigue siendo el modelo a imitar. Aunque bien es cierto que el Golf GTI nunca ha sido una bestia de circuito (tampoco lo hace nada mal…).
Lo suyo es otra cosa, su virtud está en el equilibrio, ofreciendo un comportamiento modélico en utilización diaria y, al mismo tiempo permitiéndonos disfrutar enormemente en un tramo de carretera de montaña, sin que por ello tengamos que ir al dentista a revisarnos los empastes.
Podremos ir muy rápido sin necesidad de estar luchando constantemente con la dirección o con un cambio duro, ayudados por un chasis, propulsor o frenos que siempre ofrecen lo mejor para que incluso nos creamos que tenemos un nivel de conducción superior… No te engañes, el Golf GTI lo hace por ti, y en esta versión Performance un poquito más…
El Volkswagen Golf GTI Performance no es el más barato, ni el mejor equipado de serie, ni el más rápido en circuito pero está en posesión de ese aura que muy pocos vehículos son capaces de ofrecer y que hacen que te sientas heredero de una longeva estirpe de 7 generaciones de compactos deportivos. Y es que, como se suele decir: “algo tiene el agua cuando la bendicen…”
- Estética deportiva pero no radical
- El más equilibrado de los deportivos compactos
- Chasis suspensiones y VAQ
- Consumos altos
- Para lucir las siglas GTI hay que pagarlas
Galería de imágenes: