Chevrolet celebra en 2011 su centenario y quiere celebrarlo con el lanzamiento de siete nuevos productos en nuestro país. La cuarta marca mundial, que vende en casi 130 países, ha aumentado sus ventas casi un 20% en EE.UU. y también en Asia. En Europa ha conseguido duplicar su cuota de mercado desde 2004 (un 1,2%) hasta 2010 (un 2,5%) (de 250.000 a 500.000 unidades) y este 2011 tan especial para la marca esperan batir su récord de ventas.
Su objetivo es vender hasta un millón de unidades anuales y llegar a convertirse en la primera marca no europea más vendida en el Viejo Continente. Algo así requiere de una estrategia que cubra todos los frentes. Y lo primero es ganar notoriedad y hacer ruido. ¿Y qué mejor que ello que todo un icono del automovilismo como el Chevrolet Camaro? Es un modo de reafirmar sus raíces americanas y es todo un símbolo vender en Europa un coche que, desde su lanzamiento hace 43 años, han vendido más de cinco millones de unidades: 120.000 en 2010 en Estados Unidos.
Ahora llega a España, donde no se plantean alcanzar esas sifras ni por asomo, sino potenciar una imagen más dinámica. Se intentarán vender unas cien unidades en 2012 y sólo lo distribuirán 18 concesionarios de la marca. Lo hemos probado en Suiza, por las proximidades de La Chaux-de-Fonds, el pueblo natal de Louis Chevrolet, fundador de la marca.
Interior y equipamiento
Para ser un deportivo, la habitabilidad es buena. Todos los asientos del coche son cómodos, tanto los delanteros como los traseros. Y es que en un coche de ese tamaño hay espacio para que vayan dos adultos en la parte trasera sin demasiados problemas… una vez que consiguen entrar. La puerta es grande pero, el acceso, complicado. El puesto de conducción es muy bajo, y aún dan más esa sensación esas ventanillas bajas que limitan un poco la visibilidad.
En España el Chevrolet Camaro tendrá por ahora un solo nivel de equipamiento, (el correspondiente al Chevrolet Camaro SS de Estados Unidos) a la altura de su categoría: Cuero de calidad para los asientos calefactados, detalles clásicos como los relojes frente al cambio de marchas e iluminación en rojo y azul para los botones del salpicadero. Esta es lo que ves en los relojes cuando arrancas:
Chevrolet no ha escatimado en sistemas de seguridad: Airbags frontales, laterales y de cabeza con sistema de detección de ocupantes, y la última generación del sistema Stabili Track que engloba todos los controles electrónicos que supervisan el comportamiento dinámicdel coche en cualquier firme y situación… y como buen deportivo que busca sensaciones al volante, esos sistemas de control pueden atenuarse o eliminarse por completo. También incluye un Head Up Display, que muestra algunos datos como la velocidad a la que circulas sin necesidad de desviar la mirada de la carretera.
No faltan un sistema de sonido de 245 vatios, control de crucero, espejos exteriores térmicos y eléctricos, espejo interior con atenuación y pantalla integrada para la cámara de visión trasera (muy útil por el tamaño del coche, pero al principio se hace raro verlo ahí). Tampoco se echan de menos los sensores de aparcamiento y el aire acondicionado (sí falta el climatizador bizona).
¿Cosas que no nos gustaron demasiado? El volante es el mismo que monta Chevrolet en otros modelos, algo que no está al nivel de un modelo con tanta historia y pedigrí (ojo al sinfín de galerías suyas que tenemos en nuestra sección de Chevrolet clásicos). Los materiales en general están bien, pero hay algunas zonas, como los laterales de la consola central o los huecos y guanteras que podrían estar mejor rematados. Es aquí donde se nota que es un coche americano (funcional) aunque uno que conoce monturas estadounidense y sus acabados, os asegura que está muy por encima de la media de aquel país.
Exterior
Se hace raro (y a la vez apasionante) ver un coche tan grande y musculado por carreteras europeas. No hay en el mercado español ninguno que se le parezca. Su línea, con muchas reminiscencias de la primera generación, lo hacen atractivo y temible al mismo tiempo. Incluso cuando estás dentro y miras por el espejo, sus prominentes pasos de rueda traseros infunden respeto.
Empecemos por sus dimensiones: 4,84 metros de largo, 1,92 de ancho, 1,36 de alto y 2,85 metros de batalla. Nada parecido a un cupé europeo, ¿verdad? En esta quinta generación la carrocería se ha adaptado a los gustos europeos: líneas suaves (pero contundentes) un frontal impactante que rodea los faros de Xenon y con un ligero abultamiento sobre ese enorme capó delantero que le dan un aspecto más fiero.
En la vista lateral no podíamos despegar la vista de sus gigantescas llantas de 20 pulgadas. Detrás, destacan las dos salidas de escape de acero inoxidable y unos curiosos grupos ópticos con leds.
Maletero
¿Alguien mira el maletero de un Camaro? Nosotros sí. Es un cupé con 384 litros de maletero. No está nada mal, mucho más que cualquier compacto y que permiten (aunque no sea 100% aprovechable) que cuatro personas se vayan de viaje con algo de equipaje sin mayores problemas. En el Chevrolet Camaro Convertible (que no probamos pero sí pudimos ver ya que había algunas unidades durante la presentación) sí se observaban más problemas, pues queda bastante espacio bajo del techo de lona plegado. Ya sería pedirle peras al olmo… un descapotable de imagen clásico con un maletero
Como buen coche americano, el portón del maletero puede abrirse desde dentro con un tirador que hay en la parte central. Así es posible
Motor
¿Qué oculta este juguetito bajo el capó? Como buen coche americano, un propulsor emorme. Es un motor V8 de 6.162 cc. Rinde nada menos que 432 CV a 5.900 rpm y un par de 569 Nm a 4.600 para la versión con cambio manual de seis marchas (la unidad que teníamos nosotros). La versión con cambio automático tiene 405 CV de potencia a 5.900 rpm un par de 556 NM a 4.300 rpm.
Las prestaciones que anuncian son buenas. Acelera de 0 a 100 km/h en solo 5,2 segundos (5,4 el automático). Si uno se decanta por el Camaro Convertible, es un pelín más perezoso: 5,4 segundos el manual y 5,6 el automático.
En Estados Unidos el Camaro también tiene un motor V6, pero por ahora no llegará a Europa. Como decíamos al principio, este modelo servirá a Chevrolet para ganar imagen, pero no buscan un gran volumen de ventas. De ahí que sólo llegue el motor más potente.
¿Y consumos? Las cifras oficiales hablan de 14,1 litros a los 100 el manual y 13,1 el automático. Pudimos conducir el coche unos 130 km por carreteras secundarias (y mucha ciudad, zona urbana, rotonda…) y lo que marcaba el ordenador de abordo marcaba exactamente esa cifra, 14,1 litros. La razón por la que el Camaro con cambio automático gaste menos es que su caja va acompañada del sistema Active Fuel Management que logra ese ligero ahorro de combustible. ¿Emisiones? Por supuesto que pagará impuesto de matriculación en España. Son 329 gramos de CO2 por km el manual y 304 gramos el automático.
Ahora toca probar cómo se comporta ese motor, con esa mítica carrocería, por las carreteras europeas (que bien poco tienen que ver con las americanas). Chevrolet nos asegura que han testado numerosas veces en diversos puntos de la geografía del Viejo Contiente (incluso en Nurburgring) las nuevas suspensiones para adaptarse al gusto de conductor europeo, que busca un producto más ágil, que trace más fino y sin movimientos de la carrocería.
Ha llegado la hora de arrancar el coche. Disfruta en este vídeo del espectacular sonido del escape al ponerse en marcha. Dura apenas 20 segundos, así que, en cuanto termines de verlo, salimos a la carretera:
Comportamiento
Los coches americanos, en general son bastante fáciles de conducir. Si este, como prometen, está hecho al gusto del conductor europeo, debería ser aún más fácil de llevar. Elegimos el cambio manual precisamente por eso: ¿Se adpatará a las necesidades y deseos de una conducción deportiva europea? Demonios… ¡Sí! Recorridos cortísimos y precisos la convierten en una aliada fantástica.
Con un reparto de pesos del 52% delante y el 48 % detrás, podría temerse que culease un poco. pero no. Las suspensiones no eran duras ni secas en exceso, aunque en honor a la verdad, tampoco le buscamos en exceso las cosquillas: la ruta para probarlo, repleto de tramos por poblado no lo permitía. De hecho, en esas zonas urbanas con tanto peatón y tan transitadas echamos algo de menos el cambio automático. Sólo en esos ratos porque como decíamos, nos parece un cambio deportivo fantástico (y con un embrague firme y duro, para hombres de verdad). Las dos primeras marchas son muy cortas y por eso no es cómodo en zonas urbanas con semáforos, pasos de peatones, colegios, etc.
No teníamos ninguna duda del poder de su motor aunque quizás esperaba algo más de empuje a bajas revoluciones. Lo que sí es realmente espectacular es su elasticidad. En tercera sube, sube, sube… (hace tiempo que hemos superado ya el máximo de velocidad permitido) y parece que no se acaba nunca. Lástima de Autobahn… pero bueno, Louis Chevrolet no nació en Alemania sino en la pacífica y ordenada Suiza.
Una cosa que me costó un poco al principio fue acostumbrarme a su tamaño. El morro es muy largo y cuesta interiorizar hasta donde llega. Poco, porque una vez en marcha, te olvidas y empiezas a disfrutar de un coche creado y concebido para eso, disfrutar. Incluso aunque tenga una potencia cuatro veces superior a la de un coche medio, es posible hacerlo (una vez que te acostumbras a ese embrague para hombres).
¿Se te ha hecho corto? Pues imagínate a nosotros… Subirte a un pedazo de la historia de la automoción americana y poder disfrutarlo tan poco… Pero nos hemos quedado a gusto: Dirección dura y directa que te lleva donde le indicas y unas suspensiones que nada tienen que ver con las del típico coche «balancín» americano y que mantienen el coche en su sitio al tiempo que no lo hacen incómodo. El Camaro se ha europeizado bien y ya no solo sabe ir por mega autopistas rectas de ocho carriles por sentido. Aunque sus 432 CV puedan parecer un exceso, sobre todo sabiendo que es un tracción trasera, no culea (si no quieres) y es fácil de llevar. Olé por Chevrolet.
Precios y Veredicto coches.com
Ha costado. Ha habido que esperar nada menos que 45 años para poder comprar un Camaro en España en un concesionario oficial, sin trámites de importación y homologación. Estos son los precios (en negrita, la unidad probada y sus extras):
Chevrolet Camaro Coupé LS3 V8 6.2 432 CV Manual: 43.900 euros
Chevrolet Camaro Coupé L99 V8 6.2 405 CV Automático: 45.900 euros
Chevrolet Camaro Cabrio LS3 V8 6.2 432 CV Manual: 49.900 euros
Chevrolet Camaro Cabrio L99 V8 6.2 405 CV Automático: 51.900 euros
Pintura metálica: 800 euros
Pintura Premium: 1.000 euros
Llantas de aluminio pulido: 500 euros
Interior Inferno Orange: 500 euros
Bandas de decoración: 500 euros
Techo solar eléctrico: 1.000 euros
Pack 45th Anniversary: 2.000 euros (sólo para el coupé).
Pack Transformers: 2.000 euros (sólo para el coupé).
Por historia, imagen, precio y, sobre todo, potencia es difícil encontrarle un rival en el mercado español. Chevrolet quería europeizar uno de sus productos más genuinamente americanos y lo ha conseguido… en lo dinámico más que en los acabados. Para un europeo, el interior de un Camaro no cumpliría las expectativas de un BMW M3 o un Mercedes C63 AMG Coupé (dos de sus posibles «rivales»). Pero claro, cuestan el doble. Y es que es un concepto de coche diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en nuestras carreteras: la democratización de la potencia. En Estados Unidos estos muscle cars no se asocian a un segmento de la población concreto. Cualquiera puede estar tras el volante: desde un anciano a una chica de Instituto, pasando por un padre de familia. No creemos que en Europa lleguemos a ver algo así… Pero damos la bienvenida a que estos coches empiecen a circular por Europa. Y nos asalta una duda… ¿Se atreverá ahora Ford a traer su Mustang después de esto?
- Precio
- Prestaciones
- Imagen
- Algunos remates del interior
- Consumos
- Aceso a plazas traseras
Galería de fotos: