Subaru BRZ 2.4 Sport 234 CV, a prueba: el pez Koi que se convirtió en dragón

Arigatō. Dōmo arigatō. Hitsuyōdeareba yoroshikuonegaītashimasu. Hemos aprendido (traducido) en japonés la forma de dar las «gracias». No solo eso, también muchas gracias, mil gracias a Subaru por la decisión de traer su modelo más exclusivo a nuestro país. Hemos probado uno de los poquísimos Subaru BRZ que finalmente tendremos en nuestro mercado. Como el pez Koi que se convirtió en dragón, llega mejorado y de forma limitada. Sólo llegan 50 unidades que lo mantienen como uno los pocos coupés con cambio manual y tracción trasera.

Es cierto que hay otra opción casi idéntica en otra marca, el Toyota GR 86. Ambos corresponden a un desarrollo conjunto entre las firmas japonesas y son unos mellizos realmente adorables. Ya vamos por su segunda generación y precisamente han intentado mejorar esos puntos que fueron motivo de crítica en el pasado. Llega con más potencia, una estética revisada y el mismo carácter de siempre. Todo ello por un precio de 39.500 euros que no parece tan descabellado teniendo en cuenta las tendencias actuales.

Exterior

El diseño del Subaru BRZ ha madurado con esta segunda generación. Ahora se ve más ajustado a los gustos europeos gracias a ese capó tan bajo que desemboca en una parrilla estrecha. También hay unos faros de nuevo diseño más estilizados y con tecnología LED, además de un paragolpes remozado con tomas de aire llamativas. Por no hablar de esos marcados pasos de rueda que acogen llantas de 18 pulgadas con un atractivo diseño de diez radios.

También hay que añadir que es prácticamente idéntico al Toyota GR 86. Desde los inicios ambos coches han tenido un desarrollo conjunto y tiene un poco del carácter de cada marca. A decir verdad, la principal diferencia estética, más allá de los logotipos o la firma lumínica de sus faros, es la parrilla frontal, que tiene una forma más cuadrada en el Toyota y más estilizada en el Subaru. Otro detalle que no convencerá a muchos es que antes era más JDM, con ese alerón trasero que ahora no tiene.

Dicho esto, no se puede negar que tenga una figura deportiva y estilizada. Enamora esa silueta de coupé con la caída del techo y no se echa de menos el macarra alerón teniendo en cuenta este spoiler sobre la tapa de maletero que recuerda a los míticos de «cola de pato». También estrena pilotos traseros LED oscurecidos y mantiene la deportividad gracias a un difusor trasero en contraste que acoge un sistema de escape con salida de escape doble y silenciadores redondos como el anterior.

Las dimensiones del Subaru BRZ son las de un coupé compacto. De hecho, es de los pocos que se mantiene en este segmento actualmente. Tiene una longitud de 4.265 mm, una anchura de 1.775 mm, una altura de 1.310 mm y una distancia entre ejes de 2.575 mm. Lo cierto es que no tiene rivales naturales, así que lo comparamos con su hermano el GR 86 y con el Mazda MX-5 por la configuración motor delantero-propulsión, aunque éste es biplaza y considerablemente más pequeño.

Interior

Pasamos al interior del Subaru BRZ para decir que es un habitáculo muy centrado en el conductor. Todo está dónde esperarías encontrarlo y la atmósfera es realmente deportiva. Destacan para bien esos asientos deportivos que recogen el cuerpo a la perfección y que también son bastante cómodos. El volante tiene un grosor y un tacto ideal para tratarse de un modelo de este corte. No me puedo olvidar de otros detalles como los pedales de aluminio, el pomo de la palanca de cambios o el generoso freno de mano analógico; algo que se está perdiendo y que siempre se agradece.

Aquí sí que es un clon del GR 86, pues apenas se diferencia en los logotipos. Además, la tecnología no parece nada del otro mundo. Tiene el sistema Subaru Starlink y una pantalla táctil de 8 pulgadas, pero la sensación es de que otros modelos han avanzado más. La pantalla está en la media de lo que sería el segmento, ligeramente más grande que la del MX-5, pero los gráficos no son tan desarrollados. También tiene una instrumentación digital de 7 pulgadas que es personalizable a través del volante multifunción, pero creo que lo es la mejor. 

Queda claro este coche ha sido hecho para el disfrute durante la conducción. Todo eso que mencionas pasa a un segundo plano, aquí hay que quedarse con los detalles deportivos y con el hecho de que sea todo sencillo y fácil de utilizar. Por no hablar de una calidad elevada que está por encima de la media e incluso por encima del Toyota. Vemos una destacada tapicería mixta con costuras y pespuntes en contraste, todos los acabados son notables y tienen pinta de estar bien construidos. Hay bastantes plásticos, sí, pero la mayoría tienen un tacto muy bueno.

El coche está bien rematado, pero es difícilmente aprovechable. Este BRZ tiene configuración 2+2, pero yo diría que solo los asientos delanteros son adecuados. Esta segunda fila es ridícula para adultos, incluso aunque sean de talla media como nosotros. Aquí vamos dando las piernas con los asientos delanteros y la cabeza con el techo, sería complicado viajar más de 10 minutos seguidos. Como mucho, niños pequeños y ojo para meterlos y sacarlos del sistema de retención.

Maletero

Aquí empiezo yo. El maletero del Subaru BRZ, con sus 237 litros, no es gran cosa. Es una capacidad ligeramente por encima del Toyota GR 86 y bastante más grande que el pequeño maletero del Mazda MX-5, pero insuficiente para hacer un viaje cargado hasta los topes. Además, hay que mencionar que la apertura del portón es irregular y no deja una boca de carga demasiado amplia. Costará meter objetos más voluminosos y pesados, por no hablar de llevarlos hasta el fondo de esta superficie.

El maletero es de las partes negativas del BRZ, aunque voy también se pueden sacar cosas positivas. Es suficiente para el equipaje de dos personas, que son las que normalmente viajarán en este coche. También mantiene la opción de abatir los asientos traseros, en una parte, para conseguir una superficie plana y poder cargar más cosas.

Motor

Bajo el capó tenemos en posición longitudinal un motor bóxer atmosférico de 2.4 litros, con código interno FA24, que es fruto de la colaboración de ambas marcas japonesas. La configuración bóxer es característica de Subaru, pero Toyota ha aportado el sistema D-4S de doble inyección y otros detalles. Sustituye al anterior bloque de 2.0 litros para ganar también algo de potencia. Se queda en 234 CV y 250 Nm de par a las 3.700 vueltas para mejorar las prestaciones, que pasan directamente a las ruedas traseras. Queda claro que el Subaru BRZ es un coche de propulsión.

Para muchos eso de que no tenga turbo será un punto negativo. Ya le llovieron críticas al anterior por la falta de par y algunos aficionados pedían la turboalimentación para paliar esas carencias a bajo y medio régimen. En vez de eso se amplía la cilindrada y gana esos 34 CV. Veremos a continuación si las prestaciones mejoran lo suficiente y, sobre todo, si es más igual de satisfactorio conducirlo.

Comportamiento

Ya al volante se nota su carácter desde el primer momento. Cuando lo arrancas llega ese sonido tan característico de un motor bóxer, una melodía agradable y de esas que se están perdiendo. Se vuelve más audible cuando subes de vueltas, que es precisamente como hay que llevar este coche. No hay que olvidar que el 2.4 bóxer es atmosférico y que ha de ser conducido como tal. Me gusta que es un motor muy lineal en la forma de entregar la potencia y también ofrece un refinamiento envidiable, apenas vibra y se muestra aprovechable en todo el rango de revoluciones con un uso correcto.

También hay que dejar claro que no es el coche más impresionante del mundo. No deja pegado al asiento ni tiene esa patada que se esperaría a la hora de adelantar. Además, está sensación de tener que llevar la gasolinera a cuestas. Durante la semana de pruebas hicimos una media de en torno a los 9 litros. No hay que olvidar que es un motor de cuatro cilindros y que no tiene una potencia exagerada, hay algún que otro motor más grande que consume menos. Pero claro, como es atmosférico y hay que llevarlo alto de vueltas, pues consume mucho más…

Lo del consumo es una minucia negativa que se suple en otros aspectos. El Subaru BRZ tiene una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y una velocidad máxima de 226 km/h. Es más que suficientes para pasarlo bien, pues éste es un coche purista al que no le importa correr mucho porque está más centrado en transmitir. Lo consigue principalmente a través de ese 15 % más de par motor y con un peso de apenas 1.289 kg. Tampoco me puedo quitar de la cabeza la respuesta de la transmisión manual. Tiene unos recorridos cortos y un tacto muy directo que hacen que sea adictivo cada cambio.

También está la cuestión sobre si es realmente un Subaru. No tiene la tracción total que les hizo famosos en competición con ejemplares como aquel inolvidable Impreza, que sí que era algo especial. El BRZ es de propulsión, que puede ser más divertido de conducir, pero claramente menos efectivo. En cualquier tanda en circuito seguro que hay coches menos potentes que hacen mejor tiempo que nosotros. Y también es menos seguro en condiciones meteorológicas adversas, aunque siempre se puede confiar en las ayudas a la conducción.

Si bien es cierto, que la propulsión es la clave de este coche. Permite desactivar las ayudas a la conducción por completo a elección del usuario para dar rienda suelta al eje trasero y hacer largas derrapadas, pero el resto del tiempo tiene un comportamiento bastante noble. Cuenta con un diferencial autoblocante mecánico en el eje trasero y una puesta a punto que consigue que sea efectivo y muy equilibrado. Creo que influye bastante su esquema de suspensión tipo McPherson en el eje delantero y una doble horquilla también con muelles helicoidales y barra estabilizadora en el trasero.

Aunque los más radicales pensarán que un verdadero deportivo tiene que ser duro de llevar. La marca habla de una rigidez torsional mejorada en un 60 % gracias a la nueva Subaru Global Platform, pero en la práctica no se nota mucho. De hecho, me ha parecido incluso demasiado cómodo en autopistas y autovías. Lo mismo pasa con la dirección, es más comunicativa que en la mayoría de vehículos actuales, pero éste BRZ no busca ser como el resto. Se le podría pedir un poco más de mala leche al Subaru…

Opinión coches.com

Termino la prueba del Subaru BRZ bastante extasiado. Ya no quedan coches tan puristas en el mercado, el esquema motor atmosférico, cambio manual y propulsión se ha perdido y este modelo sabe transmitir a la perfección. Creo que lo guardaré en un lugar especial de mi memoria y lo reviviré cuando pase largas temporadas probando solamente coches eléctricos, algo que ya empieza a pasar. Es de esos vehículos que se compra con el corazón, un capricho para aquellos que puedan permitirse afrontar la conducción como un disfrute más que como una necesidad.

¿La mala noticia? Que solamente vayan a llegar 50 unidades a España. Se comenta que podrían llegar algunas más, pero se trata de un coche muy limitado. De ahí que tenga un precio de 39.500 euros que está claramente por encima del que tiene el Toyota GR 86. Su hermano mellizo, con 34.900 euros cuesta 4.600 euros menos con prácticamente lo mismo. Pero lo cierto es que la configuración del Subaru es más completa a nivel de equipamiento y que si sumamos algunos paquetes como el Circuit Pack subirá por encima de los 40.000 euros

Además, la exclusividad se paga y esa limitación en el Subaru BRZ hace que su depreciación vaya a ser menosacusada o que incluso vaya a ser un coche de coleccionista. No sabemos exactamente los que quedan a la venta, así que corre a Coches.com para intentar hacerte con uno, siempre con la ayuda de nuestra financiación.

Galería de fotos:

1/61Fotos

• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
• 
•