Hace ya unos cuántos meses pudimos probar el Subaru Outback 2015, la quinta generación de un todocamino ejemplar. En el mismo escenario conocimos la actualización de la gama del Forester, que si bien no cambia demasiado en el plano estético, sí cuenta con novedades importantes. Entre ellas, respecto al Forester 2013 de nuestra prueba a fondo, destaca la llegada del cambio Lineartronic, un cambio de
Por esas vicisitudes que tiene la vida no hemos podido ofreceros la prueba hasta ahora, que la desempolvamos (nunca mejor dicho, pues el coche ) ya que se trata, como verás de un coche perfecto para moverse por zonas resbaladizas y, sobre todo, para quienes gusten de los deportes invernales y las excursiones por caminos… no necesariamente sencillos.
Con más de 7.500 unidades vendidas en España, el Subaru Forester es el modelo de la marca japonesa más popular en nuestro país. Se trata de un modelo muy importante, sobre todo ahora que los SUV se han convertido en una pieza clave para cualquier fabricante que busque el éxito comercial.
Junto al cambio automático han llegado otras pequeñas mejoras en el interior, que elevan en listón de la calidad (al menos en la unidad probada, de las más altas de gama) y en el apartado tecnológico y de conectividad, para acercarse a los de los rivales premium. Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos paso a paso.
Exterior
Incluso los más avezados tendrán dificultades para diferenciar al Forester 2013 del Forester 2015. Y es que, a simple vista, este SUV grande apenas cambia. La vista frontal la comanda la parrilla con marco cromado, sobre la que se aposenta el logotipo de Subaru en posición central. Y no, no se ha aprovechado para incluir tecnología LED en la iluminación, algo tan de moda. Se mantienen las bombillas halógena junto a los antiniebla. Eso sí, ahora pueden contar con un paragolpes más deportivo, a imagen y semejanza del que monta el Subaru XT Turbo, la versión más potente de la gama.
En la vista lateral vemos que no se trata tampoco de un coche ecesivamente grande, ya que mide 4,59 metros de longitd. El protagonismo es para las llantas de 18 pulgadas de nuestra unidad, asociado al acabado Executive Plus de las unidades de prueba.
Estas versiones también cuentan con algunos detalles cromados en el contorno de las ventanillas, muy grandes si las comparamos con las líneas coupé que tanto se estilan en los últimos lanzamientos del segmento. Los cristales traseros tintados le dan mejor presencia.
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En la zona trasera apenas hay variaciones. Hay que fijarse mucho para ver que cambia la antena del techo. La clásica vara plástica se ha cambiado por una de tipo «aleta de tiburón» que queda mucho mejor integrada ya que va pintada en el color de la carrocería.
Interior
Dentro sí hay cambios más notorios. No en las cotas, ya que el habitáculo del Forester sigue destacando por espacio disponible en todas las cotas. Incluso en las plazas traseras un tercer ocupante no irá demasiado incómodo. En esa zona destacamos el espacio espacio disponible para las piernas (incluso en esa plaza central) y la considerable altura al techo.
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Los cambios se han centrado en crear un espacio más agradable y en el que la tecnología esté más presente. Destaca el nuevo sistemas multimedia, de 7 pulgadas en nuestra unidad (tiene 6,2 en los acabados más básicos), perfectamente integrado en la consola central. Pueden llevar navegador (también mejorado) en las terminaciones más lujosas, pero de serie cualquiera cuenta con Bluetooth, control por voz, puerto USB, y acceso a distintas aplicaciones mediante StarLink conectando el teléfono móvil.
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Algo que podemos achacar al diseño de interiores es la distribución de las diferentes pantallas. Como entre los relojes de la instrumentación no existe un ordenador de viaje al uso (hay datos de km recorridos totales y parciales, nivel de combustible e indicación de la marcha seleccionada), se muestra información clave que pasa a otra pantalla en la zona superior de la consola, como los consumos medios (que podrían haberse quedado en el cuadro) o la climatización (que podia haber pasado a la pantalla grande). Puede que estemos algo «germanizados» en este sentido, ya que los gráficos no son malos y la información que muestra es bastante completa, pero
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El volante es otro de los elementos que cambia, sobre todo debido a que ahora integra más mandos para controlar todo el sistema multimedia y del teléfono. Es algo lioso que tenga más botones a la izquierda que a la derecha (como en el anterior modelo), pero en un uso continuado no debería suponer un problema, ya que es cómodo y sencillo accionarlos.
Por último, cambia también el sistema de climatización que, además de alcanzar la temperatura seleccionada en el habitáculo más rápido, tiene nuevos los mandos con una terminación metálica y más agradables al tacto. La llave inteligente también sustituye al telemando antiguo, que se había quedado bastante anticuado. ¿Algún pero al acabado? Aunque los materiales más a la vista son buenos, hay zonas con plásticos más «de batalla» que desmerecen al conjunto, como la zona de las manetas de las puertas o los mandos de los elevalunas.
Maletero
No hay cambio alguno en el cofre del maletero, que mantiene sus 505 litros de capacidad, ampliables hasta los 1.564 litros si abates los asientos traseros, en una proporción 60/40. Queda así una amplia área de carga, totalmente plana, para trasladar objetos más voluminosos. Un único pero es el borde de carga, que puede quedar un poco alto para algunos. Cuenta también con un portón de apertura electrónica, pero es un poco lento, a nuestro juicio.
En un vehículo como el Subaru Forester nos gustó el piso de material plástico lavable. Bajo él podemos encontrar una zona compartimentada para llevar objetos más pequeños y, ya en el fondo, una rueda de repuesto temporal, pero existe hueco suficiente para llevar una rueda de repuesto de las mismas dimensiones que el resto. Viendo lo que es capaz de hacer este SUV, no parece en absoluto absurdo recomendar llevarla.
Equipamiento
No vamos a extendernos demasiado en el equipamiento, ya que en las fichas técnicas de todas las versiones del Subaru Forester podrás comprobar en detalle todos los elementos con los que cuentan, además de configurar los opcionales deseados.
La gama española está formada por cuatro niveles de acabado Sport, Sport Plus, Executive y Executive Plus, y los motores mencionados. La oferta diésel es la más variada. En gasolina el motor más pequeño puede elegirse con los tres primeros niveles, mientras que el más completo queda reservado para el Turbo.
- Subaru Forester Sport: Dispone de climatizador, asientos delanteros térmicos, sistema de sonido con pantalla de 6,2 pulgadas, volante multifunción, ordenador de viaje, elevalunas eléctricos, cierre centralizado con mando, espejos eléctricos, llantas de aleación de 17 pulgadas, bluetooth, USB, asistente al arranque en cuestas, control de estabilidad y tracción…
- Subaru Forester Sport Plus: Suma ya faros de xenón, climatizador bizona, techo solar panorámico doble, volante y pomo en piel, control de crucero, sensor de lluvia, encendido automático de luces, pantalla de siete pulgadas, cámara posterior e instrumentación específica.
- Subaru Forester Executive: Añade el tapizado en piel, asiento del conductor eléctrico, acceso y arranque sin llave, cristales sobretintados, sistema de navegación integrado, portón posterior con apertura y cierre eléctricos…
- Subaru Forester Executive Plus: Tienen ya las llantas de aleación de 18 pulgadas, el kit deportivo para la carrocería, sistema de sonido de Harman Kardon, pedales deportivos…
Motor y sistema de tracción
Podrías pensar que el motor es el mismo 2.0 Bóxer Diésel que habíamos probado, pero en las presentación nos aclararon que han modificado el 90% de los componentes han sido modificados para conseguir un conjunto más suave, silencioso y frugal adaptado a las normativas europeas. Mantiene intacta la cifra de potencia con 148 CV y un par de 350 Nm entre las 1.600 y 2.400 rpm (+75% respecto al gasolina), aunque los pistones, turbo y la inyección common-rail no son los mismos. Un dato importante: es capaz de llevar un remolque de 2 toneladas (con frenos) y de 750 kg sin ellos. Como no podía ser de otro modo, cuenta con la célebre y eficaz tracción total simérica.
Gracias a todos esos cambios, ahora el motor diésel cumple con la normativa Euro 6, ya que homologaun 55% menos de emisiones de NOx, gracias al uso de un nuevo sistema EGR y a los cambios en el filtro antipartículas. Con el cambio manual homologa 5,7 l/100 km con unas emisiones de 148 g/km de CO2 (antes 150 g/km de CO2) y con el cambio automático Lineartronic aumenta ligeramente (6,1 l/100 km, con unas emisiones de 158 g/km).
La transmisión Lineartronic es como la probada en el Subaru Outback de quinta generación. Se trata de una caja automática con variador continúo (CVT), pero adaptada para simular una caja con convertidor de par. Incluye siete velocidades prefijadas en modo manual, mediante las levas en el volante (seis en el motor gasolina atmosférico y hasta 8 con el gasolina turboalimentado, las otras dos mecánicas.
Junto al cambio Lineartronic se monta la tracción total con un sistema con diferencial central y embrague multidisco, que envía, en condiciones normales, un 60% de la potencia al eje delanetro y un 40% al trasero (50/50 si la situación lo requiere).
Otra novedad muy importante y que es otro de los puntos diferenciadores del coche es el sistema X-Mode, disponible por vez primera en los Subaru diésel. Sólo se incluye en las unidades con cambio automático y funciona junto con el sistema de tracción integral simétrica. Incluye el asistente de descensos, y con él gana eficacia el sistema de tracción 4×4 por zonas en mal estado con inclinación acusada, como en los cruces de ejes. Pero eso nos toca verlo ahora.
Comportamiento
Aunque no fue en el orden probado, comenzaremos analizando el comportamiento del Subaru Forester diésel automático en carretera. Desde luego, para tratarse de un SUV, se desenvuelve maravillosamente en zona de curvas. No tanto como el Outback, pero como el motor bóxer ayuda a bajar su centro de gravedad y como no balancea en exceso, puede mantener ritmos altos en zonas de curvas con mucha soltura. La puesta a punto de chasis y suspensión es realmente efectiva en asfalto. La tracción total te acaba por aportar ese plus de confianza en esas zonas y velocidades para las que no está pensado.
El motor es más que suficiente para moverlo y se nota que la marca ha trabajado a fondo en la insonorización. Ayuda a ello la combinación com el cambio automático Lineartronic, que reduce vibraciones y mejora el confort de marcha. El motor responde bien desde bajas revoluciones y, solamente entre 3.000 y 3.500 rpm se muestra algo falto de empuje. Lo que sí me quedó claro es que mejor en modo automático que secuencial, al menos si con ello buscas algo de sensaciones.
Pero había que probar el X-Mode… aunque viendo el recorrido que la marca tenía preparado demostraban que tienen fe ciega en el mismo. No le asustan baches, desniveles o terrenos rotos, si bien la llanta 18 que tan bien iba en carretera aquí la habríamos cambiado por una 17 para ganar confort fuera del asfalto.
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A mitad de ruta había una parada donde debíamos poner realmente en aprietos al coche. Aunque por cosas del trabajo que tengo he debido probar unos cuántos todoterrenos, pcik-up y SUV venidos arriba, no soy yo muy ducho en esta conducción off-road. Por suerte, los coches hoy son fabulosos. En la primera zona de zig-zag con cambios de pendiente se veía bien cómo trabaja el diferencial, con las ruedas traseras en el aire al hacer el cambio de pesos de un lado a otro. Ayudan los 22 cm de altura libre al suelo para realizar este tipo de maniobras.
En el cruce de ejes es donde te das cuenta de que, a pesar de ser un SUV, este coche te puede llevar muy lejos. Con un ángulo de ataque de 25 grados, ventral de 23 y otros 25 de salida, se merendó el desafío sin tocar en los bajos un solo momento. La capacidad de superación de obstáculos es soberbia.
Y todo esto, de forma sencilla, sin despeinarse. Con el Xmode, que se encarga de que todo esté bajo control, ya que actúa sobre el motor y los frenos, el coche baja solo, a baja velocidad y frenando por el conductor.
Veredicto coches.com
Pensé que nunca diría que me gusta la combinación de un motor diésel con un cambio CVT. Sí en el caso de este Subaru Forester. La marca ha conseguido mitigar en buena parte los hándicaps de estas trasnmisiones, gracias a la gestión electrónica y, si bien no parece del todo un cambio tradicional, se le acerca.
Supone un sobrecoste de 2.000 euros respecto a las versiones manuales, pero se gana en confort… y salvo que la dirección es en ocasiones demasiado asistida y no transmite demasiada información, su comportamiento en carretera es intachable. Además, la llegada de esta transmisión ha facilitado la llegada del X-Mode en las versiones más altas de gama, con lo que el comportamiento off-road es de los mejores de su segmento. Desde la marca apuntan que este cambio también tiene menos pieza móviles, lo que supone una menor posibilidad de averías.
Por espacio interior también destaca y, salvo algunos materiales que dejan algo que desear, los acabados han subido un peldaño, si bien el habitáculo, por disposición y remates, no es de esos que te deja patidifuso.
No se trata tampoco de una alternativa económica, pues parte de los 24.900 euros con cambio automático. Lucha en su segmento contra otros SUV que cuentan con tracción total apostando por dar más equipamiento, pero al final, aunque se trate del producto más vendido de la marca, una versión 4×2 sale mucho más económica. Y en un país como España, con inviernos poco (o nada) duros, le hará seguir siendo un producto de nicho. Con muchas virtudes… que sabrán apreciar todos quienes saben que, antes o después, necesitarán respuesta fuera de carretera.
- Confort de marcha
- Capacidades todoterreno
- Habitabilidad interior
- Imagen exterior algo anticuada
- Materiales de ciertos elementos del habitáculo
- Tacto de la dirección, demasiado asistido