Hace ya algún tiempo analizamos a fondo los elementos que hacen que un coche sea cómodo. Cada vez hay más en el mercado que buscan esa cualidad, si bien hay una marca que lleva fijada esa premisa en su ADN desde hace décadas esa es Citroën. Y el C5 Aircross cumple con ese objetivo como ninguno en el mercado.
Muchos se empeñan en que los SUV tengan un paso por curva excepcional, algo para lo que por su propia naturaleza no están hechos. El C5 Aircross se centra en que sus ocupantes viajen cómodos, como vimos en nuestra prueba:
El principal causante de este comportamiento es la suspensión. Citroën siempre destacó en ello y el sistema de amortiguación con topes hidráulicos que monta el C5 Aircross tiene una fabulosa capacidad de absorción de impactos e irregularidades, ideal para zonas sin asfaltar, con 230 mm de altura libre al suelo.
No podemos olvidar los asientos Advanced Comfort. Hasta que uno no conduce largas distancias sentado en ellos no es consciente de lo confortables que son. Para cinco, porque contar con tres plazas individuales detrás es un acierto, y te lo dice alguien que tiene niños. Y de la increíble insonorización, con cristales laminados delanteros que reducen gran parte del ruido aerodinámico que los SUV siempre provocan.
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