En estos tiempos que corren, la artesanía destaca por su escasez, especialmente en un mundo dominado por la tecnología. Sin embargo, todavía hay algunas marcas que apuestan aún por la calidad de un trabajo artesanal. Tal puede ser el caso de la insignia de un nuevo vehículo, que si bien la mayoría de las marcas lo imprimen sobre la carrocería de sus coches en material plástico, otros como Aston Martin continúan forjándola a fuego.
Hace mucho tiempo, cada vehículo tenía un enorme adorno en el capó que lo designaba dentro de una gama de modelos. Sin embargo, con el paso del tiempo, solo unos pocos fabricantes han mantenido la tradición, como Mercedes-Benz en sus mejores berlinas o Jaguar. Además, muchos son los que aprovechan el logo del coche para esconder algunos de los múltiples sensores de asistencia a la conducción, siendo más fácil para estos “leer” tras un polímero que tras un metal. Pero Mr JWW nos enseña el proceso de creación de un emblema a la vieja escuela.
Junto con muchas otras ventajas, las insignias del nuevo Aston Martin DBX son exclusivas de la especificación de JWW. Hechas por los mismos artesanos de Vaughtons que han hecho los logotipos de la firma de Gaydon desde la década de los 60, estas son mucho más que un trozo de metal que acompaña al orgullo y la alegría de poseer un Aston Martin. De hecho, dicha empresa británica también ha hecho medallas para los Juegos Olímpicos y la Premier League de fútbol, así como insignias para las suites de primera clase del transatlántico Titanic.
Cada pieza está construida a partir de un lingote de cobre sólido en blanco, estampado bajo 350 toneladas que, para ser moldeado, es quemado a 800 grados centígrados (°C) entre golpes de la prensa. Este proceso, llamado recocido, resalta todos los detalles de la placa. Cada una de ellas puede pasar por la prensa hasta en 14 ocasiones antes de que esté lista para ir en uno de los coches de la compañía, con seis rondas de recocido entremedias. Después de eso, se recorta el exceso de material y se pule a mano para acercarse lo máximo posible a la perfección.
Con la forma básica lograda, la placa se limpia mediante ultrasonidos y un proceso electrolítico que utiliza una mezcla de jabón y cianuro en lugar de un relleno de esmalte blanquecino y verde.
Por último, las insignias se platean y terminan antes de enviarse a la fábrica para montarlas en los deportivos (y SUV) de Aston Martin. Un proceso de artesanía casi en extinción que, aunque la mayoría de los propietarios desconozcan, es de agradecer en una gama de vehículos que parte con el Vantage en 178.000 euros.
Fuente: Mr JWW
Vía: YouTube