Una cosa es representar la victoria del automovilismo en el cine, como el de Ford sobre Ferrari en 1966. El triunfo, típicamente, presenta una narrativa obvia. En la tragedia es más difícil de navegar, pero el cortometraje animado de Quentin Bailleux, Le Mans 1955, que se desarrolla durante aquella carrera recordada por su fatídica tragedia, lo hace con destreza y maestría.
Las 24 Horas de Le Mans de 1955 vivió un accidente tan severo que sigue siendo el más mortal en la historia de las carreras del motor a día de hoy, más de seis décadas después. Una colisión en la pista frente a una tribuna derivó en el lanzamiento del Mercedes-Benz 300 SLR con carrocería de aleación de magnesio (muy inflamable) conducido por Pierre Bouillin entre la multitud. Cuando cayó entre los espectadores, mató a 83 de ellos e hirió a más de 180.
El corto animado de 15 minutos cuenta la historia focalizándose especialmente en Mercedes-Benz y Jaguar. En la carrera, el piloto de la casa británica, Mike Hawthorn, se desvió frente al piloto de Austin-Healy, Lance Macklin, en boxes. Macklin rodeó a Hawthorn pero se interpuso en el camino del conductor de Mercedes-Benz, Pierre Levegh, y los dos se estrellaron. El coche de Levegh se lanzó sobre el de Macklin, saltó a las gradas y estalló en llamas.
El piloto John Fitch es retratado en el cortometraje y debía sustituir a Levegh antes del accidente. Según los informes, Fitch le suplicó al jefe del equipo de Mercedes-Benz, Alfred Neubauer, que abandonara la carrera después del accidente, lo que Neubauer inicialmente, y polémicamente, se negó a hacer. Neubauer y Mercedes siguieron corriendo hasta la noche, con Sterling Moss y Juan Manuel Fangio en el coche principal, antes de abandonar la carrera en las primeras horas de la mañana del día después del accidente.
Neubauer fue ampliamente criticado por no detener al equipo después de la colisión, y los organizadores de la carrera fueron ridiculizados por no cancelar la carrera, que ocurrió aproximadamente tres horas después del inicio. Hawthorn ganaría la carrera al día siguiente. Fitch se convirtió en un defensor de los sistemas de seguridad utilizados en el mundo de las carreras y el legado de Hawthorn estuvo vinculado a la tragedia incluso después de su muerte, en 1959.
Mercedes se retiró de su posición de liderazgo en la carrera por respeto a los muertos y no regresó a las competiciones de motor durante 43 años. Las carreras de coches deportivos comenzaron una nueva era más segura para los conductores y espectadores, y el trazado de La Sarthe finalmente se cambió para garantizar la seguridad de unos vehículos que, cada vez, eran más y más rápidos.
“Pierre y yo nos llevamos bien. Acordamos mantener un ritmo regular durante la primera mitad de la carrera y aumentar la velocidad el domingo cuando la competencia se estaba cansando. Después de dos horas y media de carrera, con Fangio y Hawthorn en una batalla titánica por el liderato, Pierre estaba sexto”, dice Fitch, el primer piloto estadounidense en conseguir un destacado éxito en las carreras de coches en el Viejo Continente y compañero de Boullin.
“Estaba con la esposa de Levegh, detrás de los boxes tomando un café antes de sentarme en el coche para mi primer stint cuando se produjo la explosión. Me apresuré a ir a nuestro box, y frente a mí había una escena horrible de caos, humo, escombros y confusión. Pude ver los restos en llamas en la parte superior de la grada, eran los restos de un Mercedes, pero no podía ver su número. Entonces alguien dijo que era el 20, nuestro coche. En ese momento no tenía conocimiento de la devastación entre el público”.
Es una película conmovedora, pisando delicadamente el sufrimiento. Y aunque es doloroso ilustrar uno de los peores incidentes del automovilismo, también es hermoso. El choque nunca se muestra explícitamente, ni tampoco hay escenas gore. Lo máximo que puedes ver es un cadáver cubierto con una manta y el incendio del coche al fondo. Tómate 15 minutos de tu día para mirar, no te arrepentirás.
Fuente: Univers Court
Vía: YouTube