Elegir combustible es cada vez más complejo. Hubo un tiempo que coches de silueta cúbica que podían ir muy cargados, como los monovolúmenes compactos se elegían diésel en su mayoría. Siguen teniendo su público y de ahí que sea el favorito –incluso a día de hoy– en vehículos como el Mercedes Clase T o el Renault Kangoo. Por eso probamos esos coches con motor diésel… pero luego elegimos el gasolina para probar su gemelo, el Nissan Townstar.
Hay algo de truco y es que el Townstar solamente se ofrece con motor de gasolina. No esperes un coche veloz a pesar de esos 131 CV que anuncia, pero es mucho más refinado que con motor de gasóleo, tiene un funcionamiento muy progresivo y los consumos no se disparan demasiado ni siquiera en viajes largos (yendo moderadamente cargado), como vimos en nuestra prueba a fondo:
Sin existir ya apenas en el mercado monovolúmenes compactos, la verdad es que estos vehículos derivados de furgonetas pequeñas están bastante bien para familias de cuatro o cinco miembros, con mucho espacio interior, gran maletero y todo ello con unas dimensiones exteriores bastante contenidas.
Eso sí, como a sus compañeros de plataforma, echamos de menos algo más de modularidad interior (como asientos traseros con regulación longitudinal o respaldos reclinables). Y es una pena que, por el momento no cuente con una carrocería larga con la que poder tener 7 plazas o más variantes mecánicas, como opción a cambio automático o etiqueta ECO.
Esas limitaciones de gama tienen su parte buena y es que el precio del que parte es inferior a la del Renault Kangoo o el Mercedes Clase T con idéntico propulsor. No es que sea una ganga, tampoco vamos a engañarte, pero en los tiempos que corren con los precios de los coches sí que resulta ajustado.
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