Las furgonetas están de moda. Entre 2014 y 2019 sus ventas en Europa han crecido nada menos que un 54%,. Y es que, a pesar de la fiebre SUV, todavía muchos buscan amplitud y capacidad de carga. Y las marcas se han sacado de la manga un nuevo concepto, las furgonetas que pueden servir como monovolumen grande.
¿Nos la están colando? Analicemos el caso del Opel Zafira Life. Después de tres generaciones siendo un monovolumen (de bastante éxito), entre que se iban vendiendo menos y que la marca se unió a PSA, en 2019 se usó este nombre para una nueva furgoneta familiar. Hermana del las Peugeot Traveller, Citroen Spacetourer y Toyota Proace Verso. Todas ellas con nombres separados de sus variantes comerciales (Expert, Jumpy y Vivaro).
En realidad, es lo que Volkswagen lleva años haciendo con la Multivan (un Transporter), y vendiendo muy bien. Si bien es cierto que quedan algunas reminiscencias de vehículo comercial (las formas o la posición de conducción), se gana espacio respecto a los monovolúmenes grandes que podías comprar hace unos años y el interior es versátil.
Las gams son amplísimas, con varios tamaños (en nuestra prueba del Opel Zafira Life condujimos la más grande, con 8 plazas y hasta 4.900 litros de capacidad) y motores bastante refinados. Qué decir del 2.0 diésel con 177 CV asociado al cambio con convertidor de par de ocho relaciones. Cómodo y con potencia más que sobrada para viajar hasta los topes. Y un equipamiento de primer nivel (apertura y arranque sin llave, puertas traseras eléctricas, Head Up Display, asientos en piel, los delanteros calefactados y con masaje, navegador, múltiples asistentes a la conducción…), que no verás en muchos turismos, sobre todo a ese precio.
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